Sorpresa: El Sol pudo llevar agua a la Tierra
El análisis de la muestra de un asteroide indica una nueva fuente de este elemento fundamental para la vida en nuestro planeta
El origen del agua de la Tierra es uno de esos enigmas en los que los científicos no acaban de ponerse de acuerdo.
Una de las versiones más aceptadas sostiene que pudo llegar hasta aquí desde el exterior, a bordo de meteoritos provenientes de asteroides o cometas (en este punto también hay discrepancias). Sin embargo, un equipo internacional de investigadores apunta a una nueva fuente desconocida y sorprendente: el mismo Sol.
Los científicos, liderados por la Universidad de Glasgow, descubrieron que el viento solar, compuesto de partículas cargadas del Sol (en gran parte iones de hidrógeno), creó agua en la superficie de los granos de polvo transportados por los asteroides que se estrellaron contra la Tierra durante los primeros días del Sistema Solar.
Según Phil Bland, del Centro de Ciencia y Tecnología Espacial de la Universidad de Curtin en Perth, Australia, la Tierra era muy rica en agua en comparación con otros planetas rocosos del Sistema Solar, con océanos que cubrían más del 70 por ciento de su superficie, y los científicos llevaban mucho tiempo desconcertados sobre la fuente exacta de todo esto.
«Una teoría existente es que el agua fue llevada a la Tierra en las etapas finales de su formación en asteroides de tipo C (condritas carbonáceas, los más comunes).
Sin embargo, pruebas previas de la 'huella digital' isotópica de estos asteroides encontraron que, en promedio, no coincidían con el agua encontrada en la Tierra, lo que significa que había al menos otra fuente desconocida», señala Bland.
«Nuestra investigación sugiere que el viento solar creó agua en la superficie de pequeños granos de polvo y esta agua isotópicamente más liviana probablemente proporcionó el resto del agua de la Tierra», agrega.
Esta nueva teoría del viento solar se basa en un análisis meticuloso, átomo por átomo, de fragmentos minúsculos de un asteroide cercano a la Tierra de tipo S -constituyen un 17% de todos los asteroides conocidos y contienen grandes depósitos de niquel, hierro y magnesio- conocido como Itokawa, cuyas muestras fueron recogidas por la sonda espacial japonesa Hayabusa y devueltas a la Tierra en 2010.
Exploración espacial
«Nuestro sistema de tomografía nos permitió echar un vistazo increíblemente detallado dentro de los primeros 50 nanómetros de la superficie de los granos de polvo de Itokawa.
Descubrimos que contenían suficiente agua que, si se ampliaba, equivaldría a unos 20 litros por cada metro cúbico de roca», señala el investigador.
Para Luke Daly, graduado de Curtin, ahora de la Universidad de Glasgow, la investigación no solo brinda a los científicos una visión notable de la fuente pasada de agua de la Tierra, sino que también podría ayudar a futuras misiones espaciales.
«Cómo los astronautas obtendrían suficiente agua, sin llevar suministros, es una de las barreras de la futura exploración espacial», indica.
«Nuestra investigación muestra que el mismo proceso de meteorización espacial que creó agua en Itokawa probablemente ocurrió en otros planetas sin aire, lo que significa que los astronautas pueden procesar suministros frescos de agua directamente del polvo en la superficie de otro mundo, como la Luna», concluye.
ABC Ciencia