Apreciaciones sobre el aumento tarifario en taxis y remises
La reciente noticia periodística reporta un aumento de precios en las tarifas de remises y taxis en la ciudad, lo que ha generado preocupación sobre cómo este incremento podría afectar el bolsillo de los usuarios, especialmente en un momento en que estos servicios son muy utilizados para transportar a niños a las escuelas y trabajadores a sus lugares de trabajo.
El aumento de precios entró en vigencia a partir del 1 de marzo, y se estableció que el costo de la ficha de los remises y taxis sería de $ 12,573, mientras que la bajada de bandera costaría $ 251,46.
Para determinar el impacto del aumento en los usuarios, EL HERALDO habló con algunos remiseros y taxistas. Uno de los taxistas entrevistados, quien tiene su parada en la calle Entre Ríos casi Güemes, afirmó que la gente no ha notado mucho el incremento en los precios, ya que siguen utilizando el servicio sin problemas, ya que lo ven como una necesidad.
El taxista también destacó que un viaje desde la terminal al centro tiene un costo de 500 pesos, y los clientes lo pagan sin problemas, lo que indica que el incremento de precios no ha afectado significativamente a los usuarios.
Es importante señalar que el aumento de precios podría tener un impacto significativo en las personas de bajos ingresos y aquellos que utilizan el servicio con frecuencia.
Además, es posible que algunos usuarios busquen alternativas más económicas, como el transporte público o compartir un viaje, para evitar pagar las tarifas más altas.
En otra de las apreciaciones realizada por un remisero, que prefirió que no se nombre su base, destacó: �SEn donde yo estoy se decidió mantener el mismo costo de la base. La tarifa subió un diez por ciento, a los 12 pesos y monedas.
����En cuanto a cómo lo tomó la gente -dijo- nosotros somos una necesidad para ellos. Por ahí no viajan porque quieren, sino porque se sienten seguros para salir desde sus barrios sin que los asaltes o los roben.
����Muchos no pueden caminar ocho cuadras para tomar un colectivo -precisó- así que pasamos a ser de primera necesidad.
����Se siente el bajón los primeros siete u ocho días y después la gente se acostumbra porque no le queda otra⬝, aseguró.