CONCORDIA, fue pura VID, fue puro VINO
Si yo les nombro a Alexis Pierre Louis Edouard Peyret, nada les dirá, pero si les nombro a Alejo Peyret, tal vez me acerque más al conocimiento de algún lector.
Alejo Peyret, nació en Francia (Baerne) a los pies de los pirineos, que supieron pertenecer al Reinado de Navarra, en el 1.826 y murió en Buenos Aires en el 1.902.
Este personaje de un tiempo tan lejano que tiene que ver con Concordia Entre Ríos, y la respuesta es mucho, pues yo de pibe recuerdo haber preguntado a Gregorio Santiago Chervo, con quien tuve el honor de haber compartido, muchas tardes de acompañarlo en sus investigaciones históricas, un historiador, investigador y museólogo, que le dedicaba, más de 15 horas por día a sus trabajos, y que vivió hasta casi los 100 años (esto último, lo digo a los jóvenes, para que vean que el trabajo no acelera el calendario de la vida), quien fue Don Alejo Peyret, y él con su claridad mental me dijo⬦ �SNene, fue uno de los por qué, tantos inmigrantes eligieron Argentina para venir, como tierra de oportunidades⬦⬝.
Peyret, fue un enorme escritor de lengua occitana, agrónomo, administrador colonial e historiador, que se radicó en Entre Ríos, provincia en la cual fue político en Colonia San José en donde desarrolló cultivos, introdujo innovaciones tecnológicas, instaló industrias y experimentó cultivos que no eran sudamericanos.
Alejo Peyret, llegó a Montevideo en 1.852 luego de una primera juventud en Francia, allí y en Concepción del Uruguay, se desarrolló como articulista y luego con algunas otras responsabilidades en Editoriales. En este punto creo que está la clave de su labor y gran servicio con Argentina, pues sus delicados artículos eran enviados a Europa y publicados en varios medios, y existe una recopilación de esas notas en traducción en francés, llamada dicha recopilación Emigration et Colonisation: La Colonie San José.
En 1.857 fue nombrado, bajo la Presidencia de Urquiza, como administrador introdujo en la producción de la zona maníes, papas, batatas, porotos, cebollas, remolachas azucareras, maíz y tabaco, por otro lado modificó técnicas para el trigo, impulsó a Urquiza a entregar nuevas tierras para cultivo, experimentó con algodón y gusanos de seda, construyó una máquina manufactura de aceite de maní, entre otras cosas.
Cuento todo esto pues es importante que la descripción que fue haciendo durante estos años, repercutió mucho en Europa y por tal motivo tantos determinaron venir a esta tierra de oportunidades.
En su trabajo de Una visita a las Colonias de la República Argentina, habla de los viñedos en Concordia de Don Pascual Harriague, quien había tomado la capacitación y la iniciativa de un Vasco Francés conocido como Lorda, cuyo nombre real fue Juan Jauregui, que ya por 1.885 tenía casi 80 años, pero una enorme vocación de enseñar todo lo que sabía de hacer buenos vinos.
Otros campos de vid que resalta es el de un Español llamado José Oriol, que resalta por su estilo y cuidado y en especial destaca la Viña de Ayuí, que por entonces era de Gregorio Soler, quien era pariente directo de Justo José de Urquiza, del cual destaca, además de la gran casona, ubicada en un lugar más que estratégico, que en ella observó cultivos de maní, plantas de naranjos, árboles frutales por doquier, robles, acacias, eucaliptus, casuarinas y hace una descripción, diciendo que son de no más de 3 o 4 años de plantados, describiendo su ubicación del lado del Ferrocarril del Este.
Una descripción que realiza con mucha admiración es la de Industrias Entrerrianas, que eran Bodegas cargadas de bordalesas cuyo número le impresionó de forma que se sintió abrumado y admirado. Esta sensación el articulista Alejo Peyret, lo hace cuando en barco se acerca por primera vez a Concordia, pues expresa su sorpresa, por la cantidad de vides que ve, y lo repite en un viaje en tren que realiza desde Concordia a Monte Caseros, con una parada en la que según describe, hermosa y pintoresca Federación, en todo el recorrido en tren dice este notable Francés, va viendo interminables campos con vides y maníes, en cantidades incalculables.
Motivo de impresión también fue la de un tal Bunge, que tenía un depósito de aceites, y otro emprendimiento que destacó en sus artículos fue de un paisano de él, otro francés que se había radicado con el fin de armar una empresa de carnes en conservas.
