Centenario de la inauguración del puente "Alvear"
El arroyo Yuquerí Grande o Guazú fue considerado antes de la fundación de Concordia.
Profundo en su desembocadura, con agua suficiente para embarcaciones de porte y para las pequeñas en el resto del curso. Todo dependía de las lluvias o las crecientes del Uruguay. Su profundidad irregular en las épocas de bajante, dejaba lugares por donde el hombre se las ingeniaba para cruzar de un lado a otro. En 1824 el Comandante del Segundo Departamento Principal, Cnel. Evaristo Carriego, visitó la amplia jurisdicción de su mando que abarcaba todo el espacio desde el Mocoretá al Delta y desde el Gualeguay al Uruguay. Tenía su capital en Concepción del Uruguay y el territorio estaba dividido en Departamentos Subalternos. Llegó Carriego al Departamento Subalterno de Mandisoví, población fundada en el actual Departamento de Federación por D. Juan de San Martín.
Fue recibido por el Comandante de esa villa, Cnel. Pedro Espino, y el Cura Vicario, P. Mariano José del Castillo. A raíz de los problemas de las luchas y ataques esporádicos de los portugueses, la villa entró en una decadencia pronunciada. Surgió la idea del traslado del pueblo a un lugar más seguro que le diese prosperidad y seguridad. El deseo general era la radicación en la costa del Río Uruguay. El Comandante Carriego aceptó la idea, secundado por del Castillo y Espino y la Alcaldía de la Hermandad. Ese anhelo general se manifestó en una nota dirigida al Gobernador de la Provincia, Cnel. León Sola, donde se le solicitaba el traslado a la desembocadura del Yuquerí Grande, con agua suficiente para el puerto, monte costero a ambos lados que servía para protección de las naves, leña y madera para la construcción de los ranchos, además de paja suficiente para los techos. La propuesta-solicitud fue aprobada por el Gobernador quien emitió el decreto correspondiente. Pero, el entusiasmo de un rápido cambio, se esfumó por la guerra que se había desatado entre Argentina y Brasil que duró desde 1825 a 1827. No hubo una nueva plantación de Mandisoví.
El Yuquerí tomó un nuevo camino a raíz de la fundación de CONCORDIA, mediante Decreto del 29 de noviembre de 1831, sancionado por la Legislatura de Entre Ríos y hecho realidad por el P. del Castillo, Comisionado Especial, quien eligió el terreno y con ayudaalgunos eran vecinos de Mandisoví- trazó la pequeña Plana Urbana y ubicó los primeros pobladores con acuerdo de Urquiza por ese entonces Comandante del II Departamento Principal. En 1833 reemplazó al P. del Castillo, para seguir con la obra fundadora, como Comandante Militar, al Cnel. Antonio Navarro quien, entre las obras que concretó, estableció en 1835 el primer puerto que tuvo Concordia en la barra del Yuquerí Grande, con un pequeño muelle y una casilla para el control de la Aduana del pago de los derechos correspondientes a través de un funcionario conocido como Guarda.
El puerto estaba unido a la Villa mediante un camino trazado entre el monte costero de algo más de dos kilómetros, transitado por carretas y carretillas que traían los efectos de desembarco y llevaban lo que debían embarcarse. Los destinos eran Montevideo y Buenos Aires. Salían por nuestro primer puerto tasajo, cueros, yerba, grasa, lana y postes.
Entraban productos, muchos de origen europeo, como harina, tabaco, telas, casimires, calzados, vinos, artículos religiosos, sal, pólvora, etc. Con el tiempo, y a raíz del movimiento ascendente del comercio, se planteó la necesidad de un nuevo puerto.
Después de 1862, durante el gobierno de Mitre, se logró construir un nuevo puerto, el segundo, en la desembocadura del arroyo Manzores, más cerca de la ciudad, previo dinamitado del Corralito, promontorio rocoso que, generalmente causaba problemas a las embarcaciones, más para esa época en que habían surgido embarcaciones de mayor tamaño y calado, incluso las de vapor.
