Se busca al primer astronauta con discapacidad física
La Agencia Espacial Europea (ESA) anuncia un programa pionero de «parastronautas» en su primera convocatoria de plazas en once años
La Agencia Espacial Europea (ESA) ha anunciado este martes una convocatoria, la primera en once años, para reclutar a una veintena de nuevos miembros para su cuerpo de astronautas. Como parte de una novedosa iniciativa, una o dos plazas serán reservadas para personas con algún tipo de discapacidad física. Esos «parastronautas», como los han denominado, formarán parte del grupo de reserva de la ESA y, si se producen las condiciones adecuadas, volarán en el futuro a la Estación Espacial Internacional (ISS) «en una misión segura y útil». Como han advertido desde la agencia, «nadie ha hecho antes esto y tenemos que asegurarnos de que todo vaya bien».
Por primera vez en la historia, la ESA lanza un proyecto (Parastronaut feasibility project) para que entre sus astronautas haya personas con una discapacidad física que normalmente les impediría ser seleccionadas debido a los requisitos impuestos por el uso del hardware espacial actual. «Por el momento, contemplamos la falta de uno o dos pies, la de una o dos piernas, una diferencia de longitud entre las dos piernas o una baja estatura (menos de 130 cm)», explica Sergi Vaquer, médico aeroespacial de la ESA. Para hacer esta selección, la agencia ha contado con la ayuda del Comité Paralímpico Internacional. El objetivo, según han explicado, es apostar por la diversidad y la inclusión, y conocer los retos que estas personas puedan encontrarse a la hora de trabajar o vivir en el espacio. «Es un proyecto pionero y un gran reto», ha afirmado Rosario Martín-Sánchez, jefa de la Unidad de Seguridad Social y Políticas Afines de la ESA.
En un principio, los parastronautas estarán en la reserva con el objetivo de que en un futuro puedan realizar alguna misión en la órbita baja de la Tierra, como las que se realizan en la plataforma orbital. «No tenemos vehículos espaciales propios y debemos convencer a otras agencias a que los adapten para que estos astronautas puedan participar en misiones de forma segura», subraya Vaquer. En este sentido, la italiana Samantha Cristoforetti, única mujer astronauta de la ESA en activo, ha recordado que «todos somos discapacitados en el espacio. La tecnología es lo que nos permite estar allí y tenemos que adaptarla a todo tipo de personas».
Mantener la calma
Todos los candidatos sin distinciones, incluidos los futuros «parastronautas», han de ser ciudadanos europeos con un grado y tres años de experiencia en áreas como ciencias naturales, medicina, ingeniería, matemáticas o ciencias de la computación, o ser pilotos experimentados. Además, se requiere hablar inglés con fluidez y se valoran otros idiomas. En cuanto a su personalidad, deben estar «fuertemente motivados y ser capaces de lidiar con horarios de trabajo irregulares, viajes frecuentes y largas ausencia del hogar, la familia y la vida social habitual». Igualmente, es indispensable tener la cabeza fría y ser capaces de «mantener la calma bajo presión». Sin restricciones de género -han hecho un llamamiento especial a las mujeres-, creencias o etnia, sí hay un límite de edad, los 50 años, para garantizar que los astronautas puedan ir dos veces al espacio.
El plazo para aspirantes tanto a astronauta como a parastronauta estará abierto del 31 de marzo al 28 de mayo. La agencia solo tendrá en cuenta las candidaturas enviadas a través de la web de empleo de la ESA, que deberán ir acompañadas de una carta de motivación y un certificado médico similar al que requiere un piloto privado. Después comenzará el proceso de selección, que constará de seis fases: test psicológicos, pruebas psicométricas y prácticas, selección médica y dos rondas de entrevistas. En principio, el proceso finalizará en octubre de 2022.
Viaje a la Luna
Los elegidos recibirán un intenso entrenamiento durante un año en el Centro Europeo de Astronautas en Colonia (Alemania) que incluye conocer los vehículos espaciales, fundamentos de ingeniería y ciencias, habilidades de supervivencia y ruso. Después, en diferentes localizaciones y durante un tiempo que puede durar varios años, se entrenarán en prácticas médicas, navegación, paseos espaciales... hasta que les sea asignada una misión para cuyos experimentos u objetivos requerirán habilidades específicas.
Además de participar en las misiones a la estación espacial, estos futuros astronautas podrán ser seleccionados para el módulo Gateway en la órbita de la Luna (hay un acuerdo de tres vuelos con la NASA) e incluso para cumplir el sueño de pisar la superficie de nuestro satélite natural.
El astronauta alemán Matthias Maurer ha animado a todos aquellos que quieran presentarse y tengan el temor de no ser lo suficientemente buenos. «Lo más difícil es pasar la traba de la solicitud. Eso es lo que hay que hacer muy bien. Si lo quieres de corazón vas a tener éxito, pero debes estar muy seguro», ha advertido. Especialmente porque la competencia va a ser dura. En la anterior convocatoria, en 2008, se presentaron 8.500 candidatos. «Ser astronauta es lo que he buscado toda mi vida y lo conseguí -ha dicho Cristoforetti-, pero sea uno seleccionado o no, es una gran oportunidad de conocer tus fortalezas, tus debilidades y ayudarte a crecer».