Esto que demuestra que nació de algunas cepas de Lorca, ese Vasco Francés, se fue superando hasta llegar a una primer etapa que Entre Ríos, llegó en el año 1.907 a tener, unas 4.400 hectáreas cultivadas de vides, según un censo Nacional, lo que colocaba a la Provincia Mediterránea en el cuarto lugar de los productores Nacionales.
Hubo un antecedente, que fue otro censo realizado en 1.895, en el cual se detectó, que Entre Ríos tenía 2.509 hectáreas cultivadas con vides, lo cual implica que el crecimiento, expuesto por el escritor Alejo Peyret, que había sido 10 años antes, más o menos, en 1.885, siempre tuvo un desarrollo sostenido, que llevó a reinar la ciudad, por sobre el resto de las Ciudades de la época.
Tenemos algunas cifras al respecto de este momento glorioso de Entre Ríos, como productor de vinos, y en especial de la Ciudad de Concordia. Por ejemplo en el año 1.890, Concordia tenía cultivadas unas 1.451 hectáreas de vides, en cada hectárea había unas cuatro mil plantas y en ese año Colón tenía cultivadas 338 hectáreas, y para el año 1.898, esta hermosa Colón ya había llegado a 840 hectáreas.
La gran pregunta a la distancia de estos hechos históricos, nos hacemos la gran pregunta, si esos vinos de entonces eran de buena o mediana calidad, y la respuesta la dan algunos hechos históricos de grandes logros de la época.
Por ejemplo, en el año 1.877 un paranaense, llamado Santiago Feliche, obtuvo una medalla de distinción especial en un concurso realizado en París, y que fue el primer logro internacional que se conoce de un vino americano en Europa.
Por el año 1.887, cuentan las crónicas de la época, se había impuesto en los altos comedores de las familias Patricias de Buenos Aires, y del resto de las grandes Ciudades y Estancias de Sud América, brindar con un champagne de alto costo, que se conocía como �SBlanco Victoria⬝, un champagne, elaborado con unas uvas delicadas, traídas desde Italia, por un inmigrante cercano a ser conocido como un mago en la elaboración, que se había afincado en el Pueblo de Victoria, Entre Ríos.
Esa zona de Entre Ríos, que va desde Victoria a Paraná, también se producía vinos de alta calidad, pero con cepas mayoritariamente traídas desde la bota Europea, esa Italia profunda, de la Lombardía, de Sicilia, de la Tosacana y de Cerdeña, en especial, pues uno podía encontrar elaborado en este País del fin del mundo, vinos exclusivos de aquella zona Mediterránea, como ser: a) Moscato, b) Grignolo, c) Nebiolo, d)Barbera, e) Bracheto.
Mientras tanto en el Entre Ríos del Río Uruguay, se distingue por una enorme influencia Francesa, y eso se conoce por las cepas adaptadas y las formas de hacer los vinos. Como ejemplo mencionamos que el honor a quien plantó la primer vid en Concordia, se desarrolló el Cabernet Lorda, que era lo más apetecible de la época, un vino rojo profundo, muy perfumado, que era inconfundible por su valor de origen.
Otros vinos de la costa del Río Uruguay de excelente calidad fueron en aquellos años, los Pinot Noir, elaborados no solo en Concordia, sino también en Concepción del Uruguay, y ya se conocía el Malbec, que era un tinto suave, que se plantaron cepas en Concordia y en Colón.
Concepción del Uruguay se hizo famoso por el Cabernet Sauvignon y un rosado Bayote Gamay, que es muy difícil de obtener fuera de Francia.
En Concordia, otra vez, el rey de la vid, se producía un exquisito blanco frutado, conocido más tarde como una joya, a base de Semillón, el famoso Semillón Concordia, producido tiempo más recientes, por los Hermanos Robinson, que reinaron en el negocio del vino, hasta que el Gobierno del Golpe, entre los años 1.932 y 1.934, destruyeron esta actividad, para beneficiar a otras Provincias Argentinas.
Por esta historia, no es raro que Entre Ríos vuelva en los próximos años a ocupar el sitio de los buenos vinos del mundo, para deleite de los paladares, de esas raíces, que entre otras cosas, llegan a la profundidad de la tierra, en busca de minerales, entre ellos, de oro, que lo hacen única bebida, nombrada desde el amanecer de los tiempos, por todos los poetas, junto al agua y a la leche.