Anila Rindlisbacher, una dura historia de vida que la llevó a competir en las aguas abiertas
A veces las historias de vida nos conmueven una más que la otra. Existen de todo tipo y algunas son para contarlas a través de un libro, de una película o lo que hoy está de moda: las series. Tranquilamente la historia de Anila Rindlisbacher, es una de ellas. Una correntina nacida en Monte Caseros quien estuvo postrada en una cama durante seis años, volvió a la vida, si se quiere, a través de la natación y las aguas abiertas.
Anila, acompañada por Edelmiro Morán estuvo en la redacción de EL HERALDO para contar su historia, después de haber cumplido con una travesía de aguas abiertas que cubrió Concordia con Estancia Grande a través del río Uruguay.
Anila hizo una breve reseña de lo que fueron esos seis años de sufrimiento en los que no podían detectarle cuál era su problema. �SFue una larga internación domiciliaria, no podía hablar, no podía comer cosas sólidas porque todo significaba dolor y las veces que podía probar un helado, sin que el frío me afectara para mí era un placer �expresó- tenía mucha dificultad para comer y dormir y llegué a pesar 45 kilos⬝, indicó la nadadora.
�SFueron muchos años de ser tratada por diferentes cosas, desde alergias, asma y un sinfín de enfermedades relacionadas, pero sin poder encontrar cuál era el verdadero motivo de mi malestar, hasta que después de duros seis años -dijo- pudimos dar con la doctora Liliana Bezrodnik, una inmunóloga que atiende en Capital Federal. Dijo que le llamó mucho la atención cuando ingresó y vio que eran muchos niños los que estaban para tratarse, pero que luego supo que es una enfermedad que a ella se le despertó muchos años después y es un problema genético. Finalmente esta doctora pudo determinar que el problema de Anila era una Inmunodeficiencia primaria (IDP), o también denominada trastornos inmunitarios primarios. A partir de comenzar el tratamiento logró dar también con otro médico que le sugirió comenzar a realizar actividades deportivas. Allí fue que su vida cambió y al elegir la natación, �Sme di cuenta -dijo- que cada vez que más nadaba, mejor me sentía y así seguí y ya no lo pude dejar⬝, remarcó en EL HERALDO.
Su historia con la natación y las aguas abiertas comenzó cuando nadaba en Rosario (porque vivía allí) y comenzó a hacer la actividad con un profesor de acá de Concordia que se llama, Leo Espinoza -contó- que es entrenador y trabaja en una pileta. �0l fue quien me comentó que venían a una competencia en Concordia -continuó Anila- desde donde iban a hacer una prueba de aguas abiertas entre Liebig y San José con un grupo de nadadores. Yo también quiero ir le dije y él me contestó que todavía no estaba preparada, porque me quería cuidar.
�SFinalmente me anoté igual, fue ahí que vengo a Liebig, conozco a Edelmiro (Morán) y hago una travesía cortita de dos kilómetros, pero esa prueba para mí fue la que me hizo dar cuenta que se me abrió el mundo. Fue a partir de eso un mundo distinto. Hice la travesía -dijo- y llego a la meta y me dije, este es el camino⬝, remarcó la nadadora. �SEso fue hace tres años y desde ahí no paré más⬝ contó.
CUMPLIR CON
LA META
La prueba que realizó entre Concordia y Estancia Grande estaba planificada desde hace unos años. Más precisamente desde antes que comenzara la pandemia y por ese motivo se estuvo postergando.
�STodo el año me quedé con las ganas de hacer esa prueba, entonces lo llamé a Edelmiro y le dije: Podemos hacer esa travesía Concordia � Estancia Grande aunque sea en forma privada o con algunos nadadores y a mitad de año me dijo que sí, que la iba a organizar y me empecé a entrenar con más fuerzas y pude cumplir con la meta de los 9 kilómetros que es la primera vez que puedo hacerlos. La verdad -continuó- es que no esperaba lo que me tocó vivir, pensaba que íbamos a ser dos o tres nadadores, la realizaba y ya estaba, pero fuimos un grupo de cinco o seis nadadores y en el final me esperó Edelmiro con el Intendente de Estancia Grande con un lunch, un agasajo y me entregaron presentes que fueron una placa con el escudo de Estancia Grande y después otro nadador me hizo un regalo muy lindo ya que es artesano y el saludo de toda la gente que fue muy cálida, porque fue algo que no esperaba⬝.
Finalmente destacó que es entrenada por Pablo Testa, que es uno de los mejores entrenadores de aguas abiertas de la Argentina. Durante diez años entrenó a la selección argentina. �SEl para mí fue muy importante, porque entrena nadadores de élite, pero conociendo mi historia llegamos a un acuerdo y el primer objetivo está cumplido que era hacer esta carrera. Ahora voy a hacer todas las travesías del río Uruguay como parte de mi entrenamiento y la meta final es hacer Villa Urquiza � Paraná que son 21 kilómetros el 5 de marzo de 2022⬝, expresó finalmente esta correntina que, sin dudas, es un ejemplo de entereza y de lucha y que demuestra que siempre puede existir el inicio de una nueva vida. (JCV)