El coronavirus ha creado las «condiciones ideales» para que el crimen organizado reine en Europa
El 60 % de las mafias participa en actos de corrupción y ha montado un sistema financiero paralelo.
Europa está amenazada por varios frentes, el más importante el crimen organizado hasta el punto de que se ha convertido en «el principal desafío de seguridad interna que enfrentan actualmente la UE y sus Estados miembros». Lo afirma Europol, en concreto en la Evaluación de la amenaza de la delincuencia organizada y grave de la Unión Europea (UE), el llamado informe SOCTA (Serious and Organized Crime Threat Assessment) 2021, presentado el lunes. Este informe, que se elabora cada cuatro años, es un análisis detallado de la amenaza de delincuencia grave y organizada en todos los países, una evaluación prospectiva que identifica cambios en el panorama criminal. Y los resultados son preocupantes.
Se pone de manifiesto el uso generalizado de la corrupción, la infiltración y explotación de estructuras comerciales legales para todo tipo de actividad delictiva, y la existencia de un sistema financiero clandestino paralelo que permite a los delincuentes mover e invertir sus ganancias multimillonarias. El documento advierte sobre las implicaciones a largo plazo de la pandemia de Covid-19 y cómo estas pueden crear las condiciones ideales para que prospere el crimen en el futuro.
«Mientras la UE se enfrenta a la pandemia, una de las crisis más importantes desde el final de la Segunda Guerra Mundial, los delincuentes buscan explotar esta situación extraordinaria contra ciudadanos, empresas e instituciones públicas por igual».
Erosionar el Estado de Derecho
El estudio recoge el abanico criminal al que nos enfrentamos que va «desde el tráfico de drogas ilícitas hasta delitos como el tráfico de migrantes y la trata de seres humanos, los delitos económicos y financieros» y muchos otros. Las prácticas comerciales de las mafias, señalan, «amenazan con socavar nuestras sociedades, economía e instituciones, y erosionar lentamente el Estado de Derecho». El informe proporciona información sin precedentes sobre el hampa delictivo europeo basándose en el análisis de miles de casos y datos de inteligencia proporcionados a Europol.
Las conclusiones son desalentadoras porque, según recoge el documento, nunca se había realizado un estudio tan amplio y profundo, casi en tiempo real. La palabra amenaza sobrevuela cada página del SOCTA 2021, así como las consecuencias sociales y económicas de la pandemia que ha proporcionado las «condiciones ideales para que el crimen organizado se propague y se arraigue en la UE y más allá».
«Una vez más confirmada por la pandemia, una característica clave de las redes criminales es su agilidad para adaptarse y capitalizar los cambios en el entorno en el que operan. Los obstáculos se convierten en oportunidades criminales». Se asegura que a semejanza de los entornos empresariales las redes delictivas tiene capas de gerencia, mandos y operadores de campo y ese núcleo de poder está rodeado por una serie de actores que apoyan las actividades.
El negocio más próspero del crimen en Europa sigue siendo el tráfico de drogas. Casi el 40 por ciento de los grupos delictivos se dedican a esa actividad. Le siguen la trata y explotación de seres humanos, el tráfico ilícito de migrantes, los fraudes en línea y fuera de línea y los delitos contra la propiedad. Todos ellos, insisten, «representan amenazas importantes para los ciudadanos de la UE».
Otro elemento inquietante que destacan los expertos en la penetración de los criminales, cómo se valen de la corrupción. Casi el 60 por ciento de las redes delictivas denunciadas participan en actos de corrupción. Los delincuentes ganan y blanquean miles de millones de euros al año. «La escala y la complejidad de las actividades de blanqueo de capitales en la UE se han subestimado anteriormente», advierten y lo explican: «Los lavadores de dinero profesionales han establecido un sistema financiero clandestino paralelo y utilizan cualquier medio para infiltrarse y socavar las economías y sociedades europeas».
Casi todas las mafias utilizan estructuras comerciales legales, más del 80 por ciento, según el estudio, y en ese cruce entre lo legal y lo ilegal radica otro de los enormes problemas para perseguirlas. Se ha puesto al descubierto además cómo se ha incrementado el uso de la violencia tanto en cuanto a frecuencia como a gravedad. Cada vez más los criminales utilizan armas de fuego o explosivos en espacios públicos.
Y como hemos visto recientemente con la caída de los servidores del SEPE y las imparables ciberestafas de todo tipo se constata que «los delincuentes son nativos digitales». Prácticamente todas las actividades delictivas ahora cuentan con algún componente en línea y muchos delitos se han migrado completamente en línea. «Los delincuentes explotan las comunicaciones cifradas para conectarse entre sí, utilizar las redes sociales y los servicios de mensajería instantánea para llegar a un público más amplio y publicitar productos ilegales o difundir desinformación».
Mafias en tres países o más
Estas son las principales conclusiones de esta radiografía criminal lanzada en la sede de la Policía portuguesa (Policia Judiçária) en Lisboa durante la Presidencia portuguesa del Consejo de la Unión Europea, en la que se insiste en que la delincuencia organizada puede «socavar los valores y ambiciones europeos compartidos». La directora ejecutiva de Europol, Catherine De Bolle, afirma en el documento que este documento de inteligencia «es un claro recordatorio del adversario dinámico y adaptable al que nos enfrentamos en la delincuencia organizada y grave en la UE».
Ylva Johansson, comisaria europea de Asuntos de Interior incide, además de en la amenaza, en algunos datos: el 70 por ciento de los grupos delictivos están activos en más de tres Estados miembros y esa complejidad de los modelos de negocio criminales modernos quedó expuesta en 2020 cuando las autoridades francesas y holandesas apoyadas por Europol y Eurojust desmantelaron EncroChat, una red telefónica encriptada utilizada por redes criminales. «Los grupos del crimen organizado son profesionales y altamente adaptables, como se demostró durante la pandemia. Debemos apoyar a las fuerzas del orden público para que se mantengan al día, sin conexión y en línea, para seguir el rastro digital de los delincuentes».
(ABC)