De vender diarios, cortar el pasto y hacer rosquitas, a médico
Esta es la historia de Sixto Leiva, un joven federaense, vecino del barrio San Lorenzo, que con mucho esfuerzo propio y el de su familia en marzo pudo recibirse de médico en Concepción del Uruguay.
El Doctor reivindica sus orígenes y está feliz de haber concretado el objetivo de graduarse en la profesión que lo apasiona. Y en la cual pretende enfocarse en una visión integral y holística para ejercerla.
�SNo creo en la meritocracia, si bien pude lograr graduarme, estuvo mi familia y el estado presente mediante becas para ayudarme⬝, resalta el joven.
Por otro lado, reafirma que las personas en condición de pobreza e hijos de trabajadores como es su caso pueden acceder al ascenso social mediante el estudio, y además plantea que los pobres sí llegan a la universidad pública. Es el primero en su familia en poder acceder a estudios superiores.
�SToda mi carrera la hice con mi computadora que me la dieron en el 2013 cuando estaba terminando. Era una del PROGRAMA CONECTAR IGUALDAD. Por eso digo que es muy importante el rol del estado y el de la Universidad Pública⬝, resalta Sixto.
Proviene de una familia de obreros que siempre lo ha acompañado. Por eso el médico comenta: �SMi mamá hacía rosquitas, pasteles y yo salía a vender.
����Y la gente me conoce porque iba y le dejaba el diario. También corté el pasto y en Concepción del Uruguay hacía changuitas para poder tener algo. Así que estoy muy contento de ser alguien que siendo pobre haya llegado a obtener un título⬝.
Sixto hoy piensa en volcar su trabajo en Federación, ya que aquí están sus raíces. Y a futuro le gustaría especializarse en cardiología. Fuente: Aldo Moretti