Una joven impulsora de la escritura en braille
En una iniciativa que destaca por su compromiso con la comunidad y la educación inclusiva, Celina Duarte, una joven no vidente lidera un taller de escritura en braille en el corazón del Barrio Pancho Ramírez. En una entrevista con El Heraldo compartió los detalles de cómo surgió esta idea y lo que este taller gratuito representa para ella y sus alumnos.
“La idea del taller surgió con el deseo de contribuir al lugar donde crecí, donde están mis abuelos y decidí aportar lo que sé hacer, es algo que se ve poco y más en un barrio. Quería retribuir todo lo que este lugar me ha dado a lo largo de mi vida”, expresó Celina.
El taller tiene capacidad para diez personas, “actualmente, asisten cuatro estudiantes. Cada uno compró un kit de inicio que sale $2500 pesos e incluye una pizarra, un punzón y hojas de braille”, contó. Ella adapta su enseñanza para acomodar a todos, incluso si alguien avanza más rápido que otros.
Este taller es considerado una prueba piloto “decidí comenzar con un grupo pequeño para evaluar el éxito y ajustar el enfoque en consecuencia”.
Cuando se le preguntó sobre la financiación del taller, reveló que es un esfuerzo propio por lo que no hay que abonar nada. “El presidente del barrio me brindó el apoyo para el uso del salón comunitario y los materiales, incluyendo los kits de inicio, son responsabilidad de los estudiantes. Como yo digo, las ganas son las claves para hacer esto posible”, subrayó.
Además de su taller de escritura en braille, Celina está involucrada en otros emprendimientos, como ayudar a los restaurantes locales a crear versiones accesibles de sus menús en formato braille, lo que demuestra su compromiso con la inclusión.
En cuanto al progreso de sus alumnos dijo, “estoy contenta con los resultados, ellos aprenden rápido es cuestión de adaptar los métodos. Por ejemplo, ahora estamos utilizando cartones de huevos pintados. No necesitas una computadora o una presentación de PowerPoint para enseñar braille de manera efectiva”, destacó.
Planea continuar con su taller hasta noviembre o diciembre y espera que este proyecto se extienda al año siguiente. Con su dedicación y pasión por la educación inclusiva, deja una huella significativa en el barrio Pancho Ramírez y en la vida de sus alumnos.