El Paso Grande del Yuquerí. Fue un auxiliar de las comunicaciones terrestres por mucho tiempo que sirvió a Concordia para vincularse con el Distrito Yeruá y más allá aun, incluso Villaguay, a través de “Camino Real”, no solo en el transporte de cargas, sino también de pasajeros. Era aprovechable cuando las bajantes del Yuquerí permitían pasar directamente. Otro panorama distinto, cuando estaba crecido. Tantos los productos del comercio como viajeros llegaban al Paso y contaban con un servicio de botes para trasladar la carga a la orilla opuesta. Al destino, que era Concordia, se utilizaban carros o algo más pequeño conocidas como carretillas. El mismo procedimiento se cumplía cuando mercaderías y pasajeros salían de Concordia. Había otros pasos en el curso inferior del arroyo, especialmente utilizados por moradores del lugar. Fuera del Yuquerí, también existía un servicio de botes de Don Feliciano Palavecino, en la zona del Salto Chico y autorizado para transporte de cargas y pasajeros a Salto, sin reciprocidad desde este puerto, por razones políticas. Era común ver los botes de D. Feliciano, cargados de papas, batatas, cebollas, melones, sandías, zapallos, otras verduras, etc. El lugar de embarque fue conocido, por muchos años, como “puerto Palavecino”. El servicio de botes en el Paso Grande del Yuquerí, por muchos años lo licitaba una persona que tenía el monopolio.
Cuando se instaló la Municipalidad, el Municipal (hoy Concejal) Federico Zorraquín que detentaba el Cargo de primer Intendente, logró la aprobación de una norma por la cual, se terminaba con el monopolio, permitiendo que fueran más de uno que hiciesen el servicio de botes. Debían inscribirse en la Municipalidad ypagar un derecho anual.
El puente de madera dura. En 1884, durante el Gobierno del Gral. Eduardo Racedo, se sancionó la Ley del 4 de abril de 1884 que ordenó un estudio de la traza de los caminos generales y de los puentes necesarios. Durante el Gobierno del Dr. Clemente Basavilbaso , otra Ley del 22 de septiembre de 1888, ordenó el estudio para la traza de caminos que vinculase los Departamentos y la construcción de puentes. Luego, durante el Gobierno del Dr. Sabá Hernández, por la Ley del 28 de septiembre de 1891, se estableció que el 1% de la contribución inmobiliaria, se destinase a la construcción de puentes y caminos. Por otro lado, el mismo año, la Ley del 14 de noviembre, fijó un impuesto de 10 centavos por quintal de trigo. El Decreto del 12 de enero de 1892 dispuso, para la administración e inversión de los fondos establecidos en las leyes señaladas, que fueran las Comisiones de Puentes y Caminos en cada Departamento, integrada hasta con seis vecinos. En Concordia conforme a la Ley de 1884, se integró la primera Comisión con Jaime Hipólito Lesca, José María Otaño, Saturnino Soage y Juan Bautista Randle; le siguieron otras de poca notoriedad hasta que en 1892 integraron la Comisión Departamental los señores David O’ Connor, Juan Caminos, José R. Pérez, Alberto Robinson, Octavio Carlevaro y Benjamín Gadea.
La fundación de la Colonia Nacional de Yeruá en 1889, en campos vendidos por D. Bernardo de Irigoyen a la Nación, fue una de las razones para mejorar la necesaria vinculación de los colonos con Concordia, además de otros distritos aledaños. Era también factor importante para la expansión del comercio de Concordia. La idea de un nuevo puente maduró y se tradujo en el interés de la Administración de la Colonia que, sin duda alguna, influyó ante el Gobierno Nacional. Por eso en 1892, justo cuando se conformó la nueva Comisión de Puentes y Caminos, la Nación autorizó a la Provincia para que, a través de la Comisión, se llamara a licitación para su construcción con estructura de madera dura seleccionada. En 1893 quedó habilitado y produjo, por muchos años, importantes beneficios en la relación de la Colonia y Concordia que se expandió aún más allá de estos puntos.
