�SLas cartas que dan forma a esta muestra son una joya documental⬝
Hasta el 30 de abril podrá disfrutarse de �SMeet Vicent van Gogh⬝ del artista neerlandés en el porteño Campo Argentino de Polo. De la mano del sobrino bisnieto del pintor, Télam recorrió la muestra del maestro postimpresionista.
Las cerca de 800 cartas personales con las que el dio forma a la muestra �SMeet Vincent van Gogh⬝, que hasta el 30 de abril podrá verse en el porteño Campo Argentino de Polo, �Sson una joya documental⬝, dice a Télam Willem van Gogh, asesor del museo y sobrino bisnieto del pintor neerlandés que habiendo vendido un único cuadro en vida torció la historia de la pintura del siglo XX y hoy es uno de los maestros más populares del arte universal.
Con la invitación a entrar en la subjetividad de un artista y la pretensión de explicar qué ve y siente mientras trabaja, la exposición montada al 4086 de la avenida Figueroa Alcorta (CABA) propone un recorrido pedagógico por la vida del autor de series tan icónicas como �SLos girasoles�S, algo así como la biografía autorizada de un personaje romantizado por el imaginario popular.
Construida a partir de las más de 650 cartas que durante décadas Vincent van Gogh (1853-1890) intercambió con el menor de sus hermanos, Theo, marchante profesional que lo apoyó toda la vida en la prosecución de su vocación de artista, y de otras 150 que compartió con amigos artistas y familiares -como su padre Theodorus, un severo pastor protestante, o su madre Anna Cornelia Carbentus-, la muestra repasa vida y obra de este maestro postimpresionista �Sa partir de su propia voz⬝, advierte su familiar y también curador Willem van Gogh.
Esas cartas, rescatadas por la bisabuela de Willem y cuñada del artista, Johanna Bonger, enviudada de Theo con un hijo pequeño meses después de la muerte de Vincent, �Sson una joya documental en la historia del arte porque revelan al artista y al hombre -dice el curador-, comienzan mucho antes de que Vincent decidiera convertirse en artista, a sus 27 años, 10 antes de su muerte, y guardan �Slas esperanzas, pensamientos e inspiraciones que le confió a la persona más íntima de su vida⬝.
Se refiere a Theo, ese hermano cuatro años menor que lo acompañó desde pequeño en la fría casa familiar de la localidad agrícola de Zundert. El que le permitió compartir la ternura que no llegó de una crianza severa y religiosa; quien lo animó a pintar los cuadros que se preocupaba en vender, sin éxito, en París, donde Vincent se instaló con él tras intentar, sin éxito, ser predicador como su padre y minero del carbón.
Fue Theo el que lo presentó a grandes artistas como Toulouse Lautrec o Paul Gauguin (con quien Vincent convivió ilusionado y atormentado en la famosa Casa Amarilla de Arlés donde absorbió como nadie los colores intensos y brillantes de los campos del sur francés). Theo, quien lo mantuvo económicamente y quien lo sostuvo en sus sucesivas crisis psiquiátricas, fue después de una visita suya al Sanatorio de Saint Rémy de Provence que pintó �SLa noche estrellada⬝.
Fue Theo quien reposó junto a Vincent los dos días de agonía previos a su muerte, por un disparo en el pecho, en la casa de su amigo y doctor Gachet adonde se había ido a vivir en Auvers-sur Oise, �Sdonde los campos y la luz eran ideales para pintar⬝ y dar sustento a esa paleta vibrante que hizo que a mediados del siglo XX Vincent fuera reconocido como uno de los grandes maestros universales de la pintura, un pintor que en vida vendió un único cuadro, �SEl viñedo rojo⬝, en una de las únicas tres exposiciones en las que participó en vida. POR DOLORES PRUNEDA PAZ (Télam).