La fauna afectada, el otro lado de los incendios
El Instituto Misionero de Biodiversidad, el Güirá Oga, el Consejo de Veterinarios y otras entidades idearon acciones para una labor en conjunto con la comunidad.
En los últimos dos años, la provincia de Misiones viene siendo protagonista de voraces incendios que dieron como resultado la pérdida de miles de hectáreas de campos forestales y bosque nativo, así como de la fauna que habita en esos suelos. Un verdadero atentado a la biodiversidad de la tierra colorada.
Con el objetivo de cuidar, preservar y rescatar la flora, fauna y hongos de la provincia, el Instituto Misionero de Biodiversidad (Imibio), el centro de rescate de animales silvestres Güirá Oga, el Consejo de Profesionales de Veterinarios, la Universidad Católica de las Misiones y la Fundación Félix de Azara conformaron una mesa de trabajo para llevar adelante acciones concretas en conjunto con la sociedad.
En lo que respecta a la fauna, los incendios en bosques nativos significan un gran movimiento de animales para escapar del fuego, lo que genera mayor exposición de ellos en lugares con presencia humana.
�SYa tenemos convenio con el Güirá Oga porque venimos trabajando con ellos en otros proyectos, nos pusimos en contacto y de ahí con los veterinarios como para armar una red de veterinarios en la provincia, que pueda responder ante un posible efecto del incendio sobre la fauna⬝, señaló a El Territorio Emanuel Grassi, director general del Imibio.
Detalló que consideran importante la comunicación y llevar información a los vecinos y por ello idearon una serie de recomendaciones de acciones a tomar para evitar el daño o la muerte de estos animales silvestres por la mano del hombre. Sucede que en su afán de escapar de las llamas, muchos llegan a las zonas de chacras, caminos habitados por el humano o bien a las rutas.
�SHay que concientizar que los vecinos no los ataquen, que dejen funcionales abrevaderos, tajamares u otras fuentes de agua que uno puede tener en su hogar, que guarden los animales domésticos. Esa es una recomendación que se hace todo el año porque los animales domésticos que están en las zonas cercanas al monte suelen ser bastante agresivos con la fauna silvestre y además pueden ocurrir daños en la salud de esos animales domésticos con el traspaso de algún tipo de enfermedad⬝, recomendó.
Y en esa misma línea, añadió: �SA veces que hay que remarcar que no hay que agarrar a los animales sino contenerlos y esperar que el profesional se acerque, porque quizás lo que uno considere que es una buena acción puede llevar a malos resultados. Hay que saber que son animales que no están acostumbrados a estar en cautiverio y pueden ser muy agresivos e incluso lastimar⬝.
El director del Imibio señaló además que por el momento no tuvieron que socorrer a especies de gran porte, más que nada algunas aves y varios pichones que son abandonados en sus nidos tras la huida de sus padres. Aunque reconoció que quizás desconocen casos de atropellamientos en rutas de la provincia. No se dieron casos como en 2020 de venados y la cría de puma, rescatados de esas zonas.
En lo que respecta a la flora, Grassi indicó intentar conocer cuáles son las especies que se encuentran en las zonas afectadas por los incendios, pero afortunadamente en esta oportunidad no tuvieron casos de árboles añejos o en peligro afectados.
�SNo hemos tenido casos como el año pasado que se incendió la grapia milenaria en Campo Ramón. En los casos que se deba actuar, el Imibio tiene un banco de germoplasma para resguardar la genética de la flora y la fauna, y una opción es resguardar tejidos o semillas de ciertos árboles que puedan estar en peligro en caso de incendios⬝, explicó.
Y sumó: �SLa biodiversidad en su conjunto está en peligro cada vez que hay incendios, lamentablemente por la misma práctica de cortar los incendios, lo que llamamos cortafuegos, la flora y los microorganismos sufren mucho, pero también sabemos que la capacidad de resiliencia es mayor⬝.
Grassi lamentó que los incendios sean más recurrentes como producto no sólo de la mano del hombre en generarlo, sino también de las sequías extremas y prolongadas y el aumento de las temperaturas.
�SEl daño es irreparable porque si bien se entiende que los ecosistemas se regeneran, hay un montón de procesos que llevan mucho tiempo. Entendemos que nos queda poco tiempo de acción para revertir esta situación y que cada vez que se quema una hectárea de bosque nativo, perdemos esa biodiversidad, especialmente en zonas como el Yabotí, donde tenemos especies que son endémicas, únicas y el daño puede ser finalmente llevar a la extinción a una especie⬝. (I: El Territorio)