Los trabajadores protestan y quieren un plan de pago de los salarios atrasados
Carlos Rosales, el dueño de Garbarino y Compumundo, busca una solución a la difícil situación financiera de las empresas que conduce.
Será una semana clave para el futuro de la tradicional casa de electrodomésticos y para las cinco empresas asociadas que dan empleo a 3.800 personas de manera directa. Por un lado, se intentará cerrar un acuerdo por inversiones con un grupo extranjero y, por el otro, se presentará un plan de pago de salarios, medio aguinaldo y aportes a la seguridad social adeudados, en la mayoría de los casos, desde hace tres meses.
Las promesas incumplidas de parte del directorio de la empresa que dirige Carlos Rosales, sumada a la caída de convenios para incorporar socios nuevos que aporten capital para saldar deudas de la compañía pero también para continuar con las operaciones de venta minorista, han provocado la desconfianza de los trabajadores en que las negociaciones lleguen a buen puerto, y esas son las razones principales por las que permanecen protestando en las calles del centro porteño y las provincias donde la firma tiene presencia, como es el caso de Concordia.
La preocupación de los empleados pasa, además, por la pérdida de la obra social en plena pandemia de coronavirus. Este estado de cosas ha sido definido con una frase, escuchada repetidas veces, entre los trabajadores de Garbarino, �Sse está viviendo una situación de desmadre total⬝.
Distintos trabajadores de la conocida firma dicen �Sla situación es desesperante, angustiante, no damos más⬝. �SSon tres meses sin cobrar y la gente ya no tiene como resistir⬝. �SAhora, me gustaría aclarar que el tema del retiro de mercaderías de las sucursales para cobrarnos los salarios adeudados no va a suceder. Por suerte, los trabajadores de Garbarino no hemos llegado a ese punto ni vamos a cruzar esa línea porque sabemos que no corresponde⬝. �SSe viene aguantando todo lo que se puede pero la verdad es que ya está, llegamos al punto máximo de angustia y esto no tiene visibilidad de que se vaya a solucionar⬝.
El empresario Carlos Rosales, dueño de un grupo asegurador y director ejecutivo de la compañía desde hace un año, se comprometió a realizar una propuesta de pago a los representantes de los empleados, según se desprende del compromiso asumido en una audiencia ante funcionarios del ministerio de Trabajo que conduce Claudio Moroni.
Mientras tanto, en el medio, están los 3.800 trabajadores, sin dinero, con empleados sin obra social al día, en medio de una pandemia que no tiene precedentes, y con el recurso de queja como única vía posible para conseguir que se les liquide lo que se les debe.