El Dr. Favaloro y los valores humanos, un gran ejemplo
Se conmemoró el día del fallecimiento del querido y llorado Dr. Favaloro. Por ley del año 2003 se conmemora, también, el Día de los Valores Humanos.
¿Una gran coincidencia? O simplemente la vida de este gran patriota argentino inspiró su creación. Pienso que fue esto último. Porque él basó su vida en esos valores; que hacen a la superación y dignificación moral y espiritual de cada persona.
Él nos enseñó, con su ejemplo, los principios de carácter ético y moral en los que cada persona debe basar su vida. Principios que son indispensables para construir una familia, o una nación grande, digna y libre.
La tolerancia, la solidaridad, la amistad, el amor, la generosidad. También el respeto por el otro y por supuesto la honestidad. Yo me atrevo a agregar ser veraz, es decir, desterrar de nuestra vida la mentira, que lastima, destruye y nos empobrece como personas. Y dificulta el progreso humano y material de nuestra patria, o la de cualquier pueblo del mundo.
Es un día, en que, quizás, deberíamos detenernos un poco, para reflexionar seriamente sobre estos valores humanos. Preguntarnos si vivimos de acuerdo a ellos, o si el individualismo egoísta y materialista está lastimando nuestra sociedad.
Yo recuerdo que hace algunas décadas, ya en primer grado de la escuela nos enseñaban: recuerden chicos, si suben al colectivo una señora embarazada, o alguien con problemas para estar parado, ofrézcanles su asiento.
Tampoco olviden de saludar a los “servidores” públicos (policía, el “parquero”). O: “Ayuden a algún abuelo a cruzar la calle’’; elementales ejemplos de amor y solidaridad. Así la escuela enseñaba también valores humanos.
Debe seguir haciéndolo, junto a las familias. Porque solo viviendo los valores humanos podremos construir una sociedad más justa, un mundo donde todos sus habitantes puedan vivir unidos y felices.
Es bueno también que sobre estos principios reflexionen también, políticos, funcionarios públicos o privados.
Entonces como lo hizo el Dr. Favaloro, podrán ayudar, incluso salvar la vida de tantas y tantas personas. Su fundación era su vida, cuando no pudo mantenerla más, buscó ayuda, pidió auxilio porque su gran obra estaba en peligro de quebrar, pero no fue escuchado, hicieron oído sordo a su reclamo. Los que podían y los funcionarios que debían ayudarlo se negaron, provocando el dolor más grande a este médico de la humanidad, que no pudiendo tolerar, la imposibilidad de seguir salvando vidas; con un balazo destrozó su corazón. En realidad él apuntó con su revólver, sobre su pecho, la insensibilidad, el egoísmo, la indiferencia de los que pregonan una sociedad meramente capitalista, lo gatilló.
Dr. Favarolo, tu corazón está sano nuevamente, porque Dios mismo con un abrazo al recibirte curó todo su dolor y lo transformó en felicidad. Mientras te colocaba la corona de los que cumplieron, de los campeones del amor y la solidaridad.