El 21 de diciembre ocurrirá el solsticio de verano y el portal astral
Este 21 de diciembre el sol ingresa en capricornio, realizándose así el solsticio de verano en el hemisferio sur (marca el punto en que el sol llega a su nivel más alto, y comienza a decrecer) en contraste al hemisferio norte donde se da el solsticio de invierno (estando el sol en su punto más bajo como la noche más larga del año que para ellos el sol comienza a elevarse), marcando el inicio del signo capricornio como regente zodiacal hasta el 20 de enero del 2021.
Para las culturas antiguas es una etapa de cambios y renovación, tanto agrarias en cuanto a cosechas y siembras como en actividades dadas las condiciones climáticas. A este evento cósmico se le suma una conjunción de planetas muy particulares que se da cada 20 años.
Estamos hablando de la conjunción de Saturno y Júpiter en el cero grado de Acuario, dejando tras de sí momentáneamente al signo antecesor, capricornio. Esta conjunción es llamada la reunión de los cronocratores marcando profundos cambios en la conciencia global.
Algunos estudiosos míticos y esotéricos lo denominan en esta oportunidad como un gran portal. Pero más allá de la unión de aspectos cósmicos y numéricos, nos hallamos ante una gran conjunción astrológica en un signo que marca la conciencia grupal, acuario, doblando y menguando así el último tramo de ellos por capricornio, que marca lo estructural, histórico e institucional del género.
Saturno, planeta de restricciones y responsabilidades, junto a Júpiter, señor de lo expansivo (tanto en cosas buenas como en problemas) darán fuerte batalla en las conciencias de los seres humanos, tanto en los pueblos como en los dirigentes, luego de un año pandémico.
La cercanía de estos planetas en un mismo cuadrante hace más de 800 años que no se veía, siendo un evento que marcará con fuertes contrastes políticos sociales a la humanidad.
Nuevas instituciones como mutuales y sociedades sindicales habrán de entrar a estos cambios en pos de ayudas diversas, los gobiernos deberán ajustar sus déficits (sobre todo aquellos en vías de desarrollo) a nuevas necesidades laborales de sus pueblos, se deberán estudiar nuevos planes de asistencia social para eventuales brotes pandémicos, economías de intercambio con un saldo mínimo de ganancias, pero necesarias para satisfacción de ambos lados de la ecuación.
Y sobre todo la necesidad de crear una nueva conciencia de intercambios regionales y productivos en todos los niveles, no solo los tecnológicos sino los educacionales y culturales, para evitar seguir cayendo en las actitudes imperialistas que han regido las economías hasta el día de la fecha en líneas generales.