El impuesto más criticado sigue en el centro del debate político
El impuesto a los Ingresos Brutos (II.BB.), implementado en los años 70, sigue siendo señalado como el más perjudicial del sistema tributario argentino por su efecto cascada, su impacto regresivo y su contribución al encarecimiento de bienes y servicios. Pese a las promesas de varios gobiernos de reducirlo o eliminarlo, este gravamen continúa siendo la principal fuente de ingresos propios para las provincias, representando en Entre Ríos un 75% de los recursos de origen provincial en 2024.
Durante la última semana, el debate sobre II.BB. se reavivó tras los reclamos de gobernadores de la región Centro, liderados por Rogelio Frigerio (Entre Ríos), Martín Llaryora (Córdoba) y Maximiliano Pullaro (Santa Fe), quienes exigieron una baja de las retenciones al agro y un alivio impositivo general. Sin embargo, estas provincias también enfrentan críticas por no tomar medidas significativas para reducir II.BB. en sus jurisdicciones, pese a reconocer su impacto negativo.
El gobernador Frigerio destacó que su gestión envió un proyecto a la Legislatura para reducir alícuotas en sectores clave, como salud, transporte, comercio e industria. No obstante, especialistas advierten que las medidas propuestas no compensan el daño estructural del impuesto, especialmente para las cadenas productivas. En tanto, Córdoba y Santa Fe enfrentan cuestionamientos por haber incrementado recientemente las alícuotas en sectores específicos, como billeteras virtuales y servicios financieros. A nivel nacional, el ministro de Economía, Luis Caputo, se sumó al debate criticando a las provincias por no avanzar en una reforma seria del sistema tributario. “Bajar impuestos requiere reducir el gasto público, pero hasta ahora no hemos visto a ninguna provincia liderar ese esfuerzo con Ingresos Brutos, el peor impuesto que existe”, enfatizó Caputo en sus redes sociales.
A pesar de las promesas y anuncios, la eliminación de II.BB. sigue siendo una deuda pendiente. Para las provincias, este impuesto representa una fuente de ingresos clave que es difícil de reemplazar sin una reforma fiscal integral. Mientras tanto, empresarios y expertos continúan advirtiendo sobre su impacto nocivo en la competitividad y en el poder adquisitivo de los consumidores.
(I: Guillermo Pérez, en “Lo que queda del día”)
Comentarios
Para comentar, debés estar registrado
Por favor, iniciá sesión