Tigre ganaba el clásico cuando se suspendió el partido por una agresión a un jugador de Chacarita
Brahian Alemán había abierto la cuenta, pero Ariel Penel determinó la interrupción del encuentro porque un hincha del Matador le tiró un botellazo al volante Fernando Brandán.
Tigre se imponía 1-0 en el clásico hasta que Ariel Penel, el árbitro del encuentro, determinó la suspensión por la agresión de un hincha del Matador al volante de Chacarita Fernando Brandán en el minuto seis del segundo tiempo del partido correspondiente a los 32avos de final de la Copa Argentina disputado en el Estadio Julio Humberto Grondona.
Tras un primer tiempo en el que el Funebrero había sido amplio dominador, pero no había podido concretar, los de Victoria se adelantaron en el amanecer del complemento con el tanto del uruguayo Brahian Alemán. Sesenta segundos después, el capitán Agustín Cardozo fue expulsado por doble amarilla y se desataron los incidentes.
Desde la tribuna de aquel sector comenzaron a caer proyectiles. Uno de ellos golpeó al mediocampista de 33 años por la espalda, quien advirtió inmediatamente al juez de aquella situación. Sin embargo, otro botellazo con contenido conectó directamente en su cara y provocó todos los sucesos posteriores.
Brandán, malherido, terminó cortado en uno de sus ojos. Al rato, la médica de Chacarita confirmó que el futbolista no podía seguir: “No ve”. Así se lo planteó a Penel en la mitad de la cancha, quien decidió que el encuentro sería suspendido en el minuto 25. Más tarde, agregó que sufrió un traumatismo ocular derecho.
Este escándalo no se evitó aún con la hinchada del conjunto de San Martín excluida del encuentro por el trágico partido ante Deportivo Maipú que terminó con un muerto.