Batalla de Arroyo Grande
(Síntesis de la disertación del Dr. Bernardo I. Salduna, el 7/9/2023)
La batalla de Arroyo Grande fue un combate de las guerras civiles argentinas, anteriores a nuestra organización nacional y, de algún modo entremezclado con los conflictos internos políticos de la Banda Oriental (peleas entre Blancos y Colorados). Interesa a nuestra recordación porque participaron Blandengues, oficiales y soldados del cuerpo creado en la Banda Oriental en 1789, para perseguir indios depredadores, y contrabandistas que robaban ganado y vendían al Brasil.
Uno de los primeros oficiales del Cuerpo fue José Artigas.
Ocurrió-la batalla- el 6 de diciembre de 1842, geográficamente, en un campo lindero a las nacientes del Arroyo Grande, entre las actuales poblaciones de General Campos y San Salvador.
Participaron más de 16.000 hombres, entremezclados orientales –en ambos bandos- porteños, correntinos, entrerrianos y de otras provincias, incluso un contingente de santafesinos al mando de Juan Pablo López, apodado “Mascarilla”.
Los jefes de uno y otro ejército eran orientales: el llamado “Ejército Aliado”-Colorado Unitario lo comandaba el general Fructuoso Rivera.
El denominado Ejército Federal era liderado por el también jefe oriental Manuel Oribe. Lo secundaba el gobernador entrerriano Justo José de Urquiza. La batalla se inició en la madrugada del día 6 de diciembre de 1842 y culminó en horas del mediodía, con un triunfo completo del Ejército federal, que impuso su mayor número de hombres y armamento y la profesionalidad y experiencia de su núcleo de oficiales, varios veteranos de las guerras de Independencia.
Se registraron unos trescientos muertos en el bando vencedor, y aproximadamente mil quinientos en el derrotado.
La diferencia numérica de víctimas se debe a que el jefe triunfante Manuel Oribe-famoso tanto por su valentía como su crueldad- dispuso el fusilamiento y degüello masivo de muchos prisioneros rendidos, la que sólo se detuvo cuando el general Urquiza le impuso su autoridad como gobernador de la Provincia.
El combate, como dijimos, fue uno de los más importantes de las luchas civiles en el Río de la Plata, antes de la formación del estado nacional argentino con el dictado de la Constitución de 1853. El motivo central de las disputas, que retardaron nuestra organización, fue la resistencia de las provincias del interior al intento dominador de Buenos Aires: desde el inicio de la emancipación de España en 1810, los distintos gobernantes porteños, sea bajo la forma de Junta, de Directorio, Presidente, o de gobernador con delegación, como era el caso de Juan Manuel de Rosas, quisieron continuar el esquema básico de gobierno del Virreinato.
Esto es: un gobierno centralizado en Buenos Aires , que designara y controlara los gobiernos de provincia- simples divisiones administrativas- y el manejo exclusivo del puerto y la aduana como única entrada y salida de mercaderías y productos. El rechazo de esta política por parte de los jefes que fueron surgiendo en el interior se expresó a través de guerras y enfrentamientos, que, en ocasiones, determinaron que algunas provincias se separaran definitivamente del tronco común: tal el caso de Paraguay y, más adelante, Uruguay. Las potencias europeas, en especial Francia e Inglaterra, incidieron en estos procesos, de acuerdo a la defensa de sus intereses comerciales, apoyando o combatiendo a unos u otros, de acuerdo a las conveniencias del momento. En el caso de la batalla de Arroyo Grande, el jefe oriental- Colorado- Fructuoso Rivera, y quienes lo apoyaban abrigaban el proyecto del “Uruguay Grande”, esto es, un Estado separado de Buenos Aires, formado por la Banda Oriental y las Provincias de Entre Ríos, Corrientes, las Misiones y, probablemente, Santa Fé. A ello se agregaría gran parte del estado de Río Grande do Sul, donde había surgido un movimiento republicano separatista del Imperio de Brasil, dirigido por el general Bento Goncalvez aliado de Rivera, y que se denominó de los “farroupilhos” (en portugués quiere decir algo así como “harapiento”).
El triunfo federal en la batalla de Arroyo Grande impidió y derrotó este intento de segregación territorial.
Posteriormente, hubo otras tentativas: la rebelión encabezada por Ricardo López Jordán en 1870, con el asesinato de Urquiza, tenía como objetivo también formar un estado independiente con las provincias de la Mesopotamia y Santa Fé, bajo la protección del Brasil.
Antes de eso, un proyecto elaborado en Buenos Aires en, 1856 por Valentín Alsina, y los Varela, pretendía formar la “República del Plata”, con la ciudad y provincia de Buenos Aires y los territorios del Sur patagónico, separada del resto.
Tanto el jefe oriental José Artigas, como , después, el entrerriano Justo J. de Urquiza, pese a sus duros enfrentamientos con la dirigencia porteña , siempre se negaron a la separación: Artigas, nunca quiso la independencia del Uruguay respecto a las Provincias Unidas.
Urquiza, por su parte, aseguró la unión del territorio después de su triunfo militar en Cepeda y posterior acuerdo con Bartolomé Mitre en Pavón.
Su decisiva participación anterior en el combate de Arroyo Grande demuestra la consecuencia de su lucha en pos de la unidad de la Patria.
BERNARDO I. SALDUNA
Asociación “Justo José de Urquiza”
Concordia (E.R.)