El actual puente. El puente de madera cumplió con creces su servicio. Los avances del tráfico carretero-ferroviario, el incremento de la producción agrícola-ganadera de los distritos Yeruá y Yuquerí, extendido más allá de los límites departamentales, en el caso de distritos de Villaguay y del distrito 5º del Departamento Colón, que por la distancia tenían mucha vinculación con Concordia. Ciertamente que había necesidad de un nuevo puente que permitiera más actividad, conectado a la traza de la Ruta 14. Un gran impulsor de esta brillante idea, fue D. Domingo Isthilart en su carácter de miembro de la Comisión de Puentes y Caminos, organismo que atendió necesidades del actual Departamento de Federal. Isthilart y los demás integrante de Comisión, además de concientizar a las autoridades municipales e instituciones diversas, buscaron comprometer a Diputados de la Provincia en el Congreso de la Nación. Así, se interesó al Diputado Ramón Parera quien presentó un primer proyecto y no consiguió que fuera tratado. Más tarde, Isthilart y Legerén entrevistaron al Diputado Juan CrúzPais y plantearon la necesidad de la obra. Se interesó y logró que se hicieran un estudio y plano de la obra. Era un paso pero faltaba la autorización. Hubo un intento por parte del Diputado Damián P. Garat sin resultado alguno. Quizás, una dificultad para lograr la definición haya sido el momento político con las elecciones y el radicalismo divididos (personalistas y antipersonalistas). Posiblemente, después de las elecciones con Alvear electo Presidente, Isthilart insistió y llegó a personas de relación con Hipólito Yrigoyen, Enrique Agesta y el Ing. Manuel J. Claps. Lograron que el Presidente dispusiera la realización de la obra, de acuerdo a la tercera propuesta que establecía el uso de cemento armado, desechando el uso de madera dura o hierro como lo fijaban otros proyectos.
Hubo algunos tropiezos y ello provocó alguna demora hasta que comenzaron los movimientos de tierra a cargo de la empresa Ricagno Construcciones. Según Alejandro Pípolo en su obra “Concordia: la ciudad y su arquitectura 1831-1870”, la iniciación de los trabajos los dispuso el propio Alvear. Trabajaron 400 personas y 200 carros. Si atendemos a esta afirmación, el puente estuvo listo para su inauguración en un término de 250 días corridos sin interrupciones como el clima, los feriados y los fines de semana. Todo un récord para esos tiempos. Podríamos pensar que la “titánica” obra pudo haber comenzado antes de que Alvear asumiese la Presidencia. Entendemos que no sería un desatino. Hubo versiones, vigentes hasta el presente, que el propioMarcelo T. de Alvear, de su bolsillo habría sufragado los trabajos. La llegada de Alvear. Desde varios días antes, Concordia vivió un clima especial.
También, la atención estuvo en la región y representantes de ciudades, pequeñas villa y pueblos, se hicieron presentes en los actos y, hasta tuvieron la oportunidad de ser recibidos. Era un Presidente de la Nación que, precediendo a otros, se hacía presente en Concordia. Nada quedó por hacer para brindar al ilustre huésped la debida acogida de una comunidad en crecimiento. Funcionó una Comisión Ejecutiva, presidida por el entusiasta y aun no reconocido, DOMINGO ISTHILART. Figuras importantes del quehacer concordiense lo secundaron: Guillermo Bonaparte, Juan Mac Loughin, Andrés Rivara, Joaquín Comas, Miguel Scattini, Pedro Sauré, Roque Difrieri, Antonio Fonseca, Manuel del Cerro Requena, PráxidesPretavesa, Roberto Thompson, Luís Ortíz, Carlos Leonardi, Pedro N. Urruzola, José Bóglich, Benito Legerén, Alberto Núñez, Celestino Risso, Fernando S. Rodríguez, César López Barrios, Jorge Robinson, Jaime Ferrer y Barnada, Alcides Zorraquín, Luis LLambías y Manuel Davel.
