La Fragata Libertad, un mundo de trabajo y obligaciones y también de música y camaradería
La histórica embarcación de la Armada abrió sus instalaciones para que los turistas y el público local puedan conocer en forma gratuita los secretos y la historia de la nave en la que los cadetes y oficiales realizan una travesía mundial que sirve de prueba final para los guardiamarinas de la fuerza.
La Fragata Libertad abrió su cubierta e instalaciones para que los turistas y marplatenses puedan visitar en forma gratuita la histórica embarcación de la Armada, que en su interior encierra un mundo sorprendente que refleja las rutinas y tareas que los cadetes y oficiales realizan una vez por año durante la travesía mundial que sirve de prueba final para los guardiamarinas de la fuerza, el escalón iniciático de la carrera de oficial.
Con la melodía del tema del cantautor español José Luis Perales �SUn velero llamado libertad⬝ de fondo, los jóvenes suboficiales y cadetes trabajaron esta última semana sin pausa en las múltiples tareas que se realizan abordo, algunas instructivas y otras de mantenimiento rutinario de la fragata.
La disciplina se mantiene y respeta, pero algunas cosas dan claras señales de aggiornamento de los marinos, como la música que se escucha ocasionalmente abordo de la nave, donde están presentes el tango y el folclore, pero también temas de Catupecu Machu, Las Pelotas y Soda Stereo.
La noche anterior a la llegada a la Base Naval de Mar del Plata, y mientras la nave permanecía fondeada frente a las costas, la tripulación participó de una guitarreada en cubierta donde un alto oficial invitado del Ejército desgranó su repertorio de temas folclóricos, en tanto que otros dos suboficiales de la Armada entonaron canciones más cercanas al estilo de Luciano Pereyra y Abel Pintos.
El encuentro llegó a su punto culminante cuando los improvisados músicos arrancaron con los acordes de �SMuchachos⬝ y allí desaparecieron las diferencias de rango y jerarquía, y desde el capitán de la Fragata, Gonzalo Nieto, hasta el último suboficial cantaron la canción de homenaje a los integrantes de la Selección Argentina campeona del mundo en Qatar 2022.
�SSomos personas que fuera del mundo militar vivimos y sentimos las mismas cosas que el resto de la sociedad, andamos por la calle, vamos al supermercado, nuestros hijos van a escuelas comunes y nos comunicamos con nuestros vecinos. Es decir que estamos en contacto con la sociedad civil y con sus problemas e inquietudes⬝, dijo a los enviados especiales de Télam un alto oficial de la Armada al tiempo que compartía una tasa de mate cocido.
�SSomos oficiales formados durante la democracia, que hemos realizado también estudios en universidades civiles públicas y privadas, y eso nos da una visión más completa y una forma distinta de relacionarnos con el resto de la gente⬝, explicó.
La amabilidad hacia los hombres y mujeres civiles es casi una norma dentro de la Fragata, esa actitud no reconoce rangos y es ejercida de la misma forma por jefes y subordinados, quienes dejan de lado el gesto duro y marcial cuando hablan o se cruzan con los invitados ajenos al mundo castrense.
En general, los oficiales de la Fragata son personas cultas y atentas con las que se puede charlar de cualquier tema, aunque son reticentes a hablar de política interna de la Argentina, por la lealtad que le deben a la figura del jefe de la Fuerza y al Presidente de la Nación, más allá de quien esté al frente del Poder Ejecutivo.
Por debajo de la cubierta, existe un universo oculto de salas de máquinas, depósitos de provisiones, dormitorios con cuchetas, salas de estar, un mini hospital con quirófano y una panadería que trabaja de noche y que abastece de pan, facturas, bizcochos y pizzas para el desayuno, almuerzo, merienda y cena de la tripulación.
La nave tiene un sector destinado a los suboficiales (en la proa), otra para los oficiales (popa), y una zona intermedia para los cadetes, además de la sala de máquinas y los depósitos con los insumos que se utilizan a bordo.
Todos comen la misma comida, desde el capitán que conduce el barco, hasta el último suboficial de la dotación, aseguró el jefe de Prensa de la Armada, Carlos Gómez Nolasco.
Son distintos los lugares donde comen, se reúnen y duermen, ya que los 21 oficiales ocupan un lugar cálido y prolijo, con sillas tapizadas de blanco y cómodos sillones para descansar y relajarse.
La sala principal de los oficiales es compartida por una veintena de jefes de área y por el segundo jefe de la Fragata, quien ocupa una silla distinta en el centro de la larga mesa de madera lustrosa.
El capitán de la nave es el único que dispone de un lugar exclusivo, con un sitio para recibir visitas y una mesa con mantel azul con el escudo de la Armada en el centro donde puede hacer sus comidas en solitario, o compartirlas con invitados especiales.
En la cubierta de la nave se repiten las tareas de adiestramiento, simulacros de incendio y evacuación para caso de riesgo de hundimiento, todo con miras al viaje de seis meses que la embarcación, y su tripulación, iniciará en mayo próximo por los mares del mundo como corolario de la formación de los y las jóvenes guardiamarinas. Télam.