Santa Ana y sus 125 años (3ª parte - final)
En 1a. parte, escribí sobre los festejos actuales, en Santa Ana. En la 2° parte, sobre la historia del lugar desde 1810.
En esta 3° parte, me dedico a comentarles sobre la vida y obra de su fundador. ¿Quién era Cupertino Otaño?
Estos datos se encuentran en el libro de �SGenealogía de Entre Ríos⬝ en el tomo II escrito por María Marta Quinodoz. Cupertino Otaño, nació en Nogoyá, el 26 de setiembre de 1849.
Egresó del Colegio del Uruguay (1862). Fue nombrado escribiente de los juzgados de Nogoyá. Ayudante de la Escuela de varones de Nogoyá (1868 1869). Se incorporó a las fuerzas del General López Jordán (1870). Pasó luego a Concordia, donde fue comerciante, Concejal y presidente del Concejo Deliberante.
Se casó en 1877 a los 27 años con Leonor Otaño de 23 años hija de José María Otaño. Tuvieron tres hijos, Leonor, Estela y Ricardo. Como comerciante, tenía un comercio en Chajarí, y en Concordia donde hoy está el Teatro Gran Odeon, un negocio de ramos generales importados, como lozas inglesas, y delicados manteles.
En Concordia, además, bregó con un grupo de intelectuales y emprendedores, por la creación de instituciones de índole social, ya que se carecía de ellos, hasta que se creó en 1872 el Casino Progreso, contándolo como uno de sus fundadores. Después, de otros clubes sociales, y fue presidente del Club Progreso en 1917.
En lo deportivo, también formó parte entre los fundadores del Tiro Federal
Los industriales de Chajarí y de Federación, le obsequiaron una enorme escultura, de un agricultor trillando, sobre una base de roble tallado el escudo de Entre Ríos, en agradecimiento por el apoyo que siempre les brindó, fechado 1888.
En lo político, militó en el Partido Autonomista, de ideales Conservadores, hace que se eleve en el ámbito provincial, como Convencional, de la Constitución del 1903, para reformar la Constitución de 1883.
Fue Senador provincial; y luego presidente del Senado (1903). Por estar enfermo el gobernador Dr. Prócoro Crespo, y vacante la vicegobernación, y el ser el presidente de la Cámara, le tocó provisoriamente y transitoriamente ser Gobernador. Entregó el 1 de octubre de 1914 al Gobernador elegido, M. Ángel Laurencena, que fue el primer gobierno radical.
Posteriormente fue hasta fallecer, Diputado Nacional por la provincia de Entre Ríos. En ese lugar presentó muchos proyectos, pero destacamos el interés por el aprovechamiento de Salto Grande.
El primer proyecto de aprovechamiento de Salto Grande fue en el siglo XIX, el Proyecto del Señor Vidal Soler, yerno de Urquiza y amigo del General Julio A. Roca. Cupertino Otaño, siendo diputado presentó un segundo Proyecto Otaño, en (1894) Pasó dicho Proyecto al Senado, que lo consideró conveniente, estudiar la construcción de un canal de navegación lateral, para salvar el escollo de Salto Grande. No se tuvo información sobre el resultado de tales estudios, que se preveía una inversión de 100.000 pesos, procedentes de rentas generales.
En el Diario de Sesiones de la Cámara de Diputados de Julio 6 de 1921 en la 14 Reunión 13 sesión ordinaria, siendo presidente el Señor Goyeneche, se le realiza un Homenaje Póstumo.
El Señor diputado Sr. Daneri pide la palabra y dice así.
�SEl Señor Don Cupertino Otaño, fue un dignísimo ciudadano de la República. Su nombre quedó vinculado al progreso moral, y material conquistado por la provincia durante 40 años, pues durante todo ese periodo, se lo contó en las filas de sus más entusiastas, y decididos colaboradores.
Don Cupertino como cariñosamente se lo llamaba en entre sus conciudadanos, para invertirle de representación popular y confiar en su patriotismo.
Fue así que como la legislatura provincial lo contó primero como Diputado, posteriormente Senador, y Presidente del Senado, y accidentalmente obtuvo la primera magistratura de Gobernador; y esta honorable cámara lo contó, como diputado, por su provincia natal. Rindió siempre tributo al trabajo, y señaló a la juventud por donde se hace grande la patria.
Siempre contó, con el respeto y la estimación de todos. Los espíritus que saben solo practicar el bien, por el bien mismo. Supo honrar una banca de esta honorable cámara, hago moción para que, a invitación del señor presidente, nos pongamos de pie⬝. Y así se hizo dicho homenaje al haber trabajado hasta su fallecimiento de 71 años, el 29 de junio (1921).
Se cierra allí un nombre y una historia, que vivió para trabajar, dedicando su existencia, a su perseverante labor, y ser entre los merecidos luchadores, reafirmando el concepto, de lo que fueron los vascos y sus descendientes. Estas palabras son de la profesora Rosa Araujo de Giacobino.
Tapa del diario �SEl Heraldo⬝ del martes 8 de Julio de 1952 dice: �SOro y piedras preciosas en la costa de nuestro Uruguay.⬝ Esta escrito por la profesora Rosa Araujo de Giacobino y ratificado en otro diario local ⬝Santa Ana y su inexplotada riqueza⬝. Supongo a todos les llamará la atención dicho titular. Resumiré esa historia increíble, pero que fue real, y creo es poco conocida. Don Cupertino colonizó Santa Ana y entre los compradores de las chacras compró un terreno que, con gran visión, el señor López, excavó, y realizó una mina y encontró piedras preciosas y otras semipreciosas.
Amatistas, topacios y otras piedras de gran valor que justamente esta noticia provocó la afluencia de técnicos, ingenieros, industriales, demostrando, esta riqueza en potencia. El lugar le llamaban ⬝la cueva del diablo⬝. Estaba en una barranca abrupta, donde se halla el centro de las arenas rojas, y está comprobado la presencia de pepitas auríferas, y arrastre de arena del preciso metal.
La señora Rosa Araujo entrevistó, a las hijas del Señor López, Letamendi de Torres, y Haydée López Letamendi de Cordero, de allí de Santa Ana, departamento de Federación; que le comentaron detalles de la mina de su padre, que con tanto trabajo construyó y que tantas veces se le inundaba, y tenía que volver a empezar.
Otro problema era la dificultad de conseguir medios de transporte. Muchas empresas extranjeras, se interesaron por el hallazgo, pero no daba ganancias y todo quedó en la nada. Algunas de esas piedras fueron talladas por el famoso tallista Forestiere, y se expusieron en una exposición en Buenos Aires en 1910; y se obtuvo valioso premio. Además, las arenas de Santa Ana, fueron constatadas en muestras enviadas a Alemania, que eras arenas de las mejores, para realizar la fabricación de finísimas porcelanas.
Y finalmente nos deja pensando, si esas entrañas de la tierra de Santa Ana, de tanto valor, siguen esperando ser extraídas, o ellas quedaron bajo las aguas.
Saludo a toda la gente de Santa Ana, soñadores del progreso, del trabajo, y el hogar cristiano, que ya dio dos hijos sacerdotes, y que mantienen la nobleza de su tradición y de fe. El turista que llega se encuentra con los brazos abiertos de la Virgen y de su gente amable y cordial que llevan el nombre de la madre de la Virgen: Ana, ejemplo de mujer, madre de la Virgen y protectora de sus hogares.
Teresita Miñones de García