CARU donó especies de árboles nativos al Centro de Educación Física y al Club Ferrocarril
En una jornada cargada de significado, José Eduardo Lauritto, actual presidente de la Comisión Administradora del Río Uruguay (CARU), se reunió en el Centro de Educación Física de Concordia para llevar a cabo una importante iniciativa. Lauritto expresó su admiración por el patrimonio deportivo construido en la región, destacando el papel fundamental del lugar en la promoción de actividades físicas y el contacto con la naturaleza.
La CARU, un organismo binacional con sede en Paysandú, culmina su gestión el 9 de diciembre, marcando un hito en su compromiso con la comunidad. Durante años, han llevado a cabo una iniciativa que implica la entrega anual de 2,400 especies de árboles nativos provenientes del vivero del Parque Nacional del Palmar. Estos árboles se distribuyen estratégicamente en la costa del río Uruguay, abarcando diversos departamentos ribereños. En esta ocasión, la CARU eligió el Centro de Educación Física para entregar 90 especies de árboles autóctonos, enriqueciendo aún más el entorno verde del lugar. El director del Centro, Alberto Pisacco, resaltó la importancia de esta donación para la institución, que se dedica a brindar servicios relacionados con la vida en la naturaleza y alberga talleres y actividades educativas durante todo el año.
Además, el Club Ferrocarril de Concordia fue uno de los beneficiarios de esta iniciativa. Andrés Giles, presidente del club, agradeció a Lauritto por considerarlos para recibir estos árboles nativos. La plantación de estos ejemplares marca el comienzo de un proceso de parquización en el predio del club, brindándoles un espacio verde que potenciará las actividades y el crecimiento de la institución.
Esta colaboración entre la CARU, instituciones educativas y deportivas locales refleja el compromiso de fortalecer vínculos y construir un futuro sostenible. El esfuerzo conjunto para preservar el medio ambiente y promover el contacto con la naturaleza se materializa en la plantación de estos árboles autóctonos, simbolizando un crecimiento que va más allá de las raíces, extendiéndose a la comunidad en su conjunto.