En el ámbito municipal, el Concejo Deliberante, sancionó un Decreto y la copia con las firmas del Vicepresidente Alcides Zorraquín y del Secretario Juan J. Ardoy, fue enviada al Departamento Ejecutivo quien lo promulgó el 1 de junio de 1923, con el Nº 4948. El Decreto autorizaba al D.E. para efectuar gastos hasta $ 5.000 en “los festejos motivados por la inauguración del Puente sobre el Yuquerí Grande, con cargo de rendir cuenta e imputación en el rubro Partida T -Eventuales- del Presupuesto vigente”. A su vez, el Presidente Municipal, Pedro Urruzola, con su firma y la del Secretario, Baldomero Gracia, emitió el Decreto 4949 del mismo 1º de junio de 1923 en el que se fijaban pautas para el día 10 de junio. En cuanto a la recepción en el puerto, el acceso de los coches particulares o de alquiler debía operarse por la calle Mitre y su continuación Avda. Cervantes (Julio A. Roca y actualmente Pueblos Originarios) hasta Jujuy (R. Sáenz Peña). Los tranvías llegarían hasta el primer desvío, hasta la 9. Después de esa hora finalizarían su viaje en el empalme de la calle Colón para su regreso. Se prohibía la circulación y estacionamiento de vehículos después de las 9, en las calles Jujuy y Rivadavia, ésta hasta 1º de Mayo y por ella hasta Entre Ríos, Urquiza y hasta Mitre. En el puente del Yuquerí, los coches y autos particulares o de alquiler debían ubicarse en el triángulo que tenía por base el alambrado de la “casa de piedra” y el campo al costado derecho del terraplén. Por último se ordenaba el estacionamiento en la Sociedad Rural, el Tiro Federal y Club Progreso, lugares que visitaría el Presidente.
El Presidente Alvear, a bordo del “Gral. Alvear”, antes de llegar a Concordia visitó Concepción del Uruguay y concurrió a la Iglesia de la Inmaculada Concepción (hoy Basílica) y rindió un homenaje al Gral. Urquiza ante la tumba que guarda sus restos. También llegó por un momento a Colón y en un automóvil recorrió la ciudad. En ambas ciudades fue recibido por las autoridades y el saludo de muchos vecinos. Cuando arribaba al puerto de Uruguay , Domingo Isthilart, en nombre de la Comisión Ejecutiva, brindó el saludo de bienvenida con emocionadas palabras que fue respondido por Alvear desde el puerto de Colón con un mensaje breve donde retribuía el auspicioso saludo y esperaba, cuanto antes, llegar a la Concordia “…próspera y laboriosa ciudad argentina para manifestarles mi simpatía”.
En el Puerto. Mucha gente reunida para recibir al ilustre visitante. Los vehículos alineados sobre la Costanera hasta la actual de Roque Sáenz Peña. En el costado sur de la explanada, se ubicó parte del entonces Regimiento 6 de Caballería, alineado y luciendo su traje de gala, para rendir homenaje al magistrado de la República. Una triple hilera de palios bordeaba los costados de la calzada principal del puerto. Frente al edificio de la Sub Prefectura, los miembros de la Comisión de Festejos aguardaban para recibir al visitante.
