El régimen de Irán ejecutó a otros dos manifestantes
Los que acusaba de haber dado muerte a un parapolicial de las fuerzas represivas. No hubo un juicio con mínimas garantías.
Las peticiones de clemencia fueron en vano. Al amanecer, antes de la oración, el verdugo apretó la soga alrededor del cuello de Mohammad Mahdi Karami y Seyyed Mohammad Hosseini, dos jóvenes manifestantes iraníes acusados de matar el 3 de noviembre a un paramilitar, Seyed Ruhollah Ajamian, miembro de las fuerzas represivas Basij.
Karami era un campeón de karate de etnia kurda que lucía un tatuaje de los aros olímpicos en el brazo. Su abogado denunció que se le había privado del derecho a la defensa y a ver a sus familiares y que había iniciado una huelga de hambre en prisión. Los dos, ambos veinteañeros, fueron conducidos al martirio tras pasar semanas en el corredor de la muerte, después de confesiones extraídas bajo tortura y al término de un �Sjuicio farsa⬝, según denunciaron activistas y organizaciones humanitarias. Sus familiares nunca se rindieron, al menos hasta cuando se enfrentaron a lo inevitable.
Los dos últimos ahorcamientos elevan a cuatro el número de ejecuciones relacionadas con las masivas protestas que se han vuelto comunes desde septiembre, tras la muerte bajo arresto de la policía �Sde la moral⬝ de Mahsa Amini, una joven iraní también de etnia kurda.
Al menos 516 asesinados
En la represión de las concentraciones han muerto hasta ahora al menos 516 manifestantes, según la agencia de derechos humanos (Hrana), entre ellos 70 menores. El número de detenidos se acerca a los 20.000, mientras que 68 miembros del personal de seguridad también han perdido la vida. La justicia ya ha dado su consentimiento a la condena a muerte de otros 10 manifestantes, según un recuento de France Presse. De ellos, dos han visto confirmadas sus condenas por el Tribunal Supremo, seis están a la espera de un nuevo juicio y los dos últimos aún pueden recurrir. Los activistas afirman que docenas más se enfrentan a la pena de muerte.
La señal enviada por el régimen a los �Salborotadores⬝ ha conmocionado a la comunidad internacional: la Unión Europea se ha declarado �Sconmocionada⬝ y ha pedido a Teherán que anule las sentencias. El mundo de Hollywood también está en el campo, donde 50 estrellas, entre ellas Cate Blanchett y Samuel L. Jackson, han lanzado un llamamiento para detener la mano del verdugo. Mientras tanto, 300.000 personas se han adherido a la campaña lanzada por el diario italiano La Stampa para salvar la vida de la iraní Fahimeh Karimi, entrenadora de voleibol y madre de tres niños condenada a muerte por patear a un paramilitar.
Mientras tanto, desde hace una semana, según informa el sitio web Iran International, el estado de salud de las 15 mujeres activistas recluidas en la prisión de Kachuei, en Karaj, a las afueras de Teherán, en huelga de hambre y sed, es motivo de gran preocupación. A su valiente lucha se unen un grupo de estudiantes universitarios y otras personas encarceladas por participar en protestas callejeras. Entre ellos se encuentra Arjang Mortazavi, estudiante de informática ya expulsado de la universidad y detenido tras ser citado por agentes de policía.
Nuevo jefe de la policía
La policía iraní tiene un nuevo líder en la figura del ex �Spasdaran⬝ Ahmadreza Radan. Fue nombrado por el Guía Supremo de Irán, el ayatolá Alí Jamenei, en sustitución de Hossein Ashtari. Según informes extraoficiales, Jamenei retó al ex comandante de policía por su �Sincompetencia⬝ en la represión de las protestas. Radan, ex miembro de la Guardia Revolucionaria, fue anteriormente subjefe de policía y participó en la violenta represión del Movimiento Verde en 2009. También fue miembro de la Policía Moral. Estados Unidos considera a Radan responsable de graves violaciones de los derechos humanos. Su nombramiento anticipa una represión aún más dura e implacable de parte de la dictadura islámica de Jamenei.