CVC, enfermedad silenciosa en cítricos
La enfermedad CVC, Clorosis Variegada de los Cítricos, es causada por una bacteria (Xylella fastidiosa) ocasionando problemas productivos y de comercialización. La detección temprana de la misma colabora con su control.
La CVC se transmite a las plantas cítricas a través del material de propagación (yemas, y plantines) que no posee garantía de sanidad y por insectos vectores, comúnmente llamada �Schicharritas⬝ pertenecientes al orden Hemíptera, familia Cicadellidae.
En la zona citrícola del noreste de Entre Ríos la enfermedad produce severas pérdidas. La presencia de esta enfermedad conlleva a la erradicación de plantas afectadas a modo de evitar la presencia del inóculo.
La Clorosis Variegada de los Cítricos comienza a ser detectada cuando la planta está produciendo, es decir que cuando el productor la advierte, ya ha realizado la plantación y lleva varios años de inversión en lote. Lo que se observa cuando la enfermedad está presente es que las plantas tienen ramas atípicas, defoliación y/o frutas chicas, siendo este ya un estado avanzado de la enfermedad.
La bacteria que causa el CVC está en el xilema de la planta y provoca el taponamiento de los vasos responsables de llevar agua y nutrientes de la raíz a la copa de la planta. Cuando ello ocurre, se observa la defoliación de las ramas más altas de la planta, ya que los insectos vectores se alimentan de las hojas más tiernas.
Las plantas de viveros con material de sanidad certificado (plantines y yemas) desarrollados bajo cubierta, en condiciones aisladas asegura que la planta llegue a campo sana. Si a ello se le añade estrategias de manejo para controlar los insectos vectores permite un desarrollo de la plantación con rentabilidad económica.
Síntomas de la enfermedad CVC
Los primeros síntomas aparecen en una rama del árbol afectado, que se destaca del resto, por la clorosis que aparece en las hojas de esa rama de la copa, pequeñas manchas amarillas en el haz de la hoja (frente) que corresponde a lesiones de color pardo en el envés. Esas manchas evolucionan a lesiones de color pardo en ambos lados de la hoja. Estos síntomas son más fáciles de observar en primavera. En otoño suele verse la defoliación.
Los frutos se presentan pequeños, al principio en la rama afectada y luego en todo el árbol. Se denominan conmunmente frutos bolita.
Cuando la enfermedad avanza, la planta se ve afectada en su totalidad. Las hojas en todo su contorno se doblan como si fuera producto de un estres de sequía, los frutos parecen quemados por el sol, con tamaño reducido, endurecidos, la maduración es precoz y no se pueden comercializar.
En la etapa avanzada, la producción de la quinta afectada declina, los frutos quedan duros, pequeños, maduran precozmente y la pérdida de peso del fruto es muy significativa.
Estrategias de manejo
Al no existir aún una forma específica de control se aconseja:
Utilización de plantas sanas (material de propagación yemas, plantines con garantía de sanidad)
Poda de ramas en plantas adultas con síntomas iniciales de CVC (cuando no se observa frutos pequeños) de esta manera se eliminarían de manera temprana bacterias del árbol.
Control de las �Schicharritas⬝, vectores de esta enfermedad mediante insecticidas, en el momento que las trampas de monitoreos estén capturando las chicharras (primavera-verano-otoño). En el invierno las heladas eliminan muchos adultos, otros se resguardan en grandes árboles de refugios y muchos pasan esa estación del año en estado de huevo y empiezan a eclosionar en primavera.
Generalmente afecta más a Naranjas de variedades Valencia, Salustianas y mandarinas Nova.
Para el determinar la presencia de esta enfermedad la Estación Experimental de INTA Concordia cuenta con un moderno laboratorio de análisis que permite diagnosticar con precisión la presencia y ausencia de enfermedad y está disponible para los productores y técnicos que lo requiera.
AUTORES: Juan Manuel RONCAGLIA
UNIDADES: E.E.A. Concordia, Chajarí.