“Soy Malvina, soy mujer, soy mamá de Umma, hija de Chuna, hermana, amiga de una red muy hermosa de personas que me sostienen y que me nutren, soy cantante, soy música, me siento muy nutrida y en relación con la naturaleza y con todo lo que me rodea, responsable de eso y cuidadora”. 
Malvina eligió esas palabras para presentarse y describirse. Ella es artista, docente y gestora cultural de la ciudad de Concordia, Entre Ríos, y es la primera protagonista del ciclo de entrevistas de Enrockados, un espacio de difusión para artistas.

En una charla relajada, íntima y profunda, Gutiérrez habló de su comienzo con la música, de la forma de interpretar sus canciones, recordó a su mamá, se emocionó con su hija y señaló quiénes son sus referentes artísticos. También, opinó sobre el rol de la mujer en la cultura concordiense y describió cuál es su sentimiento por la ciudad. “Concordia es una ciudad muy querida para mí”, afirmó.

Enrockados: ¿Cómo inicias tu camino con la música? 
MG: No sé bien. Siento que la música siempre estuvo en mi vida porque mi mamá es profesora de música, profesora de piano, entonces desde siempre la música estuvo en mi vida. Por ahí en la adolescencia cantando en algún grupo, después estudiando o en la facultad pero no tengo un momento de inicio. No distingo tanto mi camino con la música profesional como interno, como íntimo, como lo que yo sentía al hacer música, al escuchar música. Así que es un camino que viene desde hace mucho.

Enrockados: ¿Cómo es el piano de tu mamá? 
MG: El piano de mi mamá es marrón oscuro. Antes era enorme, muy grande. Siempre sonaban las mismas canciones que yo me sabía de memoria porque ella daba clases así que esas canciones a veces las oímos y las empezábamos a cantar inclusive con el nombre de las notas de la manera que nos las recordábamos. Así lo recuerdo grande, enorme y divertido para meterse y para probar porque nos era posible jugar con eso.

Enrockados: ¿Podés nombrar alguna de las canciones? 
MG: Una de las que me acuerdo era Tamboril Chino, esa me la acuerdo.

Enrockados: ¿Dónde y qué recuerdo tenés de tu primer espectáculo? 
MG: Calculo que habrá sido con el coro juvenil con Enrique de Monte Caseros, tendría 9 años y recuerdo la misa criolla. Me acuerdo del uniforme que era una túnica marrón enorme y cantar con muchísimo miedo porque era algo tan difícil, era algo que uno tenía que estar tan preocupado por hacerlo bien y toda esa preocupación y a la vez vivenciar todo eso porque cantábamos con los grandes. En ese momento era canto nuestro. La misa criolla recuerdo que era un mega escenario para mí y para esa edad.

Enrockados: ¿Cómo equilibras tus obligaciones con la música? 
MG: Por suerte la música está dentro de mis obligaciones porque yo trabajo dando clases en UADER, tengo proyectos de canto popular y de canto colectivo, la mayoría son para mujeres. Una agrupación coral, vocal, Cantoras de agua dulce, Amoras, Cantarinas. Son todos espacios musicales así que mis obligaciones son esas, por eso estoy muy agradecida. La obligación en realidad es mi trabajo, ese es mi trabajo y lo que tengo que hacer es estar siempre pendiente, atenta a pensar proyectos nuevos, a sentir para donde quiere ir este grupo, qué canciones surgen y qué canciones van a venir. Así que mi trabajo por suerte es la música y es lo que más deseo y lo que más disfruto.

Enrockados: ¿Le has dedicado la letra de una canción a una persona en particular? 
MG: Sí, a veces te pasa que pensás en eso. Últimamente, cada vez que canto “Quedándote o yéndote”, que es una canción que estamos haciendo con el trío, pienso en mi hija, la canto pensando en ella y cuando la veo siento que se la estoy cantando a ella. Enrockados: 

¿Cuál es tu canción favorita para interpretar? 
MG: Es que van cambiando por momentos. Ahora podría decir que “Cuando” de Jorge Fandermole. Me emociona cantarla, me gusta cantarla, la disfruto, me gusta sentir las palabras, me gusta pronunciar algunas letras en combinación con otras, es como que paso por ese momento y es un momento muy hermoso y muy emocionante para mí. Supongo que eso lo relacionaría con algo favorito en como uno puede cantar una canción que viene cantando hace tiempo y llega a ciertos lugares de la canción y la canción te conmueve, te atraviesa y te emociona. Creo que puede tener que ver con eso.

