Brasil sufre “terrorismo climático” con incendios intencionales
La ministra de Medio Ambiente y Cambio Climático de Brasil, Marina Silva, afirmó que el país es víctima de un “terrorismo climático” ejecutado por personas que actúan deliberadamente para crear el caos, incendiando bosques y actividades productivas.
“Hay una prohibición nacional del uso del fuego, pero hay quienes están llevando a cabo un verdadero terrorismo climático”, aseguró Silva ante la prensa, al ser consultada por los centenares de incendios que desde hace semanas afectan el territorio brasileño.
Incluso, este martes lanzó una grave advertencia cuando expresó: “En un contexto como este, de un área de cinco millones de kilómetros cuadrados [el 60% de la superficie de Brasil] con materia orgánica muy seca en proceso de combustión muy fácil por la baja humedad, por las altas temperaturas y la velocidad de los vientos (…) Es como si tuviésemos una situación de riesgo en todo el territorio nacional”, afirmó. Esta última declaración la brindó al programa de radio estatal “Buenos Días Ministra”.
Silva señaló que ya se detuvo a más de 20 personas, que hay 50 investigaciones abiertas y es probable que haya individuos entre bastidores alentando los crímenes, lo que puede ser descubierto a través de pesquisas y trabajos de inteligencia. “Por eso es tan importante el trabajo de la Policía Federal. Tenemos que seguir investigando con un trabajo combinado de inteligencia, porque así podremos saber de dónde viene esta motivación”, subrayó la ministra.
La funcionaria equiparó los incendios con los hechos ocurridos el 8 de enero de 2023 cuando ocurrió el asalto a las sedes de los tres poderes del país sudamericano. “Prácticamente estoy comparando lo que está ocurriendo con el 8 de enero”, aseveró la funcionaria.
La ministra subrayó que los daños por las conflagraciones en el estado de São Paulo ascienden ya a 2.000 millones de reales (unos 360 millones de dólares) para los agricultores, especialmente los de la caña de azúcar. Según datos de la responsable de la cartera ambiental ya se quemaron 900.000 hectáreas de zonas agrícolas y ganaderas, 1,4 millones de hectáreas de pastos y un millón de hectáreas de zonas forestales.
“Un bosque húmedo no se incendia, porque el fuego empieza y el propio bosque se las arregla para apagarlo. Como ya estamos experimentando los efectos del cambio climático, es probable que el bosque esté perdiendo humedad, como dicen los científicos, y que alrededor del 32 por ciento de los incendios se están provocando intencionadamente para degradar el propio bosque”, agregó Silva.
La responsable de Medio Ambiente abogó por el endurecimiento de las penas para los que cometieron este tipo de delito, que actualmente oscilan entre uno y cuatro años de prisión. “No es posible que ante una de las mayores sequías de toda la historia de nuestro continente y de nuestro país, y con la prohibición existente, las personas sigan provocando incendios. Esto causa un gran daño a la salud pública, al medio ambiente, a nuestros sistemas productivos y no hace más que agravar el problema del cambio climático”, afirmó.
Oscuro amanecer
La capital de Brasil había amanecido este lunes cubierta de ceniza y con una densa capa de humo debido al intenso incendio que se registra desde el domingo en el Parque Nacional de Brasilia, donde el fuego ya consumió más de 1.200 hectáreas y dejaron a varios bomberos heridos, informe a las autoridades locales.
“El incendio tuvo una propagación muy rápida, violenta e intensa (...) el trabajo hoy es el de colocar profesionales en el campo para evitar el reinicio del fuego en los sitios donde hubo combate ayer y apagar los bosquescitos”, explicó a los medios el coordinador de manejo integral de fuego del Instituto Chico Mendes para la Conservación de la Biodiversidad (ICMBio), Joao Morita.
El especialista apuntó que el inicio del incendio probablemente fue provocado y debido al tiempo de sequía las llamas se extendieron de manera rápida.
La situación en la capital brasileña se agravó por la falta de lluvia y la baja humedad, al cumplir la urbe este lunes unas 20 semanas sin precipitaciones, al tiempo que la humedad es inferior al 15 por ciento y las temperaturas superiores a los 30 grados Celsius.
El clima de sequía contribuyó también a la rápida expansión del humo y ceniza en el Distrito Federal de Brasil, situación que dificulta la respiración entre la población, sobre todo en la zona próxima al Parque Nacional.
En algunos barrios de la zona norte de Brasilia, la visibilidad en las calles era tan baja a las primeras horas de este lunes que los conductores tenían dificultad para transitar, mientras que decenas de elementos de bomberos y voluntarios se desplazaron a la zona afectada para intentar combatir el fuego. NA.
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