Nació en Gualeguaychú el 1º de abril de 1880. Se llamaba José María Sobral y era hijo del escribano Enrique Sobral y su madre se llamaba María Luisa Iturrioz.
En 1895 ingresó en la Marina de Guerra Argentina, egresando como Guardiamarina en el mes de agosto de 1898.
Mientras tanto, en el mundo crecía el interés por la exploración del desconocido continente antártico, especialmente en Suecia.
En el año 1901 se organizó una expedición para realizar estudios y mediciones cartográficas y la necesaria preparación para pasar un año en el gélido y desconocido territorio. Esa expedición estaba dirigida, en cuanto a lo científico por el sabio geólogo sueco Otto Nordenskjöld, mientras que el velero a vapor bajo el mando del piloto Carl Antón Larssen.
El sueco Nordenskjöld invitó al gobierno argentino a participar en la misión con un representante, por sugerencia del Perito Francisco P. Moreno, siendo entonces designado el alférez de Navío José María Sobral, de 21 años quien se desempeñaría como observador meteorológico.
Nordenskjöld era un geólogo de reconocidos méritos científicos y su objetivo era ese viaje a la Antártida, en un buque apto para cruzar el Pasaje de Drake y contornear las peligrosas aguas del Mar de Weddell y también establecerse con un destacamento apto para pasar allí el invierno y desde donde realizar las investigaciones.
Esa primitiva estación sigue existiendo (a pesar de los 120 años transcurridos), conservada por la Marina de Guerra Argentina con el nombre de Refugio Suecia.
Desde 1904 la República Argentina efectúa registros meteorológicos, pero desde la Isla Laurie, en las Orcadas del Sur.
La base científica fue armada a los 63⁰24�"59⬳ O y su interior consistía en 5 habitaciones divididas por paneles de madera, 3 dormitorios con dos camas cucheta cada uno, fijadas al panel de separación para no tener contacto con las paredes exteriores, un baño, y cocina comedor. Las instalaciones de madera doble y cartón entre medio como aislante del frío. Tenía también una puerta, un espacio y otra puerta para evitar el ingreso de nieve al entrar y salir.
Allí quedaron mientras el Antartic regresaba a Europa. Durante todo ese año 1902 los destacados allí realizaron los trabajos y observaciones previstas. Había también allí, una casilla separada del destacamento donde se realizaban las observaciones meteorológicas todos los días en forma continua cada 60 minutos, a cargo del científico sueco Gösta Bodman y de José María Sobral. Se estudiaban también las mareas, el magnetismo terrestre, observaciones astronómicas, bacteriológicas y meteorológicas.
La dotación compuesta de 6 hombres, al llegar la primavera, esperaban con bastante preocupación el arribo del Antartic que debía pasar a buscarlos por el campamento de Cerro Nevado. Lo que había sucedido y por eso la demora, fue que el mal tiempo y la acumulación de nieve le impidieron acercarse. Ante este inconveniente, dada la extensión de la barrera de hielo, el segundo jefe de la expedición, profesor Gunnar Andersson y dos colegas tratan de llegar a la base esquiando sobre el mar congelado. Sin embargo luego de grandes esfuerzos se toparon con una franja de mar abierto que les cortaba el paso. No les quedaba otro recurso que regresar al sitio donde habían desembarcado y esperar al Antartic. Sin embargo el Antartic seguía buscando infructuosamente un paso en el pac de hielo. Hasta que el buque quedó finalmente atrapado mientras buscaban el paso y este no soportó el movimiento y la presión del mar helado que rompió el casco y se hundió en 24 horas, aunque consiguieron rescatar algunas pertenencias y alimentos. La expedición quedaría entonces dividida en tres grupos sin comunicación entre ellos.
Nordenskjöld y sus colegas estaban en la casa de Cerro Nevado. El profesor Gunnar Andersson con sus dos acompañantes encontraron refugio en lo que se conoce como Bahía Esperanza ya que lograron llegar a una isla de piedra volcánica en el Mar de Weddell con algún reparo. Mientras tanto Nordeskjöld y sus acompañantes, luego de un año de permanencia en la base, habían prácticamente agotado los alimentos, pero sin embargo nunca dejaron de realizar las observaciones meteorológicas.
Los otros dos grupos carecían de todo tipo de alimento. Tuvieron que vivir de lo que podían cazar o pescar o de moluscos cuando el tiempo se los permitía.
Mientras tanto en Buenos Aires aumentaba la ansiedad porque el Antartic no regresaba y por indicaciones del Perito Francisco P. Moreno, comenzaron a preparar una nave de rescate, lo mismo que en Suecia y en Estados Unidos.
Casi a fines de 1903 consiguieron reparar una corbeta que en realidad no estaba preparada como para afrontar los hielos antárticos. La nave finalmente alistada quedó bajo el mando del Capitan de Corbeta Julian Irizar. Los informes consignan que fueron localizados en agosto, tomándoles la delantera a los otros buques y a fines de septiembre se completó el rescate.
La corbeta ARA Uruguay rescató a todos y emprendió el regreso en una hazaña sin precedentes.
A la altura de Santa Cruz debieron afrontar un tempestad que le derribó dos palos a la corbeta.
Informaron a Buenos Aires donde se preparó una recepción inmensa, nueve meses después del naufragio de la Antartic habían sido rescatados con un frágil barco argentino.
El 8 de noviembre de 1903 arribó a Buenos Aires la Cobeta ARA Uruguay siendo recibidos por una multitud de 100.000 personas y más de 100 barcos hacían sonar sus sirenas y bocinas saludando a los héroes.
Las autoridades de la Armada Argentina estaban orgullosos de él y por fin tendríamos un héroe polar contemporáneo ya que había sido protagonista de una fantástica expedición antártica.
Sin embargo, Sobral que tenía su carácter y convicciones muy firmes, a pesar de su edad y su propósito era otro. Su aventura antártica le abrió una vocación que antes desconocía.
Decidió estudiar geología, pero en la Argentina no existía esa carrera. Pero el pensamiento de las autoridades de la Armada era muy distinto, ¿para qué quiere la Marina de Guerra un geólogo? Fue la respuesta que lo llevó a pedir la baja, renunciando a su brillante carrera militar.
�0l había solicitado quedar en disponibilidad mientras estudiaba, es decir sin goce de sueldo, pero la Armada no aceptó por lo que el joven marino se vio obligado a renunciar.
Realizó estudios en la Universidad de Upsala y se convirtió en el primer geólogo argentino. El título era Doctor en Ciencias Naturales y era entrerriano, nacido en Gualeguaychú.