75 ANIVERSARIO DE LA LIBERACI�N DEL CAMPO DE CONCENTRACI�N
El 25% considera que los crímenes de la Alemania nazi son demasiado recordados.
Las instituciones alemanas se esfuerzan por apuntalar en la sociedad la memoria del Holocausto. Los tribunales germanos, basándose en la nueva «Jurisprudencia Demjanjuk», se apresuran a juzgar a nonagenarios exguardias de campos de concentración nazis, mientras todavía sigan con vida. El presidente Frank-Walter Steinmeier reconoció la semana pasada, en el Memorial del Holocausto Yad Vashem, la «carga de gran culpa histórica» de su país y la canciller Merkel viajó a Auschwitz por primera vez el pasado diciembre, una visita que había ido aplazando durante cuatro legislaturas, para reafirmar allí que «la memoria de los crímenes nazis es inseparable de la identidad alemana». Pero este discurso institucional se aleja progresivamente de la percepción del alemán de a pie y el ya de por sí complejo concepto de Auschwitz se va desdibujando en la sociedad alemana, un olvido que avanza a grandes pasos y del que políticamente se beneficia el partido antieuropeo y antiextranjeros Alternativa para Alemania (AfD).
Alexander Gauland, expresidente y todavía reconocido líder de AfD causó una gran polémica en 2018 al criticar en voz alta que el Monumento de Memoria del Holocausto de Berlín ocupe una superficie y ubicación privilegiadas en la capital alemana, alegando que «Hitler y los nazis son solo una cagada de pájaro» en el contexto de la historia alemana, «los malditos doce años (1933-1945) no deben empañar los más de mil años de exitosa historia de Alemania». Pero esa idea, altamente escandalosa hace menos de dos años, es hoy abiertamente secundada por el 22% de los alemanes, que en una encuesta de YouGob para la agencia alemana Deutsche Presse Agentur responde que la memoria del Holocausto ocupa «demasiado espacio en comparación con otros temas».
En otro sondeo, éste recién publicado y realizado por infratest dimap para Deutsche Welle, el 25% de los encuestados responde que los crímenes de la Alemania nazi son «demasiado recordados» y el 37% que «los alemanes ya no deberían preocuparse tanto por la era nazi», unos porcentajes impensables hace solamente cinco años. Y el olvido se afianza especialmente en las nuevas generaciones. Un estudio de la Fundación Körber por franjas de edad constataba en 2017 que menos de la mitad de los escolares de entre 14 y 16 años, el 47%, sabe que Auschwitz fue un campo de exterminio. Ese mismo proceso colectivo parece estar teniendo lugar en Austria, donde un tercio de los encuestados por el instituto SORA de estudios sociales opina que «el nazismo tuvo tanto cosas buenas como malas». Cuatro de cada diez respondió que «ya es hora de dejar de debatir sobre el Holocausto judío».
Más violencia antisemita
Este cambio de percepción coincide con un aumento de la violencia antisemita. El 52% de los judíos que viven en Alemania ha sufrido algún episodio violento, muy por encima de la media europea que está en el 39% según un estudio de la Agencia Europea para Derechos Fundamentales, llevado a cabo entre 16.395 judíos residentes en 12 países. El 38% de ellos admite que desea emigrar a causa del antisemitismo. El rabino Daniel Alter ha denunciado incluso la existencia de «no-go-areas» para los judíos en Berlín y el presidente del Consejo Central de los Judíos de Alemania, Josef Schuster, ha aconsejado reiteradamente no llevar la «kipá» en barrios con alta presencia de población musulmana. Merkel se refirió a este problema en su mensaje de Año Nuevo de 2018 y, a finales de ese año, Berlín nombró una fiscal, Claudia Vanoni, cuya misión específica es combatirlo. «El 41% de los 440 casos judiciales por actos antisemitas del año pasado fueron desestimados por falta de pruebas, por lo que recomiendo a las víctimas o testigos que tomen grabaciones de vídeo de los ataques. Es un porcentaje desalentador, sin embargo, no quiero rendirme», dice. Su petición de mayor severidad de la justicia ha recogido cerca de 50.000 firmas.
«El ardiente odio a los judíos en Alemania está alcanzando una nueva dimensión», advierte Charlotte Knobloch, Presidenta de la Comunidad Judía en Múnich y Alta Baviera y expresidenta del Consejo Central de los Judíos de Alemania, «no me refiero solamente a los ataques físicos, por supuesto a tener en cuenta, sino también a los masivos insultos y vejaciones en las redes sociales, que afectan más a nuestros jóvenes y para los que ni siquiera hay legislación». Knobloch acusa a AfD de «modernizar el antisemitismo» y considera a sus políticos «pirómanos de primer rango». «Lo que más echo en falta es el clamor social. Alemania entera debería echarse a la calle para protestar visiblemente por un solo ataque a un judío y eso está muy lejos de suceder».
Politización del campo de exterminio
El 75º aniversario de la liberación de Auschwitz quedará irremediablemente marcado por la batalla ideológica entre Polonia y Rusia. «Los cómplices europeos de los nazis fueron a menudo tan crueles como los altos mandos de Hitler», ha dicho el presidente ruso, Vladimir Putin, una frase que es percibida como un insulto especialmente por Polonia, cuyo presidente, Andrzej Duda, respondió que «1,9 millones de polacos no judíos fueron asesinados por los nazis» y decidió no asistir a la ceremonia en el Yad Vashem de Jerusalén por negarle los organizadores un turno de palabra en el que poder responder a Putin, que anteriormente ha señalado a Polonia como cómplice del estallido de la II Guerra Mundial y justificado el pacto de Stalin con Hitler para invadir Polonia. También se ha referido al embajador de Polonia en la década de 1930 en la Alemania nazi como «un cerdo antisemita»