En una escuela de Colonia Federal cultivan peces con muy buen suceso
La producción de pacúes en Pez Montielero avanza con viento de cola en la escuela Florencio Molina Campos, de Colonia Federal (Entre Ríos). Entre docentes y alumnos ya concretaron la segunda cosecha desde que dieron los pasos fundacionales, en 2020. Y como era de esperar, lo vendieron en un abrir y cerrar de ojos.
Y la auspiciosa novedad con que se encontró Campo en Acción al visitar el establecimiento es conmovedora: acaban de recibir una habilitación oficial y demanda de proyectos de inversión para avanzar en la construcción de un galpón y laboratorio, un pozo de agua propio y la extrusora que les permitiría elaborar el alimento de los peces. “Esta resolución de la Dirección de Recursos Naturales nos enorgullece; si miramos hacia atrás notamos que avanzamos mucho, aprendimos bastante y tenemos mucho para dar”, contó emocionado el docente Fabricio Draghi.
Al dar cuenta de la motivación que los impulsa confió: “Probamos que la cría de peces es una alternativa para la zona; que demanda poca superficie y cualquiera la puede llevar adelante”. En su opinión, los mejor posicionados son los horticultores y granjeros familiares que tanto abundan en la Colonia. Lo indispensable es un tajamar, tanque australiano o similar: “Con manejo se avanza, acá cultivamos pacúes y ahora evaluamos ir por la reproducción de bogas, con la meta de algún día producir surubíes”.
Si bien el profesor ponderó el interés de los vecinos por saber más del asunto, hay uno en particular que ya da sus primeros pasos. “Sabemos que se puede”, apuró y siguió: “A nosotros nos queda lejos acceder a los alevinos, los peces chicos, para iniciar la producción; por eso hay un plan para hacerlos en la escuela con tarariras, carpa, pacúes, bogas, o lo que sea que podamos”. Deslizó que la mayor parte del costo, el 60 %, es la alimentación y desde la escuela planean avanzar también en ese sentido.
Desde el perfil pedagógico apuntó que “los alumnos que aprenden un nuevo oficio. Hay entusiasmo entre los estudiantes, los de sexto año que analizan el agua y la biometría de los peces; y en séptimo ya hacen la pasantía. Ellos mismos podrán emprender por su cuenta si se lo proponen”. En el marco de la completa entrevista que dio a Campo en Acción en el lugar de los hechos, abordó los asuntos estrictamente productivos al indicar que el ciclo completo demanda 15 meses, el clima afecta y es una complicación medular ya que el agua a nueve grados o menos fulmina los planteles. Por lo pronto, en Pez Montielero el recurso esencial está a 21 grados, pero para eso también tienen un plan: hacer lo necesario para que la temperatura haga la magia de motivar a los peces a comer, y mucho, durante otoño e invierno, los meses de invernado natural. Un pacú listo para consumir pesa un kilo y del agua lo sacan con 400 gramos más. Desde ese momento se abre un segmento de la cadena que es clave para comercializar. En palabras del docente “la cadena de frío es clave en la carne de pescado, aquí garantizamos eso y la procedencia. Trabajamos con especialistas en despinado y envasado al vacío”.