Newell’s derrotó a Tigre y lo complicó en las posiciones
Fue 2 a 0 por goles de Ángelo Martino y Guillermo May. La Lepra venía de ganarle a San Lorenzo. Se metió tercero en la zona B, desplazó a Central Córdoba, alcanzó a Platense y el jueves se mide ante Godoy Cruz en el Coloso.
Newell’s se recuperó. Ya no quedan dudas. Después de la victoria ante San Lorenzo debía ratificar su levantada y lo hizo. Sin brillar, pero aprovechando las dificultades del rival, derrotó a Tigre en Victoria por 2 a 0, metió dos triunfos al hilo y de visitante y se metió entre los clasificados en su zona.
El conjunto del Gringo Heinze logró, tras un duro golpe, fortalecerse. Así consiguió lo que no había hecho no solo en la Copa de la Liga sino tampoco en la Liga Profesional anterior, es decir, triunfar fuera de casa dos veces en seguidilla.
El primer tiempo leproso fue aceptable. Los primeros movimientos fueron de estudio hasta que Heinze notó que a espaldas de Prediger tenía la chance de encontrar espacios, ya que jugaba con los laterales abiertos.
Fue así que Recalde encontró el lugar para picar y moverse con posibilidades claras. De todos modos, le faltó resolución a esas buenas insinuaciones.
A medida que fue pasando el tiempo, los hinchas de Tigre cambiaron el aliento por el murmullo y la presión comenzó a crecer entre los locales. Así, Newell’s generó las más claras: un remate de Aguirre por arriba, uno débil de Recalde y poco más.
En el complemento, los cambios plancharon el trámite y hubo 30 minutos de nada. Era un partido muy chato. Cuando desde las tribunas subió la temperatura, Newell’s desplegó sus alas y golpeó.
Armando Méndez empezó a inclinar la cancha hacia la derecha y Panchito González, que regresó tras su lesión, hizo ancho el campo en la izquierda. Y May reemplazó a Recalde para tener peso en el área.
Así, en el tramo final, Méndez desbordó y metió un gran centro para Panchito, pero se le anticipó Ángelo Martino, que metió un frentazo que rompió el partido.
La presión de la gente fue descomunal y Tigre se borró del partido. Gonzalo Marinelli quiso jugar con los pies y Guillermo May se la robo. El uruguayo metió el gol que liquidó el partido entrando al arco con balón dominado.