La decencia, tu sensatez y humildad, marcaron el camino en tu vida y en toda tu familia. Cultivaste lo que sembraste; bondad y realidad. Siempre contento, positivo, y con buena voluntad. E so te destinó al éxito. Las horas del día las repartía entre el trabajo, tu esposa, tus hijos y la iglesia. Compromiso con el trabajo y la familia, la felicidad con la vida y fe con Dios, Cristo y la Santa Virgen María.

Tu recuerdo me acompaña. Tu permanente compañía y sencillez está presente.

Con tu amada Nené trajeron 10 hijos. Con ellos llegaron 27 nietos. Tus consejos golpean mi mente: “hijos estudien y sean buenas personas y así tendrán éxito en la vida y lograran paz y amor”.

Estoy triste pues no te veo. Pero tan contento al haber tenido un hermano de fierro como vos, con ideas claras, y estar siempre dispuesto a ayudar a sus semejantes. El orgullo me desborda al recordarte.

Hoy te veo nuevamente junto a tu amada esposa viajando en una nube de felicidad.

Demetrio cumpliste: serviste a Dios, a la patria y a tu familia. Lograron transmitir con Nené los valores éticos y religiosos a tus generaciones. Demetrio descansa en paz, y que brille para ti la Luz que no tiene fin!

Tu hermano Antonio Juan