En declaraciones preparadas para los miembros de los Colegios Pontificios de América Latina, Brasil y México, el Papa Francisco dijo: “Toda vocación nace de un amor de predilección”, al tiempo que recordó a los sacerdotes que Dios “nos ha dado una tarea especial, que nos atrae más cerca de Él: entregarnos por los demás”.

En la persona de Cristo
Actuar, como lo hacen los sacerdotes, in persona Christi, “en la persona de Cristo”, es ser “un verdadero ícono de Jesús”, continuó, a través de la oración, la entrega generosa de uno mismo y la humildad. 
El Papa Francisco explicó que la oración significa presentar "cada situación concreta en la presencia de Dios". La entrega de uno mismo, la ofrenda eucarística de todo el ser, dijo el pontífice, implica no sólo una “preparación teórica para el martirio, sino una aceptación radical de que estamos aquí para hacer su voluntad y renunciar a la nuestra”.
Finalmente, humildad significa “saber que yo mismo estoy en camino, necesitado de oración, incluso más que aquellos a quienes he sido llamado a servir”.
El Santo Padre invitó a sacerdotes y seminaristas a no “subestimar el poder de la intercesión de aquellos que Dios ha puesto en vuestro camino”. En una palabra, dijo, “confíen en las oraciones de todos los miembros del pueblo fiel de Dios; y no olvidéis orar por vuestros pastores y por mí”.

El sucesor de Pedro concluyó invocando sobre los presentes la bendición de Jesús y el atento cuidado de Nuestra Señora de Guadalupe, Emperatriz de las Américas.
(AICA)