Una trayectoria de servicio y compromiso pastoral de 19 años en Concordia
Un capítulo significativo en la historia de la Diócesis de Concordia llega a su fin el próximo viernes 1 de septiembre, cuando Monseñor Luis Collazuol ceda su posición al nuevo obispo designado por el Papa Francisco, Gustavo Gabriel Zurbriggen.
Después de liderar la diócesis durante casi dos décadas, Monseñor Collazuol se prepara para un nuevo capítulo, pero su legado de servicio y compromiso pastoral perdurará.
La semana previa a este relevante acontecimiento, El Heraldo tuvo el honor de entrevistar a Monseñor Luis Collazuol en la sede del Obispado de Concordia. Durante la conversación, Monseñor Collazuol compartió su historia y experiencias que moldearon su camino hacia el sacerdocio y su servicio en la diócesis.
El camino de Monseñor Collazuol hacia el sacerdocio comenzó en el seno de una familia cristiana en Rosario, donde aprendió valores de solidaridad, participación en la vida parroquial y la importancia de la comunidad. “Desde chico había como una semilla, de ver el sacerdote, su actuación, su cercanía”, compartió Monseñor Collazuol, reflexionando sobre los primeros indicios de su vocación.
A lo largo de su adolescencia y etapa educativa, esa semilla fue germinando y se convirtió en una pregunta más explícita: ¿Por qué no ser como un sacerdote? Esta pregunta lo llevó a participar activamente en movimientos de laicos y, finalmente, a ingresar en el seminario a los 19 años. Su formación coincidió con un período de transformación en la Iglesia después del Concilio Vaticano II, lo que influenció profundamente su vocación.
Tras ser ordenado diácono en 1973, Monseñor Collazuol recibió la oportunidad de continuar sus estudios en Teología en España. Luego, en 1974, recibió la ordenación sacerdotal y regresó a Argentina para incorporarse a la tarea pastoral. Su compromiso con la comunidad, la vida parroquial y la formación de nuevos sacerdotes lo llevó a equilibrar su tiempo entre el servicio pastoral y la educación.
En 1997, una nueva etapa se abrió ante él cuando fue designado como obispo auxiliar en la Diócesis de Rosario. Durante seis años, acompañó al obispo diocesano en una tarea que abarcaba múltiples parroquias y movimientos apostólicos. Finalmente, en 2004, su servicio lo llevó a la Diócesis de Concordia, donde asumió el rol de obispo el 11 de octubre de ese año.
“Siempre un traslado cuesta un poco, hay que hacerse a la nueva realidad”, compartió Monseñor Collazuol, describiendo su proceso de adaptación a Concordia. Durante su tiempo en la diócesis, destacó la importancia de la formación comunitaria y el discernimiento en la búsqueda de lo que Dios pedía en cada momento.
El legado de Monseñor Collazuol en Concordia se refleja en el Plan Pastoral Diocesano que presentó en 2008, enfocado en áreas como el anuncio evangelizador, la formación permanente, la promoción humana y la renovación pastoral. A pesar de las dificultades y desafíos, Monseñor Collazuol siempre percibió la presencia del Señor entre la comunidad.
Al abordar su próxima transición, Monseñor Collazuol expresó su deseo de seguir sirviendo en la comunidad de Concordia y acompañar al nuevo obispo en su rol. “No es una despedida”, afirmó, enfatizando que los sacerdotes y obispos nunca se jubilan, sino que cambian de tarea en su compromiso de servicio a Dios y a los demás.
En el cierre de la entrevista, Monseñor Collazuol compartió un mensaje para la comunidad de Concordia, instando a mantener una Iglesia viva, dinámica y comprometida en el servicio y el diálogo. Su legado y su espíritu pastoral seguirán siendo una guía para las futuras generaciones.
Este viernes 1 de septiembre, la Diócesis de Concordia dará la bienvenida a su nuevo obispo, Gustavo Gabriel Zurbriggen, mientras Monseñor Luis Collazuol continúa su servicio pastoral en la comunidad que ha abrazado como propia.