Atentado al presidente Sarmiento
Un domingo de 1873, en la Boca varios individuos, entre ellos un tal �SAquiles⬝ apodado el �SAustriaco⬝, Francisco Güerri y Pedro Güerri y su compinche �SEva⬝ a los que el �SAustriaco⬝ ofreció $ 10.000 pesos por una muerte. �0l los proveería de las armas y de sacarlos luego del país, ya que el atentado sería contra el presidente Sarmiento.
Hubo una primera entrega de $ 3.000 pesos y el resto se completaría cumplido el atentado.
Este se concreta el 23 de agosto de ese año, ya que Sarmiento, a las 8 de la noche, como todos los días, en su coche tirado por dos caballos, se dirige desde su domicilio ubicado en Maipú entre Tucumán y Temple (hoy Viamonte) por Maipú hacia el sur a la casa de su amigo Dr. Dalmacio Vélez Sarsfield, en la calle Cangallo (hoy Perón). Cuando el coche llega a Corrientes se produce el ataque. Los complotados asaltan el coche y uno de ellos con un trabuco efectúa el disparo afirmando el arma sobre la mano izquierda. Pero el trabuco estalla debido a que estaba sobrecargado de pólvora y le destroza la mano perdiendo el dedo pulgar. Los proyectiles pasan por el coche sin tocar al presidente y se incrustan en el frente de una casa de la calle Maipú, entre Corrientes y Parque (hoy Lavalle) a un metro y medio de altura.
El Presidente resulta ileso pero el estampido asusta a los caballos que con esfuerzo son dominados por el cochero José Morillo y el coche prosigue su marcha hacia la casa del Dr. Vélez Sarsfield. Sarmiento, distraído en sus pensamientos o quizás debido a su sordera, recién se enteró del atentado informado por su cochero al arribar a destino.
Más tarde, el jefe de Policía Don Enrique O�" Gorman corrobora los hechos. Los policías, atraídos por el estampido alcanzan a distinguir a los agresores que huyen. Perseguidos
Perseguidos por el oficial Floro Latorre y el agente Joaquín Soto fueron atrapados en la calle Corrientes a la altura del 145 (numeración vieja) El primero de los detenidos está herido. Portaban además un puñal envenenado con sulfato de estricnina, de acuerdo al informe químico. Los detenidos son ambos italianos de 21 años, solteros, marineros, sin parentesco entre sí, a pesar de tener el mismo apellido. Son interrogados por el comisario Raimundo Arana y niegan al principio sus intenciones, explicando lo ocurrido como una disputa callejera con un desconocido que huyó haciéndoles el disparo y abandonando el arma. Esto no convenció al comisario quien siguió interrogándoles hasta el día siguiente, hasta que confesaron el encuentro en la Boca del domingo anterior, por lo que la policía dispone la captura de �SAquiles⬝ y de �SEva⬝. La investigación a cargo del Comisario de Ordenes de la Policía Federal Avelino Anzó.
�SAquiles⬝ resultó ser Aquiles Segabrugo, italiano de 38 años, alto y rubio; de allí el apodo de �SAustriaco⬝. Solía concurrir a la casa de sus suegros en Belgrano y La Rioja.
Cuando el comisario Adolfo Tuñer allanó la casa, se encontró con que Segabrugo había viajado a Montevideo.
El comisario partió a Montevideo en su búsqueda, pero, a pesar de lo intensa de esta búsqueda no pudo ser hallado, debiendo regresar a Buenos Aires. Mientras tanto aquí ya había sido detenido �SEva⬝ por los oficiales Justo Chávez y Juan Williams al desembarcar de un vapor. El nombre de �SEva⬝ era Luis Casimir de nacionalidad italiano, marinero de 21 años de edad. Al igual que los Güerri, admite su relación con el �SAustriaco⬝ y su participación en el atentado.
La policía de Montevideo informa por medio de un telegrama que Segabrugo, se encuentra hospedado en el �SHotel del Vapor⬝. Se decide entonces que el comisario Ireneo Miguens viaje hasta la vecina ciudad y se hospede en el mismo hotel, pero no llega a encontrarse con el �SAustriaco⬝, pues este se había ausentado y nunca regresó.
La policía uruguaya lo encontró muerto de dos tiros por lo que Miguens se dispuso a regresar a Buenos Aires. Su barco el �SPorteña⬝ fue abordado por la noche por revolucionarios jordanistas al mando del teniente coronel Luis Severo Bergara. Los pasajeros, salvo Miguens fueron desembarcados en la costa uruguaya. El �SGeneral Garibaldi⬝ de la Armada Argentina, persogue al �SPorteña⬝, que huye río Uruguay arriba y encalla ya próximo a la frontera brasileña.
Miguens con anterioridad había sido abandonado a la altura de Maldonado, de donde regresa a Montevideo. Aquí las noticias aseguran que el asesino de Segabrugo es el jordanista Doctor Carlos María Querencio, quien afirma haber obrado en defensa propia. En Buenos Aires se comentan los hechos como clara demostración para silenciar a alguien como �SEl Austriaco⬝, podía revelas los entretelones de los conjurados.
No hay que olvidar que el rumor público, ya presagiaba con anterioridad un atentado contra la vida del presidente, que se hallaba en plena represión del caudillo entrerriano- uruguayo Ricardo López Jordán. Además, el momento era propicio, pues arreciaba la crítica periodística y la oposición en el Senado, culpándose a Sarmiento de la inactividad militar en la Provincia de Entre Ríos y de preparar la sucesión presidencial en la persona de Nicolás Avellaneda.
Al margen de la anterior versión que fue la oficial, circuló otra según la cual Miguens en Montevideo, al tener noticias de la muerte de Segabrugo, obrando con celeridad penetró en su habitación del hotel, inspeccionó su equipaje y se apoderó de documentos que revelaban la trama. Debían ser muy comprometedores ya que a ello siguió el abordaje del �SPorteña⬝ y la detención de Miguens por Bergara, que recuperó los papeles e impuso al primero la condición de libertarlo bajo palabra de honor de no revelar su contenido de aquellos o de lo contrario fusilarlo. En la disyuntiva, Miguens optó por la primera, cumpliendo con la palabra empeñada.
Judicialmente el hecho fue encuadrado por el fiscal Dr. Ventura Pondal en la Ley 2 título 23 de las Partidas (que dejó de estar vigente) en nuestro país, y pidió para los Güerri y Casimir la pena de muerte. La condena no fue tan grave ya que el juez Octavio Bunge, sentenció a Florencio Güerri a veinte años de prisión y a 15 a Pedro Güerri y Luis Casimir. Con posterioridad la Cámara del Crimen que integraban los doctores Francisco Alcobendas, Juan E. Barra y Tomás Isla, confirmó la sentencia de los Güerri y rebajó a 10 años la impuesta a Casimir, con costas.
Solo este último la cumplió en su totalidad, porque Pedro Güerri falleció en prisión el 30 de abril de 1883 y Francisco Güerri (el autor del disparo) fue indultado el 4 de enero de 1890 por el presidente Dr. Miguel Juárez Celman. De todos los que atentaron contra la vida de presidentes argentinos fue quien más tiempo permaneció en prisión: casi 17 años. Quedó persistiendo la sospecha de que el dinero para el atentado fue proporcionado por los jordanistas emigrados en Montevideo.