Las lluvias de marzo renovaron el optimismo en el campo
Las precipitaciones recargaron los suelos en buena parte del área agrícola y anticipan un trimestre con clima más estable. El fenómeno El Niño entra en fase neutral (fauba).
os de la región agrícola argentina. Las lluvias, que superaron ampliamente los promedios habituales en zonas clave del país, ofrecieron una bocanada de alivio luego de extensos períodos de déficit hídrico. En la Región Pampeana, particularmente en el sudoeste bonaerense, se registraron episodios extremos como los ocurridos en Bahía Blanca y Coronel Suárez, donde la intensidad de las precipitaciones batió récords.
En Bahía Blanca, por ejemplo, se acumularon 290 milímetros en apenas 12 horas, un volumen que cuadruplicó el promedio mensual de marzo. El evento fue tan inusual que, según los especialistas, su recurrencia estadística supera el siglo. Estos niveles excepcionales también se replicaron en el norte de Salta, donde los ríos Bermejo y Pilcomayo desbordaron, y en diversas zonas de la Región Chaqueña hacia fin de mes.
Agua para los cultivos y el ganado
Aunque las lluvias generaron anegamientos puntuales y retrasos en la cosecha en algunos sectores, los perfiles de humedad se mostraron muy favorables en la mayor parte de la Región Pampeana. En esta área, los suelos conservaron buenos niveles de agua útil, lo que representa una condición ventajosa para los cultivos de verano que aún siguen en pie.
En el caso de la ganadería, la recarga de las aguadas en la Región Chaqueña ofreció un respiro. La disponibilidad de agua no solo mejora la situación actual del ganado, sino que también optimiza las condiciones para la futura siembra de cultivos de invierno.
A pesar de este panorama alentador, los especialistas coinciden en que los daños provocados por la sequía sobre cultivos como el maíz, la soja y el algodón son definitivos. Sin embargo, se abre una ventana de esperanza para los maíces de siembra tardía, que aún se encuentran en fase reproductiva: el aumento de humedad podría favorecer el llenado de granos y mitigar parcialmente las pérdidas.
“La recarga hídrica de marzo fue clave. Llegó justo a tiempo para beneficiar a los cultivos de siembra tardía y prepararnos para una buena implantación de los de invierno”, destacó Adela Veliz, coautora del informe y docente de Climatología y Fenología Agrícolas en la FAUBA.
Diferencias regionales
Las condiciones de humedad en los suelos no fueron uniformes. En zonas como el centro de la Mesopotamia, particularmente en Corrientes, las reservas hídricas siguen siendo escasas. También se detectaron déficits en Tucumán y en sectores del noroeste de la Patagonia. Por el contrario, el sur de la Región Pampeana, el norte de Córdoba y el este de Salta experimentaron mejoras notables en los perfiles de humedad.
Para ilustrar estos contrastes, los técnicos compararon dos localidades: Venado Tuerto, donde la disponibilidad de agua hasta un metro de profundidad es óptima, y Corrientes, que aún enfrenta un panorama deficitario.
Las temperaturas del Océano Pacífico Ecuatorial son un indicador clave para anticipar los comportamientos climáticos asociados al fenómeno El Niño-Oscilación del Sur (ENOS). Durante marzo, las aguas del Pacífico central se mantuvieron por debajo de los valores normales, mientras que en los extremos oeste y este del océano se observaron anomalías positivas.
¿Significa esto que se termina la influencia de El Niño en el agro? ¿Qué tendencias podrían instalarse en los próximos meses?
Los modelos climáticos consultados en marzo por distintos organismos nacionales e internacionales coinciden en que, para el trimestre abril-mayo-junio, las temperaturas del océano tenderán a la normalidad en la región 3.4 del Pacífico, usada para monitorear la evolución del fenómeno. Las estimaciones del Climate Prediction Center (CPC) y del International Research Institute for Climate and Society (IRI) anticipan con un 77% y 86% de probabilidad, respectivamente, que el ENOS transite una fase neutral en los próximos tres meses.
“Los modelos indican que el fenómeno El Niño está entrando en fase neutral, lo cual permite esperar un clima más estable, con menor variabilidad y eventos extremos menos frecuentes durante el próximo trimestre”, explicó María Elena Fernández Long, coautora del informe y docente de Climatología y Fenología Agrícolas en la FAUBA.
Lo que viene
Según los pronósticos elaborados por el Servicio Meteorológico Nacional con participación de diversas instituciones, entre ellas la cátedra de Climatología y Fenología Agrícolas de la FAUBA, el próximo trimestre se caracterizará por temperaturas superiores a las normales en las regiones norte y sur del país.
En términos de lluvias, se esperan valores por debajo de lo habitual en la Patagonia, mientras que en el norte de la Región Pampeana podrían superar los promedios. En el resto del territorio, las precipitaciones se ubicarán dentro de los rangos normales.
El panorama climático para los próximos meses abre un escenario de mayor estabilidad. Aunque los efectos del déficit hídrico acumulado no desaparecen de un día para otro, las recientes lluvias y la neutralidad de El Niño permiten pensar en una campaña más previsible para el agro argentino. Fuente: Fauba SLT
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