Un profeta ruega por la paz
Con el alma dolorida y voz firme, Francisco, suplica por la Paz del mundo. Nos invita a unirnos a Él con nuestra Oración. Ya se habrán dado cuenta que me refiero al Papa Francisco, profeta de nuestro tiempo. Y me recuerda palabras de la Biblia, cuando refiriéndose a Juan, un profeta que hace mas de dos mil años , luchó por la justicia, por la verdad, en defensa de su pueblo y descubriendo la hipocresía de los gobernantes poderosos, reyes, tiranos, que explotaban a sus pueblos, pero llevaban una vida inmoral, lujuriosa ; derrochando bienes , y comida que solo ellos disfrutaban. A quienes los exhortaba ¡“Cambien su vida y su corazón”!
Sabiendo Jesús de la lucha que Juan sostenía en soledad, hablo a sus seguidores diciéndoles “¿Que fueron a ver al desierto? ¿Una caña movida por el viento?, ¿un hombre vestido con ropas finas? No, los que se ponen trajes elegantes y llevan una vida de placeres están en mansiones, en palacios”. Fueron a ver un profeta; dijo Jesús, y yo me atrevo a decir que en aquel tiempo fue Juan, hoy es el Papa Francisco; el nuevo profeta de Dios. Que no está en un desierto, sino en el corazón del mundo, en el sufrimiento de cada pueblo, de cada hombre, mujer o niño martirizado por los misiles, que provocan terror, destrucción y muerte. Desastre al que parece nos estamos acostumbrando, al verlo a diario por televisión, como una “noticia” más. Por eso la súplica del Papa para que “no olvidemos orar por la Paz”. No olvidemos orar por todos los pueblos que están en guerra”. Para que aumenten los esfuerzos por lograr esa paz tan ansiada y necesaria, recordando que “la guerra es siempre una derrota”. Tampoco olvidar, que la paz, no es solo ausencia de guerra; porque un pueblo con hambre, con su gente durmiendo en las veredas, con niños y jóvenes que no pueden soñar o proyectar un futuro mejor; con gobiernos que nos les importa cómo vive su gente, sino solo la suma del poder y aumentar sus riquezas y la de “sus amigos”, tampoco disfruta de una verdadera Paz. Respondiendo al Papa Francisco, al clamor desgarrador y silencioso de las víctimas de tanta violencia; oremos a Nuestro Dios, a tu Dios, para que seamos capaces de comenzar a construir la “Civilización del Amor y de la Vida”, que es comenzar a construir una Paz verdadera y para siempre”. Así Sea.
Comentarios
Para comentar, debés estar registrado
Por favor, iniciá sesión