Palabras para vivir
�SNo hay nadie que jamás haya escrito o pintado, esculpido y modelado, construido, inventado, a no ser para salir del infierno⬝
�SPalabras para vivir: creatividad y salud mental⬝ (Editorial �SPanza Verde), es un libro que escribí en 2019. Tomé prestada la expresión de Tabita Peralta Lugones. Ella las necesitó para procesar una historia traumática. Su bisabuelo, el poeta Leopoldo Lugones, se quitó la vida. Lo propio hicieron su abuelo, Polo (el siniestro inventor de la picana eléctrica), su hermano Alejandro y de algún modo, su madre Pirí, secuestrada y desaparecida por la Dictadura.
Cuatro generaciones de suicidas, una historia de silencios y sufrimientos, el terror a la transmisión generacional del suicidio. �SNecesité palabras para vivir⬝ decía Tabita en una entrevista, en la que contaba las motivaciones profundas de la escritura de sus dos libros autobiográficos �SSecretos de familia⬝ y �SLos cuervos de la memoria⬝, a través de los que intentó reconstruir, historizar esos acontecimientos traumatizantes, sin nombre. Ese empuje incomprensible de la pulsión de muerte.
Algo similar, en otro orden, le sucedió a Goethe. El escritor sufrió, contemporáneamente, un desengaño amoroso y el suicidio de un amigo. Poco después de desarrollar una depresión, desencadenada por tales sucesos, escribió una obra maravillosa: �SLas penas del joven Werther⬝. La novela describe el desasosiego en el que se va hundiendo el personaje, por un amor no correspondido, al punto que culmina su vida con un fatal desenlace. Eduardo Bauzá, en su libro �SMiradas sobre el suicidio⬝, arriesga, incluso, que Goethe sacrificó el personaje para salvarse. En todo caso es evidente que la creación literaria, como transformación del dolor, a través de su inscripción simbólica en una novela, tradujo una necesidad imperiosa, también vital, de proyectar sus conflictos en la trama de sus personajes. Una urgencia. Un impulso que �como un chorro de sangre, imposible de detener- es la poesía, según la notable definición de Sylvia Plath.
Otra experiencia en la que poner palabras a las desdichas, a través de la poesía tiene efectos de elaboración psíquica, de transformación personal de experiencias traumáticas, la constituye la historia de César Gonzales. Nacido en la Villa �SCarlos Gardel⬝, transitó en la cárcel, mágicamente, un itinerario de �Spibe chorro⬝ a poeta. Manejaba un escaso vocabulario y su universo se reducía a las drogas y el delito, hasta que un mago, que fue a dar un taller al penal, lo acercó a los libros. En una experiencia transformadora, subjetivante fue desarrollando su talento literario. Culminó, con una posición política asumida, que expresó en la frase �Ses más peligroso un pibe que piensa que un pibe que roba⬝. En lugar de un alias carcelario se inventó un seudónimo, Camilo Blajakis, con el que firmó su primer libro de poesías, desgarrador, extraordinario. Hoy es, además, Director de cine.
En el caso de Elena Moncada, la escritura formó parte de un proceso que concluyó en una fuerte militancia por el abolicionismo de la prostitución, su antigua actividad, trabajo interno y social, de concientización, del carácter esclavizador que sufren muchas mujeres, enterradas por el sistema.
Por último, �SPalabras para vivir⬝, el trabajo con el que intento justipreciar los efectos terapéuticos y subjetivos de la creación literaria, se acompaña de la historia de Srheber, un funcionario judicial alemán cuya autobiografía, en la que desarrolló las ideas desatinadas de su mundo delirante, formó parte de la compensación de su psicosis. Quedó allí claro que el delirio, en este caso escrito y compartido, es parte de la curación, como decía Freud, y no de la enfermedad.
Estas historias tan impresionantes dan cuenta del valor de la expresión simbólica, literaria, en general del arte, como lo refiere la cita de Artaud, en los procesos de transformación del sufrimiento humano en obra creativa, aquella mutación que lo vuelve soportable, y por lo tanto digerible y terapéutico. Tal vez no se trate, en otras experiencias, de otra cosa que de dar palabras al dolor, porque, �Sel dolor que no se dice, gime en el corazón hasta que lo rompe⬝ (Macbeth Shakespeare).
Hoy, como emergentes de época, asistimos a una serie de fenómenos, que, sobre todo en la adolescencia, manifiestan esta lógica. Esta tendencia a descargar, a través del cuerpo y del acto, sin la intervención del lenguaje, las tensiones dolorosas. �Sformaciones a-simbólicas⬝ las denomina Beatriz Janín (�SMarcas en el cuerpo, en niños y adolescentes⬝ editorial Noveduc). Y las pone en serie: autolesiones, enfermedades psicosomáticas, consumos problemáticas, depresiones, suicidios. En lugar de poder dar sentido a las experiencias del sufrimiento, a través de la comunicación a otro, es el cuerpo con una gastritis, una caída del cabello etc. el que habla. Es el acto autodestructivo el que traduce un malestar mudo, indigerible. Es la adicción a las drogas el que intenta aplacarlo. En éste último caso hasta la etimología (a-sin, dicción- decir) remite a esa modalidad del silencio frente a las tensiones traumatizantes. El mismo Freud definía las adicciones como la búsqueda de �Scancelación tóxica del dolor⬝. En todo caso son intentos fallidos de suprimir el dolor, a través de actos que finalmente, representan perturbados y perturbadores pedidos de ayuda. Es que en muchas ocasiones, no hay Otro, sobre todo adulto, que los aloje, que pueda sostener, hacerse cargo de ese sufrimiento y ayudar a construir sentidos que les permita procesarlos. El joven se queda solo con sus angustias, se aísla y compromete así su salud mental.
En función de estos fundamentos, desde �SLazos en red⬝, la red de voluntarios para la prevención del suicidio de la ciudad de Concordia, hemos creado un espacio denominado �STaller de expresión para adolescentes⬝. No es una psicoterapia, ni una terapia de grupo, sino un dispositivo en el que los chicos pueden crear, desde los diversos géneros, sentidos que les permita tramitar psíquicamente, situaciones de dificultad. Esta coordinado por Verónica Bordagaray, Cecilia Gómez, Andrea Baquela y supervisado por quien escribe esta nota. Estas personas hacen una extraordinaria labor acompañando a los adolescentes a expresarse, conteniéndolos. A quien le interese participar puede consultar, por mensaje de texto o audio de whatsapp al 3454-038837.