Críticas al acuerdo del G-7 de donar mil millones de vacunas a los países pobres
«Trabajaremos junto con el sector privado, el G-20 y otros países para incrementar esta contribución en los próximos meses», señalan en un comunicado.
Uno de los temas prioritarios de la Cumbre del G-7 que se celebra por tercer y último día en Cornualles, Inglaterra, es la recuperación económica de la crisis provocada por la pandemia de covid-19 así como el reparto de vacunas a los países más pobres. Precisamente, las siete potencias participantes �Alemania, Italia, Francia, Estados Unidos, Canadá, Japón y Reino Unido, además de la UE� han acordado que durante el próximo año donarán mil millones de dosis de vacunas, un compromiso que será posible gracias al trabajo con el sector privado, el G-20 y otros países, según reza un borrador del comunicado final al que Reuters ha tenido acceso. Estados Unidos prometió donar 500 millones de dosis, Reino Unido y Canadá 100 millones, Francia, Japón y Alemania 30 millones e Italia 15 millones.
Este acuerdo sin embargo ya ha levantado fuertes reacciones en todo el mundo, por considerar que es insuficiente. Una de las voces más críticas es la del ex primer ministro británico Gordon Brown, quien dijo que la cumbre será recordada como un «fracaso moral imperdonable» después de que se rompiera la promesa de «vacunar al mundo». «Millones de personas quedarán sin vacunar y me temo que miles de personas morirán», dijo el ex líder laborista, uno de los cuales, en vísperas del encuentro, pidió junto a otros cien destacados ex líderes mundiales que el G-7 pagara dos tercios de los 66 mil millones de dólares necesarios para un programa global de vacunación integral, pero esta idea ni siquiera fue incluida en la agenda, y según Brown, esta donación supone menos del 10 % de las 11 mil millones de dosis necesarias para cubrir a la población del planeta. «Tendremos un gran problema de división entre los países más ricos y seguros y los países más pobres que no son seguros», advirtió Brown en la cadena Sky News, que avanzó que «luego el problema volverá a atormentar a los países más ricos, porque tendremos contagios que se propagarán y que podrían afectar incluso a las personas que estén vacunadas, debido a mutaciones y variantes».
También el Secretario General de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, consideró que el plan es insuficiente. «Necesitamos más que eso», dijo y añadió: «Necesitamos un plan global de vacunación. Necesitamos actuar con lógica, con sentido de urgencia y con las prioridades de una economía de guerra, y todavía estamos lejos de lograrlo».
Otra petición de los activistas, países en desarrollo y de agencias de cooperación internacional, es que se liberen las patentes de las vacunas. Así lo manifestó el presidente sudafricano Cyril Ramaphosa, cuando indicó a los líderes del G-7 que un levantamiento temporal de las patentes de la vacuna contra el covid-19 es una medida esencial para salvar vidas entre los 1.200 millones de habitantes de África, mientras que la organización Oxfam advirtió que si no se llega a un acuerdo sobre la renuncia a las patentes de vacunas para reducir el precio de cada dosis, el costo total para los países pobres aumentaría al menos 10 veces. Sin embargo, pese a que Estados Unidos y Francia en principio están de acuerdo, Reino Unido y Alemania se oponen a esta medida.