Primeros Años y Educación

Manuel José Joaquín del Corazón de Jesús Belgrano nació el 3 de junio de 1770 en Buenos Aires, en el Virreinato del Río de la Plata, parte del Imperio Español. Fue el cuarto hijo de una familia acomodada, su padre era Domingo Belgrano y Peri, un comerciante italiano, y su madre, María Josefa González Casero, una criolla de Buenos Aires.

A los 16 años, Belgrano fue enviado a España para continuar su educación. Estudió en la Universidad de Salamanca y en la de Valladolid, donde se graduó en Derecho en 1793. Durante su estancia en Europa, Belgrano se empapó de las ideas de la Ilustración y de los movimientos reformistas que influenciaban a todo el continente, lo que más tarde moldearía su visión política y social.

Carrera Temprana y Primeros Ideales

En 1794, Belgrano regresó a Buenos Aires y fue nombrado Secretario del Consulado de Comercio, una institución que promovía el comercio y la agricultura en el virreinato. En este cargo, Belgrano trabajó incansablemente para modernizar la economía colonial, promoviendo la educación, la industria, y la agricultura, aunque sus esfuerzos a menudo chocaban con la resistencia de la administración colonial.

Ferviente defensor de la educación, Belgrano fue uno de los primeros en promover la igualdad de género en el acceso a la educación y en plantear la necesidad de una educación técnica y científica.

La Revolución de Mayo y el Proceso de Independencia

En 1810, la Revolución de Mayo marcó el inicio del proceso de independencia de Argentina del dominio español. Belgrano fue un miembro activo de la Primera Junta de Gobierno, que reemplazó al virrey español. En su rol, Belgrano se destacó como uno de los líderes revolucionarios más comprometidos.

En 1812, Belgrano fue encargado de comandar el Ejército del Norte, enfrentándose a las tropas realistas en varias batallas decisivas. Bajo su mando, el ejército logró importantes victorias en las batallas de Tucumán y Salta, consolidando su reputación como líder militar.

La Creación de la Bandera Argentina

Uno de los legados más perdurables de Belgrano es la creación de la bandera argentina. El 27 de febrero de 1812, en Rosario, Belgrano enarboló por primera vez la bandera celeste y blanca que diseñó, simbolizando la esperanza y la lucha por la libertad. La bandera fue consagrada como símbolo nacional el 20 de julio de 1816, poco después de la Declaración de Independencia de Argentina.

Años Finales y Legado

A pesar de sus contribuciones, Belgrano enfrentó muchas adversidades. Sus campañas militares, aunque exitosas en muchos aspectos, no siempre fueron comprendidas ni apoyadas por las autoridades de Buenos Aires. Después de una última misión diplomática en Europa, regresó a Buenos Aires enfermo y empobrecido.

Manuel Belgrano falleció el 20 de junio de 1820 en Buenos Aires, en la pobreza y casi olvidado por sus contemporáneos. Sin embargo, su legado perduró, y hoy es recordado como uno de los más grandes próceres de Argentina. Su dedicación a la causa de la independencia, su compromiso con la educación y el desarrollo económico, y su creación de la bandera nacional lo han inmortalizado en la historia argentina.

Cada 20 de junio, Argentina celebra el Día de la Bandera en su honor, recordando no solo a un líder militar y político, sino a un visionario que soñó con una nación libre, educada y próspera