El olvido es la más cruel de las injusticias
Numerosos escritores que durante mucho tiempo fueron convocantes, prestigiosos, decidores, hoy naufragan en el limbo del desconocimiento de las nuevas generaciones y en la ingratitud del abandono.
Una nueva tanda de novedades de libros desplaza rápidamente a las novedades casi recientes a la mesa de saldos. Los influyentes, que han eliminado a los críticos literarios, recomiendan o critican en las redes sociales reemplazando las últimas opiniones que, con una velocidad inusitada, se suceden inopinadamente.
Así, en la literatura argentina, escritoras reconocidas y valoradas hace algunos decenios como Marta Lynch, Beatriz Guido, Silvina Bullrich hoy son casi, desconocidas. Igual fenómeno se confirma con escritores como Manuel Mujica Láinez, Juan José Saer, Ricardo Piglia y Marco Denevi, que en su momento fueron muy exitosos y elogiados por la crítica. Recuperar y reconocer el mérito de ellos es colaborar para rescatar varias de las mejores piezas literarias que convirtieron a Argentina como el faro cultural de Hispanoamérica.
Marcos Héctor Denevi que desarrolló toda su carrera periodística y literaria como Marco Denevi, había nacido en Saénz Peña, una localidad bonaerense próxima a la ciudad autónoma de Buenos Aires. Cuando tenía 35 años, en 1955, obtuvo el premio Kraft por su primera novela, “Rosaura a las diez”. Sus lecturas de Robert Louis Stevenson, Alejandro Dumas y Benito Pérez Galdós pudieron haberlo influido para su prosa realista, concreta y con un estilo cuidado y deslumbrante sostenido en la utilización de un lenguaje coloquial.
Valerio Denevi había llegado de Italia antes del fin del siglo XIX. Se dedicó a comprar tierras en la provincia de Buenos Aires y a la construcción con lo que consiguió una pequeña fortuna. Se casó con María Eugenia Buschiazzo y uno de sus siete hijos fue Marco.
“Rosaura a las diez” se enmarca en historias como “Rashomon” en la cual los personajes expresan su propia percepción de un mismo hecho. En el caso del libro de Denevi, se ha producido una muerte y a partir de la visión de cada personaje, el lector, de quien busca la complicidad, activando su cooperación, debe ir integrando los fragmentos y conformar, finalmente, la verdad.
En ese sentido, Denevi reconoce haber tomado la técnica de las versiones sucesivas y concomitantes de los personajes de “La piedra lunar” de William Wilkie Collins, autor del que se habían publicado varios libros en la colección “El séptimo circulo” que era dirigida por Jorge Luis Borges y Adolfo Bioy Casares. La obra es de 1868, y a la que se considera como la primera novela policial de Inglaterra. Su biógrafo, Juan José Delaney, autor de “Marco Denevi y la sacra ceremonia de la escritura”, afirma que, además Denevi consideró como motivadora a “La piedra lunar”, otro libro de Collins.
Por otra parte, Denevi ha citado también que “leía a Borges, y lo admiraba mucho, y una vez leyendo una frasecita de él que dice que con Bioy Casares discutían si era posible escribir una historia en la cual bajo una apariencia trivial se escondiera una historia atroz, empecé a imaginarla”.
La historia de “Rosaura a las diez”, gira en derredor de personajes que habitan “La madrileña”, la pensión de la señora Milagros Ramoneda, viuda de Perales, de la calle Rioja, en el barrio del Once. Canegato, un apocado y tímido pintor; Réguel, estudiante de abogacía, y Eufracia, son algunos de los personajes. Unas misteriosas cartas de amor escritas por una joven identificada como Rosaura son dirigidas a Canegato, hasta que Rosaura es hallada muerta.
El éxito de ventas que significó “Rosaura a las diez”, motivó que fuera llevada al cine. Mario Soffici, eximio director, realizó en 1958, la versión cinematográfica del libro con guion firmado por él y el propio Denevi. Juan Verdaguer en un papel dramático, absolutamente atípico en su carrera, es el Canegato de la historia, Susana Campos, Rosaura y María Luisa Robledo, Milagros Ramoneda.
En 1960 publicó “Ceremonia secreta” que recibió el Premio Internacional de Cuentos de la revista Life. Esa obra, un largo cuento con características góticas, misterioso y poético envuelto en un clima particular; tuvo múltiples traducciones y es un drama en el cual una joven con problemas mentales confunde a una mujer con la cual comparte un viaje en tranvía con su madre muerta. A partir de allí la trama avanza en una relación compleja e intrigante. En 1962 Argentores lo premió por esta obra.
“Ceremonia secreta” también fue llevada al cine en 1968. Joseph Losey, director inglés que en 1963 había dirigido “El sirviente” sobre la obra de Harold Pinter, realiza la versión del libro con las actuaciones de Elizabeth Taylor, Mia Farrow y Robert Mitchum.
Denevi, además, publicó otras novelas, entre las cuales merece destacarse “Los asesinos de los días de fiesta” (1972), “Enciclopedia secreta de una familia argentina” (1986) y “Una familia argentina” (1988). También cuentos y es autor de varias obras de teatro; una de ellas, “Los expedientes” con la que ganó el Premio Nacional de Teatro. Desarrolló una obra periodística en libros y diarios de Buenos Aires, con una visión crítica respecto a cada instancia política y social que transitaba el país. Se incorporó a la Academia Argentina de Letras en 1997, poco tiempo antes de fallecer.