Igualmente estaba ubicada la Banda Popular de Concordia para el saludo con las estrofas del Himno Nacional. Por otra parte, remeros del Club Regatas acompañaron la entrada del buque que arribó entre aplausos y vítores de la concurrencia. El presidente respondió con su simpatía y agitando su sombrero como gesto de salutación. Hubo salvas por las cañoneras surtas en el puerto. En el muelle Alvear estrechó las manos de los representantes de la ciudad y de los miembros de la Comisión. Bajo los acordes de la Banda Municipal y la ovación popular, el Presidente descendió por la planchada emprendiendo a pie, por su voluntad, las diecisiete cuadras hasta la Municipalidad. En el trayecto fue objeto de una demostración conmovedora donde las damas arrojaban flores, cuya abundancia inundó el pavimento.
La caminata terminó cerca de diez de la mañana en la Casa Municipal donde esperaba una importante concurrencia de público. Hubo una ovación que cesó cuando Alvear entró en el edificio acompañado por el Gobernador Enrique Mihura, el Presidente Municipal Pedro N. Urruzola, el Jefe de Policía Carlos Leonardi y los presidentes de las Comisiones de Homenaje Domingo Isthilart y Celestino Risso. Alvear salió al balcón y la saludó a la multitud que llenaba la calle y gran parte de la plaza”25 de Mayo”. El Presidente Municipal lo saludó en nombre de los vecinos con certeros conceptos que “merecieron la aprobación general”, según expresión del diario “El Litoral”. Contestó Alvear con un improvisado discurso agradeciendo las atenciones recibidas de autoridades y pueblo de Concordia.
Después de breve lunch, se inició la marcha hacia el Yuquerí con una larga caravana por calle San Martín y por ésta hasta la calle Alvear Todo el recorrido fue presenciado por una concurrencia compacta, en ambas veredas, mientras llovían flores sobre el automóvil presidencial.
En el lugar de la ceremonia había nutrida presencia popular, incluso llegada en ferrocarril, que en total se estimó en unas 8.000 personas. Se escuchó y entonó el Himno Nacional.
Con el recogimiento y silencio de los asistentes, el Obispo de Diócesis de Paraná, Mons. Dr. Abel Bazán y Bustos, bendijo el puente con una invocación a la Divina Providencia, agregando una brillante alocución a los presentes. Luego dijo unas palabras el Ministro de Obras Públicas de la Nación, Eufrasio Losa, quien en nombre del Presidente Alvear dejó inaugurado el puente y entregó la obra para la custodia de la Provincia. Contestó y agradeció a la Nación el Ministro de Obras Públicas de Entre Ríos, Loreto Beracochea, resaltando el gesto patriótico de la Nación por construir una obra vital para el desarrollo de la Provincia y, en especial, de Concordia y la región. El Ing. Mariano Jurado, integrante de la Comisión de Puentes y Caminos, hizo referencia de los muchos esfuerzos volcados en la concreción del puente y destacó especialmente el gran trabajo de D. Domingo Isthilart, miembro rector de la Comisión. También hizo mención de las tramitaciones ante el Gobierno Nacional por los diputados representantes de Entre Ríos en el Parlamento nacional. Las personas presentes cerraron con aplausos a quienes hicieron uso de palabra.
Como coronación del acto esas mismas personas, como agradecimiento al Presidente, al unísono pidieron que el recién inaugurado puente, llevase el nombra de “Presidente Alvear”, propuesta que fue acogida con grandes aplausos y vítores.
Otras actividades. Siguiendo lo programado, Alvear y su comitiva, visitó el naranjal de los Soler en el Ayuí. El recibimiento lo hicieron los cosecheros formados en una fila con canastos lleno de naranjas; emocionado el Presidente saludó a los trabajadores. Los dueños acompañaron en un recorrido breve de una parte de la quinta. Los visitantes gozaron de ricas mandarinas.
A las 13 volvieron a la ciudad para llegar al hotel “Colón”, acompañados de una larga caravana de automotores. Hubo un momento para el descanso. Alvear aprovechó para asomarse en el balcón del hotel y recibió una fuerte ovación de las muchas personas que ocupaban la calle y se prologaban en la plaza. El Presidente retribuyó emocionado el entusiasmo y algarabía de los presentes.
