La presión sobre el dólar pone en duda el plan para llegar a agosto
El periodista de la #ComunidadAhora, desde su canal de YouTube, analiza el panorama político y económico tras la escalada histórica del dólar en la Argentina.
El salto del dólar enciende todas las alarmas en el Gobierno. Pero todavía el dólar blue de 440 pesos no es un dólar de crisis total. Se está acomodando al problema de fondo: la inflación de 7,7% en marzo y la inflación de abril que viene en un ritmo similar (en el Banco Central estiman que rondará 7,5%). Recién ahora el dólar está alcanzando la inflación de más del 30% que se acumulará en los primeros 4 meses del año. El dólar pico de crisis de julio de 2022, tras la salida de Guzmán y Batakis, de 350 pesos entonces, traido a valores de hoy por la inflación es un dólar superior a los 510 pesos. Y el dólar de la crisis de octubre de 2020, cuando llegó entonces a 195 pesos, ajustado por la inflación trascurrida desde entonces es un dólar cercano a los 690 pesos.
Sin embargo, la falta de dólares en el Banco Central y la dolarización creciente a través de los dólares financieros en blanco (contado con liquidación y dólar MEP/Bolsa) pone en jaque el plan para llegar a agosto que tenía armado el Ministerio de Economía.
La señal más alarmante que está dando el Banco Central es que se quedó sin dólares disponibles en las reservas y el dólar soja está ingresando más lentamente de lo que se preveía.
El BCRA subió la tasa de interés tres puntos al 81 por ciento nominal anual, que implica una tasa efectiva anual (se se renueva el plazo fijo junto con los intereses) de 119 por ciento para tentar a los ahorristas a dejar sus depósitos en pesos en los banco y que no corran al dólar. Sin embargo, la tasa mensual (ahora 6,75%) sigue perdiendo contra la inflación y en abril también contra la suba del dólar (que ronda 10%).
El Banco Central además adoptó nuevas medidas que restringen aún más el pago de servicios al exterior (profesionales, consultorias, marketing, etc.) de particulares y empresas, con lo que apunta a postergar pagos por U$S 2.000 millones hasta fin de año. Una medida que presionará más sobre los dólares libres y la inflación, y que amplifica la señal de que el Banco Central se quedó sin dólares.
En los próximos días será clave monitorear el ingreso de dólares provenientes del dólar soja 3. Ayer se liquidaron unos U$S 175 millones y, según las cerealeras, el flujo se irá en los próximos 10 días, y especialmente en mayo. El paro en los puertos, la sequía y la propia incertidumbre por la disparada del dólar demoró el proceso. Pero tarde o temprano ingresarán dólares de la soja hasta fines de mayo. Habrá que ver si el monto llega a un piso de U$S 5.000 millones como esperan en el Ministerio de Economía. Las estimaciones de caida de la cosecha de soja por la sequía siguen ajustándose para abajo (la soja podría aportar en total U$S 14.000 millones, menos de la mitad de lo previsto originalmente). Pero aún así, el segundo trimestre del año es el de mayor ingreso de dólares. El problema mayor vendría después.
Mientras tanto el Ministerio de Economía y el Banco Central tratarán de impedir que la brecha cambiaria supere el 100 por ciento, entre el dólar libre y el oficial. Ese límite lo marca el dólar Qatar o turista (con 100% de impuestos) que actualmente está en 450 pesos, y que se actualiza todos los días con las minidevaluaciones diarias del oficial. Para eso, el Gobierno está interviniendo vendiendo bonos en dólares de la Anses, pero esa intervención hasta ahora no detuvo la suba de los dólares financieros. Hacia adelante, el objetivo es que esos dólares suban, pero que se mantengan en el corredor por debajo del dólar Qatar. Si suben más, significa que perforan el techo de 100% de la brecha cambiaria, que se disparan más que la inflación.
En ese escenario, las expectativas de devaluación e inflación, que ya están disparadas, se deteriorarían todavía más. Se retraería más la oferta de dólares, habría que cerrar todavía más el cepo importador, con el impacto en precios y actividad, y se pondría en serio riesgo el plan para llegar a agosto (a las PASO) sin una devaluación brusca del tipo de cambio oficial.
Llegar a la elección de octubre o a diciembre ahora ha quedado muy lejos. Por eso, se discute con el FMI si habrá algún adelanto de desembolsos, de dólares frescos, que permita construir un puente de "estabilidad" después de agosto, cuando la oferta de dólares es todavía menor. (Ahora)