Los efectos ambientales positivos en la cuarentena
El medio ambiente ganó en la cuarentena. La emisión de gases contaminantes en la ciudad de Buenos Aires se redujo a la mitad y el ruido urbano bajó considerablemente durante los meses que duraron las restricciones más severas en plena pandemia de Covid-19. Ambos parámetros fueron marcando el ritmo durante el aislamiento y a ellos se puede agregar uno más: la generación de residuos, que también tuvo una disminución significativa.
La actividad comercial reducida al mínimo con rubros generadores de grandes volúmenes de residuos, como el gastronómico, paralizado por completo provocaron una caída del 25% de la basura generada por día en toda la ciudad, lo que significó una reducción de los niveles de desperdicios derivados a los predios de disposición final para ser enterrados.
De las 8000 toneladas diarias que se acumulaban en la ciudad antes de la pandemia se generaron unas 6000 por día durante los meses de mayor restricción con shoppings, comercios e industrias cerradas. Del total, 380 toneladas eran procesadas por 12 cooperativas de recuperadores de residuos antes de marzo, cuando comenzó el aislamiento social, preventivo y obligatorio, transformándose en 13 toneladas por semana y nueve cooperativas durante la cuarentena. Los recuperadores pasaron de ser 5112 a 150.
Desde el Ministerio de Espacio Público e Higiene Urbana sugirieron que la disminución obedece, principalmente, a la suspensión de las actividades comerciales, las obras de construcción y a los nuevos hábitos de las personas que debieron permanecer durante mucho tiempo en sus viviendas sin tener la posibilidad de generar residuos en otros ámbitos, por ejemplo, los recreativos. Pero también, estimaron, que hubo mayor compromiso social producto del cambio cultural.
Seis empresas
El servicio de recolección de residuos, que se reparten seis empresas, nunca dejó de funcionar durante la cuarentena, aunque tuvo una merma del 20% de trabajadores que se encuentran en grupos de riesgo (de 5500 a 4400). El panorama fue cambiante para los recolectores que al inicio del aislamiento se encontraban con gran cantidad de muebles, electrodomésticos y otros elementos hogareños que se fueron descartando de las viviendas en los tiempos de ocio obligatorio. Luego la caída fue abrupta al punto que gran parte de los 28.500 contenedores de la ciudad no están llenos a la hora de la recolección.
Durante la pandemia la actividad en la Coordinación Ecológica Area Metropolitana Sociedad del Estado (Ceamse) tampoco se detuvo para darle tratamiento a los residuos provenientes de 52 municipios de la provincia de Buenos Aires, además de la ciudad y la gestión del relleno sanitario en el partido de General Pueyrredón, en Mar del Plata. �SSegún la información elaborada por la gestión saliente de Ceamse la reducción de residuos al 30 de septiembre en la ciudad de Buenos Aires fue del 25%⬝, ratificaron los voceros del organismo.
De las 8000 toneladas diarias que se generaban antes de la pandemia, cerca de la mitad se recuperaba. Las cooperativas hacían su trabajo con casi 400 toneladas por día a las que se les sumaba lo procesado por los centros verdes mecanizados de Barracas, Saavedra y Villa Soldati (10 tn), la planta de residuos áridos (3000 tn), la planta de tratamiento de plásticos (16 tn), la planta de desechos orgánicos (30 tn), y los restos de podas y forestales.
Oportunidad
Para la gestión actual del Ministerio la pandemia fue una oportunidad de comenzar a sentar las bases de un nuevo plan de reciclado, uno de los objetivos para los próximos tres años con la idea de fortalecer el esquema y reducir la cantidad de basura que se entierra a diario en los predios del Ceamse.
�SHay más contenedores verdes y en más comunas como parte de la unificación del sistema de servicio de reciclado que continúa con el trabajo de los recuperadores en las distintas zonas de la ciudad. Nuestra meta es trabajar para que en los próximos años todos los vecinos se comprometan a reciclar y generar menos basura húmeda, trabajar en la transformación cultural⬝, dijo la ministra, Clara Muzzio.
El contrato por la recolección de la basura vence en 2024. Las empresas Cliba, AESA, Urbasur, Nittida, Ashira y Ente de Higiene Urbana se reparten las zonas desde 2014. Entre las mejoras previstas en el tiempo que aún queda de concesión está la incorporación de tecnología en los contenedores para que, mediante sensores, se pueda establecer cuáles están llenos y cuáles no y así se priorizan las rutas de los camiones recolectores.
La disminución de la generación de basura durante el aislamiento fue un parámetro más de los cambios en la sociedad durante las restricciones, aunque no el único. Según un relevamiento de calidad de aire y ruido a cargo de la Agencia de Protección Ambiental (APrA), los gases contaminantes se redujeron drásticamente y, también, la contaminación sonora. El estudio, realizado en diferentes momentos a lo largo de seis meses, concluyó que la emisión de óxidos de nitrógeno totales (NOx), dióxido de nitrógeno (NO2), monóxido de carbono (CO) y material particulado tuvieron reducciones mensuales de entre 40% y 50% respecto del mismo mes del año anterior.
El relevamiento también contempló parámetros de contaminación acústica con mediciones que se realizaron en diferentes puntos de la ciudad para comparar lo que ocurrió durante la cuarentena y el mapa del ruido elaborado entre 2018 y 2019. Los barrios elegidos fueron Constitución, Belgrano, Monserrat, Flores y Almagro y en todos los casos se notó una reducción de hasta cinco decibeles, según la zona, respecto de los valores establecidos en el mapa del ruido.
Fuente: La Nación