Hallan un planeta que desafía lo imposible
Gira alrededor de dos estrellas tan masivas y calientes que su misma existencia era cuestionada
Astrónomos han descubierto un planeta alrededor de b Centauri, un sistema que puede verse a simple vista y que está compuesto por dos estrellas excepcionalmente masivas y calientes. Tanto, que la existencia de un mundo en condiciones semejantes era considerado imposible por muchos. El nuevo planeta, también descomunal, sobrevive porque se mantiene bien alejado de sus estrellas: les separa 100 veces la distancia a la que Júpiter se encuentra del Sol. Su hallazgo demuestra que los planetas pueden formarse en entornos muy hostiles, lo que implica que pueden existir aún más de los que calculábamos.
«Fue muy emocionante descubrir un planeta alrededor de b Centauri, ya que cambia por completo la imagen que tenemos de las estrellas masivas como anfitrionas de planetas», explica Markus Janson, de la Universidad de Estocolmo (Suecia) y primer autor del nuevo estudio publicado este miércoles en la revista 'Nature'.
Ubicado aproximadamente a 325 años luz de distancia, en la constelación de Centauro, el sistema de dos estrellas b Centauri (también conocido como HIP 71865) tiene al menos seis veces la masa del Sol, lo que lo convierte, con mucho, en el sistema más masivo alrededor del cual se ha confirmado la presencia de un planeta. Hasta ahora, no se había visto ninguno alrededor de una estrella más de tres veces más masiva que el Sol.
Entorno peligroso
La mayoría de las estrellas masivas también son muy calientes, y este sistema no es una excepción: su estrella principal es de tipo B, que es más de tres veces más caliente que el Sol. Debido a su intensa temperatura, emite grandes cantidades de radiación ultravioleta y de rayos X.
La gran masa y el calor de este tipo de estrellas tienen un fuerte impacto en el gas circundante, lo cual debería actuar en contra de la formación de planetas. En particular, cuanto más caliente es una estrella, más radiación de alta energía produce, lo que hace que el material circundante se evapore más rápido. «Las estrellas de tipo B generalmente se consideran entornos bastante destructivos y peligrosos, por lo que se creía que debería ser extremadamente difícil formar grandes planetas a su alrededor», afirma Janson.
Pero el nuevo descubrimiento muestra que los planetas pueden, de hecho, formarse en sistemas estelares tan hostiles. «El planeta de b Centauri es un mundo alienígena en un entorno que es completamente diferente al que experimentamos aquí en la Tierra y en nuestro Sistema Solar», explica la coautora, Gayathri Viswanath, estudiante de doctorado en la Universidad de Estocolmo. «Es un ambiente hostil, dominado por la radiación extrema, donde todo está en una escala gigantesca: las estrellas son más grandes, el planeta es más grande, las distancias son más grandes».
Mundo masivo
De hecho, el planeta descubierto, llamado b Centauri (AB)b o b Centauri b, también es extremo. Es 10 veces más masivo que Júpiter, por lo que es uno de los planetas más masivos jamás encontrados. Además, se mueve alrededor del sistema estelar en una de las órbitas más amplias descubiertas hasta ahora, a una distancia 100 veces mayor que la distancia que separa a Júpiter del Sol. Esta gran distancia del par central de estrellas podría ser clave para la supervivencia del planeta.
Estos resultados fueron posibles gracias al sofisticado instrumento SPHERE (Spectro-Polarimetric High-contrast Exoplanet Research, búsqueda de exoplanetas con espectropolarimetría de alto contraste), instalado en el Very Large Telescope del Observatorio Europeo Austral (VLT de ESO), en Chile. SPHERE ya había obtenido antes, de forma exitosa, imágenes de varios planetas que orbitan estrellas distintas del Sol, incluida la primera imagen de dos planetas que orbitan una estrella similar al Sol.
Sin embargo, SPHERE no fue el primer instrumento en obtener imágenes de este planeta. Como parte de su estudio, el equipo investigó datos de archivo sobre el sistema b Centauri y descubrió que ya se habían obtenido imágenes hace más de 20 años con el Telescopio ESO de 3,6 m, aunque en ese momento no fue identificado como planeta.
Con el Telescopio Extremadamente Grande (ELT) de ESO, que comenzará sus observaciones a finales de esta década, y con las actualizaciones del VLT, la comunidad astronómica podrá revelar más sobre la formación y las características de este planeta. «Será una tarea intrigante tratar de averiguar cómo podría haberse formado, lo cual ahora mismo es un misterio», concluye Janson.
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