Presentación del libro sobre la vida de Monseñor Ricardo Rösch
En un emotivo acto realizado en la Biblioteca Julio Serebrynsky, ubicada en Urquiza 721, se llevó a cabo la presentación del libro "Monseñor Doctor Ricardo Rösch", escrito por el profesor Heriberto Pezzarini. Este libro, que narra la vida y obra del primer obispo de la Diócesis de Concordia, ofrece un recorrido bibliográfico enriquecido con testimonios y anécdotas de sacerdotes, religiosas y laicos que acompañaron su ministerio episcopal.
La figura de Monseñor Ricardo Rösch, nacido el 12 de octubre de 1911 en Marktredwitz, una población de la Baviera alemana, es presentada con profundidad y detalle en esta obra. Hijo de María Benner y Conrado Rösch, quienes formaron una familia de nueve hijos, desde temprana edad se vislumbró en él una vocación sacerdotal que lo llevaría a dedicar su vida al servicio de Dios y su comunidad.
La adversidad marcó los primeros años de su vida, obligándolo a emigrar junto a su familia a El Dorado, Misiones, debido a la desocupación que siguió a la Primera Guerra Mundial. En este nuevo contexto, Rösch realizó diversos trabajos hasta que en 1933 ingresó al Seminario de Villa Devoto, por la Diócesis de Corrientes.
Su formación sacerdotal lo llevó a graduarse como licenciado en Teología en la prestigiosa Universidad Gregoriana de Roma, donde fue ordenado sacerdote en 1939. Desde entonces, ejerció su celo pastoral tanto en la Diócesis de Corrientes como en la Diócesis de Concordia, dedicando su vida al cuidado de las almas y a la enseñanza.
El punto culminante de su carrera llegó en 1961, cuando el Papa San Juan XXIII creó la Diócesis de Concordia y lo designó como su primer obispo. Desde ese momento, Monseñor Rösch se entregó por completo a la tarea de pastorear y construir esta nueva Iglesia particular, llevando adelante su labor con un amor paternal hasta su fallecimiento el 21 de agosto de 1976.
Como verdadero hijo de María, Monseñor Rösch confió siempre en la Providencia de Dios, enfrentando cada obstáculo con determinación y fe. Su misión de dignificar al hombre, a través de la celebración de los sacramentos y el cuidado integral de sus necesidades, dejó una huella imborrable en la comunidad a la que dedicó su vida.
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