Trabajan en la obtención de híbridos triploides, para cítricos sin semilla
Investigadores del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) en Concordia, Argentina, en colaboración con el Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias de España, están trabajando en el desarrollo de una tecnología revolucionaria que podría revitalizar el mercado de las mandarinas.
Su enfoque se centra en la obtención de híbridos triploides de cítricos que producen frutos sin semillas, con excelente sabor, fácil pelado y que mantienen su calidad poscosecha.
Argentina ocupa actualmente el séptimo lugar como productor mundial de frutas cítricas, con un énfasis particular en las mandarinas, que se consumen mayoritariamente como fruta fresca. El 95 % de la producción nacional de mandarinas proviene de la región NEA, siendo la provincia de Entre Ríos la líder en este cultivo. Con el objetivo de mejorar las características de las mandarinas, el equipo de investigación del INTA Concordia ha estado trabajando arduamente en la obtención de híbridos que cumplan con los requisitos exigidos por los consumidores.
El Programa de Mejoramiento Genético de Mandarinas del INTA se enfoca en el desarrollo de nuevas variedades que ofrezcan frutos de excelente calidad organoléptica, es decir, con un sabor sobresaliente, fácil pelado, sin semillas y que mantengan su calidad durante toda la campaña de producción, incluyendo el periodo poscosecha.
Miguel Garavello, especialista en mejoramiento genético del INTA Concordia, explicó que se están utilizando herramientas biotecnológicas para lograr la obtención de estas variedades sin semillas.
El enfoque se basa en la obtención de híbridos triploides, que son células u organismos con tres conjuntos de cromosomas. Esta estrategia se ha convertido en una de las más importantes en los programas de mejora genética de cítricos a nivel mundial.
En la etapa inicial del desarrollo de plantines de estas nuevas variedades de mandarinas sin semillas se encuentra actualmente el equipo del INTA Concordia. Se espera obtener los primeros frutos en los próximos años, lo que podría revolucionar la industria citrícola nacional. Uno de los beneficios clave de estos híbridos triploides es su baja fertilidad, lo que resulta en la ausencia de semillas en los frutos.
Esto también evita la formación de semillas en otras variedades a través de la polinización cruzada.
Además, estos híbridos son más respetuosos con el medio ambiente, ya que no requieren de control químico para evitar polinizaciones indeseadas, permitiendo la coexistencia con colmenas en el mismo cultivo.
En el ámbito de la mejora genética, se ha logrado desarrollar híbridos triploides mediante un proceso que implica el cultivo in vitro y la germinación de los embriones. Este método permite obtener plantas con características deseables que resultan beneficiosas en diversos sectores.
El procedimiento comienza identificando las semillas que contienen embriones triploides, los cuales se aíslan para su posterior tratamiento.
Estas semillas son desinfectadas utilizando hipoclorito de sodio y se colocan en paquetes pequeños envueltos en telas de gasa, con el fin de mantener condiciones óptimas para su desarrollo.
Una vez preparadas, se remueven los tegumentos de las semillas de manera aséptica. Luego, los embriones se cultivan en tubos de ensayo que contienen un medio nutritivo adecuado. A través de este proceso, los embriones triploides pueden germinar y desarrollarse hasta convertirse en plantines.
Es importante destacar que a nivel mundial ya existen variedades de híbridos triploides desarrolladas en diferentes programas de mejora genética. Entre los híbridos destacados se encuentran los españoles Garbí, Safor y Alborea, los estadounidenses Shasta Gold®, Tahoe Gold® y Yosemite Gold®, y los italianos Tacle, Clara, Mandared, Mandalate y Lemox. Estas variedades han sido seleccionadas y desarrolladas para obtener características específicas que las hacen únicas y valiosas en sus respectivas aplicaciones.
El proceso de obtención de híbridos triploides involucra técnicas de cultivo in vitro y germinación de embriones, seguido de la selección y desarrollo de plantas con características deseables.
La existencia de variedades de híbridos triploides en distintos programas de mejora genética a nivel mundial evidencia los avances en este campo y su potencial para contribuir en diferentes ámbitos de aplicación.