La industria en Entre Ríos tiene dificultades para pagar salarios y el aguinaldo
La Unión Industrial de Entre Ríos relevó a fines de mayo el nivel de producción y ventas de las empresas, en el que se advierten problemas en aquellos sectores que no fueron considerados esenciales en cuarentena. La mayoría accedió a programas nacionales para completar el pago de haberes. Hay dudas de cómo afrontar el aguinaldo, fundamentalmente las industrias no exceptuadas.
Con el objetivo de relevar el impacto de la cuarentena en los diversos sectores productivos de la provincia, la Unión Industrial de Entre Ríos (UIER) realizó un informe detallado sobre el nivel de actividad y ventas de las empresas a fines de mayo, la mayoría con habilitaciones para reabrir. Al respecto, del estudio se concluye primero que las diferencias radican entre aquellos sectores esenciales que no paralizaron sus plantas, en relación a los que no fueron considerados esenciales y debieron interrumpir sus tareas.
Los principales sectores que registraron fuertes caídas en sus niveles de producción y ventas son los fabricantes de materiales de construcción, aberturas y muebles, además de las metalúrgicas, fábricas de acoplados, fundición de metales, aserraderos, textiles y plantas de biodiésel. Los que pudieron reactivarse en mayo, lo hicieron a una capacidad muy baja, con caídas interanuales de entre el 30 y 70%. En tanto, los rubros alimenticios, de medicamentos y software atravesaron el mes con mejores condiciones, aunque también registran problemas propios de sus mercados, con dificultades de precios y cobranzas.
En este contexto complejo, casi el 60% de las empresas consultadas debió solicitar ayuda a través del Programa de Asistencia al Trabajo y la Producción (ATP) para poder hacer frente a los salarios. Asimismo, dentro de las fuentes de financiamiento necesarias que requirieron para cubrir los déficits, el 40% solicitó alguna de las distintas líneas de créditos con tasas al 24%. En menor proporción, también debieron acudir a recursos propios para equilibrar las cuentas en mayo.
Por otro lado, consultados por el medio Salario Anual Complementario (SAC) que debe abonarse en junio, el 60% aseguró que podrá pagarlo con mucho esfuerzo �fundamentalmente industrias esenciales�, mientras que el 40% restante reconoció que no está en condiciones de poder pagarlo. Sobre este aspecto, entre las alternativas que barajan es poder pagar el aguinaldo en cuotas o tomar algún crédito para financiarlo. Al mismo tiempo, esperan conocer la evolución de las ventas hasta el momento en que deban abonarlo y también aguardan novedades por parte del Gobierno nacional para brindar asistencia.
En este escenario, es común a todas las cadenas productivas, sean o no esenciales, la preocupación por la fuerte recesión, la inflación y la variación del tipo de cambio, que terminará impactando en el incremento de costos. La pérdida de rentabilidad también es un problema que se observa con atención, sobre todo en sectores que directamente están trabajando a pérdida y no tienen certidumbre de cuándo se va a revertir la situación. A ello se suma la presión tributaria y la falta de financiamiento.
Fabricación de aberturas
La producción de aberturas se reactivó en mayo, tras ser exceptuados de la cuarentena. Los niveles de actividad registran caídas de entre 40 y 50% interanual, al igual que las ventas logradas. Incluso, hay industrias más pequeñas que sufren una caída de facturación de hasta un 65% comparado con el mismo mes de 2019.
Fundamentalmente, estas empresas sufren la fuerte baja de demanda de la construcción que no termina de arrancar, sobre todo quienes tienen un porcentaje importante del mercado en Buenos Aires. Algunas firmas realizaron nuevas líneas de producción vinculadas al Covid, pero no compensan la caída de los principales productos de ventas. Con esta situación, las empresas tuvieron dos meses seguidos sin cubrir costos y recién en mayo se reactivaron parcialmente, aunque con dificultades persistentes e incluso suspensiones de personal por convenio. Hay incertidumbre por posibles aumentos de costos por problemas futuros de importación de materias primas.
Fabricación de acoplados,
semiacoplados y vehículos
El sector logró reactivarse en mayo, tras un fuerte parate. En general, hubo caídas de actividad de hasta un 50%, sobre todo las empresas más pequeñas. Algunas firmas más grandes registraron un crecimiento comparado con los meses previos, aunque por demandas puntuales de la coyuntura que hicieron crecer los indicadores entre un 70 y 80%. No obstante, en general las ventas disminuyeron entre un 50 y 60% interanual.
La mayoría de las empresas comercializa en Buenos Aires, Entre Ríos, Santa Fe y Córdoba, con contracciones del mercado. De todos modos, la demanda que hubo se sostuvo por estar ligados fundamentalmente al campo. Si bien hubo algunos desarrollos vinculados a situaciones de la cuarentena, no son representativos en volumen.
Con este nivel de actividad, las empresas pudieron cubrir costos luego de dos meses sin trabajo, pero persisten las dificultades. Además, hay incertidumbre por la demanda futura e incluso dudas respecto de las importaciones de insumos.
Fabricación de muebles
El sector retomó su actividad en mayo y registró diferentes niveles de caída, según tamaños de empresas y mercados. En general, trabajaron a un nivel de entre el 60 y 80% de su trabajo habitual, aunque hay casos de firmas que apenas alcanzaron el 30% de la capacidad. Por contracción del mercado interno que es el principal demandante, las ventas disminuyeron entre un 30 y 40% interanual. Algunas empresas más chicas vendieron apenas el 30% de lo habitual, con acumulación de stocks. Tampoco hubo posibilidad de readaptación a nuevas demandas que permitiera morigerar la caída. Ante esta situación, la mayoría tuvo problemas para cubrir costos y persisten las dificultades a futuro por un escenario recesivo, sobre todo tras estar más de un mes parados.
Metalúrgicas
En mayo, este sector no esencial se reactivó muy lentamente. A pesar de la habilitación, algunas empresas estuvieron prácticamente sin producción porque tenían stocks. Otras empresas registraron caídas de entre el 30 y 40% interanual en su actividad. Incluso, algunas están trabajando al 40% de su capacidad, con suspensiones de personal.
En la misma proporción, algunas empresas registraron disminución de ventas de entre el 30 y 40%. También hay casos puntuales que venden entre el 15% y 40% del nivel habitual. Esto se debe a la baja demanda de Buenos Aires, primordialmente. Algunas ventas se sostuvieron por estar vinculadas a frigoríficos que no pararon su producción. Las escasas posibilidades de readaptación a nuevas demandas por el Covid-19 no compensaron la crisis.
Por este motivo, la mayoría de las firmas metalúrgicas no cubrió costos. Dado el tipo de productos y la forma de comercialización, también advierten por graves problemas financieros en la cadena, con aumento de cheques rechazados, lo que hará difícil la reactivación.
Minerales no metálicos
A pesar de estar exceptuados del aislamiento, la caída del sector fue histórica. Hubo empresas con importantes mermas del nivel de producción, que alcanzó apenas el 18% del trabajo esperado.
Las ventas también se derrumbaron en la misma proporción, fundamentalmente por ser una industria ligada a la construcción -que sigue con una fuerte contracción pública y privada- y por tener como principal mercado al Gran Buenos Aires.