El Papa, al G20: 'No escatimar esfuerzos' para sacar a la gente de la pobreza y el hambre'
La centralidad de la dignidad humana, el acceso a los bienes básicos y la distribución justa de los recursos "deben ser prioridades en todas las agendas políticas y sociales", destacó Francisco. El Papa Francisco afirmó que "es de suma importancia" que el G20 identifique "nuevas formas de lograr una paz estable y duradera", y además advirtió sobre el hambre y la pobreza, en un Mensaje dirigido a la cumbre que se está desarrollando en Río de Janeiro
"Los conflictos armados que presenciamos actualmente no sólo son responsables de un número importante de muertes, desplazamientos masivos y degradación ambiental, sino que también contribuyen al aumento del hambre y la pobreza, tanto directamente, en las zonas afectadas, como indirectamente, en los países que están afectados. a cientos o miles de kilómetros de zonas de conflicto, particularmente a través de la interrupción de las cadenas de suministro", escribió Francisco, en el mensaje leído este lunes 18 de noviembre, en la cumbre del G20 en Brasil.
El Papa advierte asimismo que las guerras "siguen" ejerciendo una presión considerable sobre las economías nacionales, "especialmente debido a la exorbitante cantidad de dinero gastada en armas y más armas", por lo que explica que "es de la mayor importancia" que el Grupo de los 20 identifique "nuevos caminos para lograr una paz estable y duradera" en todas las áreas relacionadas con conflictos, "con el objetivo de restaurar la dignidad de los afectados".
Francisco fue invitado por la presidencia brasileña a participar en la presente cumbre de jefes de Estado y de Gobierno del G20, que se desarrolla en Río de Janeiro, desde el lunes 18 hasta hoy, martes 19 de noviembre, donde está siendo representado por el secretario de Estado del Vaticano, el cardenal Pietro Parolin. En el mensaje del Papa, leído por el dignatario de la Santa Sede, se advierte que "la relación entre hambre y pobreza es inseparable", y se afirma que "está claro que se deben tomar medidas inmediatas y decisivas" para erradicar esos dos flagelos y la perpetuación de "un ciclo de desigualdades económicas y sociales" generalizadas en la sociedad global.
El hambre: "una injusticia escandalosa"
"Es motivo de gran preocupación que la sociedad aún no haya encontrado una manera de abordar la trágica situación de quienes enfrentan el hambre. La aceptación silenciosa del hambre por parte de la sociedad humana es una injusticia escandalosa y una ofensa grave. No se deben escatimar esfuerzos para sacar a la gente de la pobreza y el hambre", señaló el pontífice a través del cardenal Parolin.
El Papa identificó "una importante paradoja" en el acceso a los alimentos, cuando "más de 3 mil millones de personas no tienen acceso a alimentos nutritivos", mientras que "casi 2 mil millones de personas tienen sobrepeso u obesidad", debido a una mala alimentación y a un estilo de vida sedentario, lo que requiere "un esfuerzo concertado para cambiar en todos los niveles y reorganizar los sistemas alimentarios".
Francisco explicó que la centralidad de la dignidad humana de cada individuo, que es "dada por Dios", el acceso a los bienes básicos y la distribución justa de los recursos "deben ser prioridades en todas las agendas políticas y sociales", destacando que "ya hay suficiente comida para alimentar a todas las personas de nuestro planeta", pero la distribución es "desigual", y además existe el desafío de "combatir el desperdicio de alimentos", lo cual requiere una acción colectiva.
El secretario de Estado del Vaticano, siguiendo el mensaje, dijo que el Papa espera que la Alianza Global contra el Hambre y la Pobreza "pueda tener un impacto significativo en los esfuerzos globales para combatirlos", diciendo que se podría comenzar implementando los objetivos de la Santa Sede, por ejemplo implementando la propuesta de "redireccionar los fondos actualmente asignados a armas y otros gastos militares" a un fondo global destinado a combatir el hambre y promover el desarrollo en los países más pobres.
La Santa Sede, añadió Francisco, seguirá buscando "promover la dignidad humana y hacer su contribución específica al bien común", ofreciendo la experiencia y el compromiso de las instituciones católicas de todo el mundo, y pidió que las comunidades locales y la riqueza cultural y tradicional de las personas no sean "ignoradas ni destruidas en nombre de un concepto estrecho y miope de progreso"
(AICA)
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