La “eterna” crisis del turf platense
El Hipódromo de La Plata parece perdido en su propio laberinto. Los problemas persisten y la voluntad y decisión política para resolverlos no existe; entonces la crisis se hace eterna e insoportable.
Ante la falta de respuestas hacia los reclamos hechos por parte de los profesionales -que están de paro hace más de una semana-, la administración de dicho escenario hípico debió suspender un nuevo programa, en este caso la jornada de sábado, siendo así ya la quinta que cancela de forma consecutiva.
Como se sabe, el conflicto se desató ahora por la atención médica. El grave accidente del piloto Juan Pintos en la 8a carrera del domingo 16 de marzo pasado expuso las falencias en la cobertura de salud. Recordemos que el aprendiz, debido a la violenta caída, sufrió un neumotórax y la fractura de cadera entre otras lesiones, y no fue recibido en un par de hospitales bonaerenses hasta que finalmente lo pudieron internar para atenderlo.
Tan preocupante panorama provocó la reacción de sus colegas y vareadores, que solicitan una cobertura privada en caso de accidente y decretaron el cese de las actividades hasta tanto se solucione este tema.
Por su parte, las autoridades del Bosque siguen firmes en su postura, señalando que el servicio es el que hay, y que deben ser atendidos en hospitales públicos.
En tanto, la Asociación Unificada de Jockeys y Cuidadores anunció una movilización para el lunes 31 del corriente, y marcharán nuevamente hacia la sede de la Lotería de la Provincia de Buenos Aires y la Gobernación en busca de solucionar la situación.
Lo cierto es que la crisis del turf platense parece no tener fin, en un contexto donde la industria hípica en general se debate en su propio micromundo, donde los beneficiados son muy pocos y siempre los mismos. Sin dudas, un serio caso de diván...
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