Dos peritos confirmaron que la marca en la cara de Fernando corresponde a la zapatilla de Máximo Thomsen
La séptima jornada del juicio a los rugbiers fue dedicada a la parte técnica, con peritos e investigadores judiciales como testigos.
María Eugenia Cariac, además de ser integrante de la policía científica de la Policía de Buenos Aires desde hace 16 años, es licenciada en Criminalística.
Actualmente, está a cargo de la policía científica de Villa Gesell. Participó de la pericia scopométrica, a la que definió como un �Sestudio comparativo⬝ entre las marcas detectadas en la autopsia de la víctima y cuatro zapatillas secuestradas en el allanamiento.
Cariac sostuvo que, de los cuatro pares analizados, halló correspondencia con uno solo: �SLa zapatilla de marca Cyclone que tenía un diseño ��zigzag�"⬝. Así, sin decirlo porque no dio nombres durante su exposición, confirmó que la impronta era del calzado que pertenece a Máximo Thomsen.
Expuso, también, muchas imágenes de la víctima en las que se veían los rastros del calzado, sobre todo en el maxilar inferior, en la región izquierda y la región lateral izquierda del cuello.
Lo que no pudo determinar fue si las dos marcas eran del mismo golpe o de dos diferentes: �SSon dos lesiones en regiones anatómicas distintas, con dos patrones distintos, un diseño es más chico y el otro es más grande⬝, agregó.
Por su parte, David Emanuel Larrosa es integrante de la Policía Científica desde hace 16 años.
De momento, es oficial inspector, pero en enero de 2020 se desempeñaba en la división de Casos Especiales.
El perito refirió que el día 12 de junio 2020, por orden de la fiscal Verónica Zamboni, se presentó en la Alcaidía N°3 de Melchor Romero para hacer la toma de impresiones plantares con rodillo y tinta litográfica a los ocho imputados por el crimen de Fernando Báez Sosa.
Explicó que, con el consentimiento de los acusados, se tomaron las impresiones en tres posiciones diferentes y, luego, les hicieron fotos.
Por otro lado, la perito Haydeé Almirón también participó de la pericia scopométrica y fue contundente sobre lo que había explicado su colega María Eugenia Cariac, previamente.
Que la marca de la zapatilla en la cara de la víctima se correspondía con un solo par de los analizados, el de marca Cyclone, perteneciente a Máximo Thomsen.
Almirón reconfirmó: �SNo había posibilidad de error de que fuera de otra zapatilla⬝.
Integrante de la policía científica que participó de la pericia scopométrica, la especialista detalló su trabajo ante los jueces.
�SFue posible establecer que todos los calzados presentaban características que los individualizaban.
Había diferentes modelos y diferentes talles.
Tomamos las vistas, las impresiones de la suela de cada uno de ellos y pudimos determinar qué diseño y qué moldura tenía cada uno. Los 14 pares resultaron ser diferentes en marca, suela y diseño.
Todos con desgaste en su suela⬝, comenzó Almirón mientras exhibía un power point con las imágenes.
De acuerdo con la reconstrucción de la pericia que hizo Almirón, �Sse indagaron los rastros que presentaba la víctima en cuello y en el mentón (maxilar inferior izquierdo)⬝.
Sobre esto último, la perito dijo que �Sera un rastro con identidad suficiente apto para cotejo⬝, ya que presentaba 12 líneas en zigzag y líneas curvadas debajo.
Y siguió: �SEstas características le daban identidad al calzado. Luego, contrastamos con el resto, buscamos un zigzag y pudimos obtener un único candidato: una zapatilla marca Cyclone, que corresponde al pie derecho.
Las marcas estaban en este calzado y no en otro⬝.