El Papa denuncia la deportación de niños de Ucrania
Durante el ángelus de este domingo en el Vaticano, el Papa ha asegurado que «sufre y llora pensando a los sufrimientos de la población de Ucrania, sobre todo de los más débiles, los ancianos y los niños». Acto seguido ha denunciado que recibe «noticias terribles de niños expulsados y deportados».
El pontífice ha calificado la situación en Europa como «un macabro retroceso de humanidad» y ha apuntado con dureza a la responsabilidad de los líderes mundiales, a raíz de la escalada «militar y verbal».
«Me pregunto, junto a tantas personas angustiadas, si de verdad se está buscando la paz; si hay voluntad de evitar una escalada militar y verbal; si se está haciendo to lo posible para que se acallen las armas», ha clamado el Papa Francisco.
«Os ruego, no os rindáis a la lógica de la violencia, a la perversa espiral de las armas. Tomad el camino del diálogo y de la paz», ha implorado.
Con voz débil, gesto cansado, y apoyando una mano en el alféizar de la ventana a causa del dolor de rodilla, ha solicitado «que se abran corredores humanitarios seguros para las personas atrapadas en la acería», en referencia a las personas atrapadas en las instalaciones de Azovstal, y ha recordado la situación de «Mariupol, la ciudad de María, bárbaramente bombardeada y destruida.
«Hoy inicia el mes dedicado a la Madre de Dios. Por eso invito a los católicos a rezar cada día el rosario para implora la paz», ha añadido.
El Papa también ha recordado que este domingo se celebra el Día Internacional de los Trabajadores y ha recordado a las víctimas de accidentes laborales, «una tragedia muy difundida, quizá demasiado. Que esta jornada ayude a renovar el compromiso para que el trabajo sea digno en todas partes y para todos; y que en el mundo del trabajo crezca la voluntad de hacer crecer una economía de paz», ha añadido.
Por otra parte, ha señalado que el martes 3 de mayo la Unesco conmemora la Jornada Mundial de la Libertad de Prensa. «Quiero recordar a los periodistas que pagan con su vida el servicio a este derecho: el año pasado fueron asesinados 47 y más de 350 encarcelados. Un gracias especial a quienes con valentía, nos informan sobre las heridas de la humanidad», ha dicho.
Reflexionando sobre el Evangelio de este domingo, el pontífice se ha dirigido a quienes «por cansancio, decepción o pereza, se olvidan de Dios o descuidan las grandes elecciones que hemos hecho. Por ejemplo, no dedicamos tiempo a hablar entre nosotros en familia, prefiriendo los pasatiempos personales; olvidamos la oración, dejándonos llevar por nuestras propias necesidades; descuidamos la caridad, con la excusa de las urgencias diarias. Pero, al hacerlo, nos encontramos decepcionados», sugirió.
«Cuando nuestras redes están vacías en la vida, no es el momento de compadecerse, de divertirse, de volver a los viejos pasatiempos. Es el momento de volver a empezar con Dios, de encontrar el valor para empezar de nuevo, de ponerse en marcha con él», ha aconsejado.