Enrockados: ¿Qué músicos tenés como referentes o los tuviste cuándo comenzaste? 
MG: A mí Jorge Fandermole me gusta mucho, el Negro Aguirre me gusta mucho también, Juan Quintero. Después me gusta mucho también como canta Cecilia Todd, me gusta su manera de interpretar. Ahora estoy muy copada con Noelia Recalde, me encanta, la escucho mil veces. El otro día en Spotify me apareció la cantidad de veces que había escuchado el disco y dije: “esto es casi una obsesión”, porque la tengo en una lista de reproducción que se llama “Adoré” y entonces la escucho muchas veces y realmente me encanta.

Enrockados: ¿Cómo es tu relación con los niños y cómo son los talleres que has tenido con ellos? 
MG: Con les niñes he tenido últimamente un taller que se llama Azulito. Me encanta trabajar con ellos, adoro Azulito y adoro trabajar con niñeces. Me resulta muy divertido, muy creativo, me gusta pensar en acompañarlos desde chicos en el camino de disfrutar la música, de pensarla desde otros lugares, de vincularla con toda la vida porque siento que se puede inventarse una vida vinculándola desde el arte. Para mí ha sido un espacio hermoso que el año pasado no pudo tener porque tuve otros trabajos y no pude comenzar pero en los recitales me las y los encuentros, sobre todo a un par y me dicen: ¿cuándo vuelve azulito? Este año prometí que por lo menos una vez al mes voy a volver porque además realmente las y los extraño mucho. Es un momento de creatividad, de escucha hacia ellos, de acompañamiento, disfruto muchísimo. Hemos inventado canciones, hemos grabado cosas. Esa es mi relación desde el disfrute, desde el respeto hacia ellos y ellas y desde arte y la creación, sobre todo. 

“Por suerte la música está dentro de mis obligaciones porque yo trabajo dando clases en UADER, tengo proyectos de canto popular y de canto colectivo, la mayoría son para mujeres. Una agrupación coral, vocal, Cantoras de agua dulce, Amoras, Cantarinas. Son todos espacios musicales así que mis obligaciones son esas, por eso estoy muy agradecida. La obligación en realidad es mi trabajo, ese es mi trabajo y lo que tengo que hacer es estar siempre pendiente, atenta a pensar proyectos nuevos, a sentir para donde quiere ir este grupo, qué canciones surgen y qué canciones van a venir. Así que mi trabajo por suerte es la música y es lo que más deseo y lo que más disfruto”. 
 

Enrockados: ¿Qué pensás del rol de la mujer en la música? 
MG: Lo que pienso de las mujeres en la música es que por lo menos acá estamos haciendo un trabajo importante de cuidar los espacios, de acompañarnos entre nosotras. Siento que cada vez hay más mujeres que están como conectándose con ese deseo de dedicarse a la música, pero siento que todavía nos falta bastante como sociedad y todavía nos piden muchas pruebas, exámenes, todavía tenemos que demostrar en varios lugares que realmente podemos hacer música. Acá siento que para los varones es más fácil y también siento que están en espacios en los cuales a los varones también les está costando un poco ceder y estar cómodos. En la mayoría de los escenarios hay varones en Concordia y las mujeres tenemos pocos espacios y tenemos que ganarlos de una manera que yo creo que a los hombres no se les exige. Así que, eso. Por algo yo en todos mis espacios tengo mujeres, es como que trabajo mucho con mujeres y siento que estamos haciendo un camino y tengo mucha confianza que esto va a ir cambiando y de hecho ya está cambiando en muchos aspectos, pero siento que falta aún. Las mujeres, por supuesto, igual que los hombres tenemos mucha necesidad de expresión, mucho deseo que su vida tenga música todo el tiempo, poder trabajar de esto y que no sea simplemente un hobby. Estamos ahí, trabajando en eso pero está costando.

Enrockados: ¿Qué sentís por Concordia? 
MG: Concordia es donde yo crecí, me fui muchos años y elegí volver. Concordia es una ciudad muy querida para mí, una ciudad donde tengo gente muy querida y donde siento que quiero estar durante este tiempo, quiero vivir, quiero como poder amorosear, de poder compartir mi canto, mi manera de pensar, de sentir, relacionarme con otras personas que viven acá. Concordia es la gente, es lo que acá sucede, las ganas de cambiar Concordia, las ganas de mantenerla igual, es una ciudad muy querida.  
Con unas palabras para la ciudad, Malvina cerró su nota con Enrockados que no es solo un proyecto sino que es una comunidad. Es un lugar donde el arte y la música se unen para celebrar la diversidad y la creatividad local.

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