Concordia recibió al embajador de Suiza y su esposa para un proyecto que une cultura, inclusión y educación
El embajador de Suiza en Argentina, Hans-Ruedi Bortis, y su esposa, Mónica María Lorena Lofruscio, vicepresidenta de la Fundación MIDMACO (Museo Internacional de la Discapacidad María Kodama), visitaron Concordia con el propósito de formalizar un convenio trascendental.
Este acuerdo involucra a la Fundación MIDMACO y a las facultades de Ciencias de la Administración (FCAD) y de la Alimentación (FCAL) de la Universidad Nacional de Entre Ríos (UNER), y promete consolidar a la ciudad como un núcleo clave en la promoción de la inclusión y el desarrollo cultural.
Un propósito que encuentra su lugar en Concordia
Mónica Lofruscio destacó el valor de Concordia como eje de este ambicioso proyecto. “Cuando un propósito sale a la luz, sabe qué quiere y con quién quiere trabajar. Creo que en el camino iremos descubriendo por qué Concordia fue la elegida”, expresó con emoción. La fundación que lidera busca expandir el alcance del Museo Internacional de la Discapacidad María Kodama, actualmente ubicado en Buenos Aires, mediante la creación de células en distintas localidades de Argentina y, eventualmente, del mundo.
El Museo lleva el nombre de María Kodama, reconocida escritora y compañera de Jorge Luis Borges, quien tenía raíces suizas. Esta conexión cultural y simbólica ha fortalecido los lazos con Suiza, un país que vive la inclusión como un valor cotidiano y que inspira este proyecto en tierras entrerrianas.
Colaboración con la academia y la comunidad
El acto central de la visita fue la firma de una carta de intención en el Salón de Consejo de la Facultad de Ciencias de la Administración. Mabel Gay, presidenta de la Asociación Suiza de Concordia, explicó que este acuerdo marco interinstitucional tiene como objetivo establecer la sede del Museo Internacional de la Discapacidad en el salón de actos compartido por las facultades de Ciencias de la Administración y de la Alimentación. Además, el proyecto cuenta con el apoyo de la municipalidad de Concordia y de otras instituciones sociales, culturales y artísticas.
“Nos entusiasma el compromiso y la apertura que hemos encontrado en todas las instituciones. Este es solo el inicio de algo que promete crecer y multiplicarse”, afirmó Gay. Asimismo, se anunció la colaboración con artistas locales y la participación de referentes destacados como el licenciado Poli Castro, director del Coro de la Universidad, quien está trabajando en propuestas inclusivas, como un coro integrado por niños sordos.
Un legado de inclusión y humanidad
El embajador Bortis compartió cómo su experiencia como miembro de la Guardia Suiza y su servicio al Papa Juan Pablo II influyeron en su compromiso con la dignidad y los derechos de las personas con discapacidad. “Una persona con limitaciones sigue siendo una persona digna. Este proyecto tiene mi apoyo absoluto”, declaró.
Por su parte, Lofruscio habló sobre la responsabilidad de dar un sentido altruista a la vida. “Cuando encontramos ese entusiasmo, se convierte en un propósito que nos moviliza a todos. Espero que este proyecto inspire a miles y que lleguemos a ser millones trabajando por la inclusión”, añadió.
Cultura, raíces y visión de futuro
Además de los avances concretos en la instalación del Museo, la visita estuvo marcada por un profundo intercambio cultural. La Asociación Suiza de Concordia, fiel a su lema “Uno para todos, todos para uno”, resaltó la importancia de honrar las raíces suizas y de trabajar en comunidad. “Este proyecto une las raíces culturales con un propósito moderno: la inclusión y la conciencia planetaria”, concluyó Gay.
El evento también incluyó una reunión en el profesorado de Arte y Música, donde artistas locales se sumaron al entusiasmo del proyecto. Este movimiento, que comenzó como un propósito en crecimiento, promete posicionar a Concordia como un modelo de integración cultural y social.
El futuro del proyecto
La Fundación MIDMACO y las facultades de la UNER proyectan inaugurar la sede del museo en Concordia en 2025.
Mientras tanto, la comunidad local y las instituciones seguirán trabajando en acciones concretas que promuevan la inclusión y fortalezcan los valores de hermandad y solidaridad que inspiran este emprendimiento.
Este acuerdo marca un paso significativo no solo para Concordia, sino también para el país, al demostrar cómo la cooperación internacional, la academia y la cultura pueden unirse en un propósito que trasciende fronteras y generaciones.
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