Francisco proclamó santo al enfermero ítalo-argentino Artémides Zatti
Conocido como el �Spariente de todos los pobres⬝ por su labor en la Patagonia al servicio de las personas necesitadas durante la primera mitad del siglo XX, el enfermero ítali- argentino fue canonizado luego de que el Vaticano reconociera un milagro a través del cual sanó a un hombre en Filipinas.
El papa Francisco proclamó al enfermero ítalo-argentino Artémides Zatti, conocido como el �Spariente de todos los pobres⬝ por su labor en la Patagonia al servicio de las personas necesitadas durante la primera mitad del siglo XX, en una ceremonia en la que convocó a no separar el mundo �Sen buenos y malos⬝ y a superar �Smuros de división⬝.
Zatti, nacido en Boretto (Regio Emilia, Italia) el 12 de octubre de 1880, vivió en la Argentina desde 1897 hasta su muerte en 1951, en donde desarrolló una carrera como enfermero que lo acercó a los más pobres a partir de su incorporación al movimiento de los Salesianos de Don Bosco.
Zatti, quien había sido declarado beato por Juan Pablo II en 2002, fue canonizado luego de que se reconociera el milagro logrado a través de su intercesión en la curación de un hombre que sanó de un �Sictus isquémico cerebeloso derecho, complicado con lesión hemorrágica voluminosa⬝, en agosto de 2016 en Lipa, Filipinas.
Para Francisco, �Sel hermano salesiano Artémides Zatti fue un ejemplo vivo de gratitud⬝, según afirmó durante la homilía en la misa en la que inscribió al �Spariente de todos los pobres⬝ como un nuevo santo .
�SCurado de la tuberculosis, dedicó toda su vida a saciar las necesidades de los demás, a cuidar a los enfermos con amor y ternura. Se dice que lo vieron cargarse sobre la espalda el cadáver de uno de sus pacientes⬝, recordó Jorge Bergoglio al canonizar a Zatti.
�SLleno de gratitud por lo que había recibido, quiso manifestar su acción de gracias asumiendo las heridas de los demás⬝, enfatizó Francisco.
En ese marco, la biografía oficial de Zatti divulgada por el Vaticano lo recuerda como alguien que �Spara atender a los enfermos en su domicilio recorría la ciudad en bicicleta e, incluso, cruzaba Río Negro para llegar a Patagones⬝.
�SLamentablemente, muchos inmigrantes perdían el valor de la fe, absorbidos por el trabajo y los problemas que encontraban. Pero los Zatti, gracias a Dios, fueron una excepción⬝, enfatizó.