Luego, la comitiva recorrió la corta distancia entre el hotel y el club “Progreso” (esq. Mitre y Pellegrini). Fue recibida entre aplausos en el salón de Recepciones En la mesa del banquete acompañaron a Alvear, el Gobernador de la Provincia Enrique Mihura, Domingo Isthilart, personalidades de los gobiernos nacional y provincial, el Obispo Diocesano Mons.
Dr. Abel Bazán y Bustos, el Presidente Municipal Pedro N. Urruzola, el Jefe de Policía Carlos Leonardi, autoridades militares y representantes de instituciones públicas y privadas. Para acompañar el rico y fino menú, alternaron vinos franceses y de las bodegas de San Román y Róbinson Hnos. A los postres hicieron uso de la palabra el Gobernador Mihura y el Dr. Juan Antonio Ortelli por la Comisión de Festejos.
Durante el resto del día, el Presidente realizó una rápida visita al Tiro Federal donde fue recibido por el Presidente de la Comisión y fundador de la institución, May. José Bóglich quien brindó una breve historia, sobre todo los logros más importantes. Terminó esa fugaz visita y fue llevado al Museo Agrícola, acompañado y asesorado por el Ingeniero Jorge Büsch y el Presidente de la Sociedad Rural D. Benito Legerén, recorrieron todas las secciones del Museo.
La última actividad del Presidente la desarrolló en la sucursal del Banco Nación donde concedió audiencias a las delegaciones participantes de los actos de Curuzú Cuatiá, Colonia Nacional Yeruá, Feliciano, La Paz, San Salvador y Gral. Campos. Fueron atendidas individualmente donde cada una expuso verbalmente y en forma breve la situación de su comunidad con el compromiso de presentarla, luego, por escrito. El Presidente agradeció la presencia de los representantes, hizo algunas preguntas y luego con su saludo personal a cada asistente, dio por finalizado este cometido.
El día 11 de junio, después del descanso reparador de la agenda agitada del día anterior, durante la mañana y privadamente recibió algunas visitas hasta el mediodía. Desde allí se dirigió al Club “Progreso” donde ofreció un almuerzo a autoridadesy comisiones de homenaje.
Por la tarde se produjo el regreso. En el puerto hubo demostraciones por parte de la gente que, en buen número,esperó al mandatario. Cuando la comitiva llegó al muelle, se escucharon y cantaron las estrofas del nuestra canción patria a cargo de la banda de a bordo, mientras las embarcaciones presentes, hicieron sonar sus silbatos con fuerza.
Alvear subió a bordo del “Gral. Alvear acompañado por el Gobernador de la Provincia, el Presidente Municipal, Isthilart, Ressio, Claps y otros. Todos estrecharon la mano del Presidente. Al iniciar la marcha, Alvear en la cubierta saludó con su sombrero a la concurrencia presente y a través de ella a todo Concordia.
En los cien años que cumplirá el puente, su destacada presencia de robusta construcción, soportó retos de la naturaleza que obligaron a curar sus heridas y así seguir en su cometido. En tantos años fue la llave obligada del transporte carretero hacia el norte y hacia el sur, vinculando el progreso de una amplia región.
FUENTES:
REULA, Filiberto.
Historia de Entre Ríos. T.II. 1969.
PEZZARINI, Heriberto.
Historia de Concordia. T. I. 2ª Edición. 2018.
PEZZARINI, Heriberto-ROSA MARÍA REISSENWEBER. Historia Argentina.
Ts. II y V. 2009 y 2021.
MUNICIPALIDAD. H.C.D. y D.E. Decretos Nos. 4948 y 4949. 1923.
EL LITORAL. Nos. 6713 y 6714. Diario de Concordia. 10 y 11 de junio de 1923.
Prof. HERIBERTO M. PEZZARINI
Tit. Arch. Histórico Municipal